Un nuevo análisis realizado por la organización estadounidense Bank Climate Advocates (BCA), que incluye una revisión de más de 300 proyectos, ha planteado la preocupación de que la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial, no haya garantizado el cumplimiento de sus propias normas de desempeño relacionadas con las emisiones de gases de efecto invernadero.
En un informe inédito compartido con el Bretton Woods Project, BCA señaló: “En casi todos los casos, la CFI no logró… [adherirse] a los requisitos de sus propias políticas relativas a la cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el análisis de alternativas, la mitigación, la divulgación y la evaluación del impacto de las comunidades afectadas que se aplican antes de aprobar el financiamiento de un proyecto».
BCA y otras 11 organizaciones de la sociedad civil (OSC) expresaron su preocupación a la gerencia de la CFI en mayo y 14 OSC escribieron a la CFI en septiembre, instando a tomar medidas correctivas, al señalar: “La gerencia de la CFI debe adherirse a las políticas adoptadas por su junta directiva ahora… incluidas las aplicables a las emisiones de GEI y al cambio climático. De lo contrario, contradice sus obligaciones y da como resultado que la CFI trabaje sistemáticamente en contra de su propio mandato de desarrollo sostenible y reducción de la pobreza, causando daños a las comunidades en sus regiones de inversión”. La CFI dio una respuesta preliminar a las preocupaciones en julio.