El 22 de noviembre los miembros de la ONU votaron a favor del Grupo Africano en la propuesta de la ONU de un convenio tributario integral de la ONU. La votación se produjo tras una carta del 7 de noviembre, firmada por más de 200 organizaciones y sindicatos de todo el mundo, en la que se pedía a los gobiernos que apoyaran la propuesta.
El organismo de la ONU resultante del convenio relevaría de la toma de decisiones la OCDE, un club mayoritariamente de naciones ricas, que ha sido criticado, incluso por el secretario general de la ONU, António Guterres, por permitir que los países ricos tengan una influencia descomunal sobre las normas tributarias mientras ignoran las necesidades de los países en desarrollo. En la carta también se planteó la importancia de garantizar que no se dejen de lado en las negociaciones cuestiones clave, entre ellas: mantener un alcance holístico, así como flexibilidad y resiliencia para garantizar resultados equitativos, establecer vínculos claros entre el nuevo organismo tributario y otras agendas de las Naciones Unidas y garantizar la participación efectiva de la sociedad civil en todo el proceso.
La histórica decisión de iniciar las negociaciones para un convenio tributario de la ONU tuvo lugar en noviembre de 2022, por consenso, y fue muy bien recibida por los grupos de la sociedad civil, que desde hace más de dos décadas piden un organismo tributario internacional que permita la participación de todos los países por igual.
En una carta abierta el día antes de la votación, la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), que incluye a economistas de renombre como Jayati Gosh y José Antonio Ocampo, también expresó su apoyo a un organismo tributario de la ONU, instando a los países ricos a no bloquear la votación. Sin embargo, la votación fue aprobada sin el apoyo de los miembros de la UE, el Reino Unido y Estados Unidos, entre otros.