El Banco Mundial sigue siendo la fuerza motora de la privatización global del agua, aprovechando su posición como mayor inversor en proyectos de agua del mundo. Desde abogar por la desmantelación de las empresas públicas de agua en Cabo Verde hasta facilitar experimentos controvertidos como el corte del agua en Kenia para forzar el pago de facturas, la participación del Banco es extensa y preocupante (véase el Observador de Primavera de 2021).
A pesar de reconocer la eficacia de las inversiones públicas, el Banco continúa su impulso a favor de la privatización, como se muestra claramente en su Hoja de Ruta de la Evolución – y una mayor promoción de la cascada – que “representa la reafirmación de un paradigma de desarrollo defectuoso que asume que incentivar el financiamiento privado es inherentemente benigno y productivo” (véase el Observador de Verano de 2023).
Analizando el papel del Banco en la privatización del agua en Túnez, la ONG con sede en los Países Bajos, Transnational Institute, observó que “las políticas del Banco Mundial no están orientadas a mejorar las capacidades de las instituciones públicas. Más bien, están enfocados en penetrar en el sector público en nombre del sector privado y, especialmente, en nombre del capital internacional”. Este enfoque refleja intereses ideológicos y económicos más amplios, lo que plantea preocupaciones sobre la posibilidad de convertir un derecho humano básico en una mercancía para el beneficio privado. En un comunicado de prensa de octubre de 2020, el experto de la ONU Léo Heller declaró que los riesgos para los derechos humanos no son neutrales, cuando se trata del tipo de proveedor de agua y saneamiento, y afirmó que “cuando las empresas con fines de lucro están en escena, las motivaciones económicas pueden pesar más que la motivación para cumplir con los estándares de los derechos humanos al agua y al saneamiento”.
En medio de una crisis del agua que afecta a más de 2.000 millones de personas, la agenda de privatización del agua del Banco enfrenta una fuerte resistencia. En las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el FMI de 2023, la Our Water, Our Right Africa Coalition abogó por poner fin a las asociaciones público-privadas en la gestión del agua. La coalición, liderada por la sociedad civil y sindicalistas de casi una docena de países africanos, hizo hincapié en la necesidad de control público y rendición de cuentas para garantizar un acceso justo al agua.