La Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del Banco Mundial para el sector privado, parece incapaz de escapar del escándalo estos días. Una denuncia de diciembre de 2023 publicada por el periódico The Telegraph detalló cómo un grupo hospitalario privado indio de miles de millones de dólares, Apollo, que ha recibido GBP 120 millones en inversiones de la CFI desde 2005, ha estado supuestamente ejecutando un programa de ‘efectivo por riñones’ que facilita el comercio ilícito de órganos entre Myanmar e India.
Según The Telegraph, en 2017 la CFI informó que los fondos de Apollo se estaban utilizando para la prestación de servicios hospitalarios para “pacientes de bajos ingresos” en India, y en el momento del informe de The Telegraph, en diciembre de 2023, todavía se invertían GBP 51 millones en Apollo. El artículo señaló que, si bien un portavoz de la CFI había condenado los hallazgos y había declarado que la CFI no apoyaría tales prácticas en sus inversiones, aún no había respondido a los llamados de la sociedad civil para una investigación inmediata e independiente.
Esta exposición más reciente de violaciones dañinas de los derechos humanos dentro de los proyectos financiados por la CFI se encuentra en la cima de una creciente pila de casos similares. El ahora infame escándalo de las Bridge International Academies (véase el Observador de Invierno de 2023) incluyó el abuso sexual infantil en una cadena de escuelas con fines de lucro en Kenia, de la que la CFI se retiró en 2022 sin proporcionar reparación (aunque, en enero de 2024, el directorio del Banco se reunió para discutir un ‘plan de acción’ de la gerencia para la reparación). Más recientemente, un informe de junio de 2023 de Oxfam Internacional constató que la CFI formaba parte de un grupo de instituciones financieras de desarrollo que financiaban hospitales privados costosos y con fines de lucro que niegan el servicio, arruinan o incluso detienen a pacientes que no pueden pagar, y que la CFI carece de transparencia en sus inversiones y ha estado involucrada en flujos cuestionables de dinero de los contribuyentes hacia paraísos fiscales (véase el Observador de Invierno de 2023).
Estos escándalos deberían llevarnos a reflexionar sobre cuán apropiado es utilizar financiamiento para el desarrollo de hospitales privados... Es una cuestión de justicia sanitaria que va más allá de un simple escándalo.Marco Angelo, WEMOS
Marco Angelo, de WEMOS, con sede en los Países Bajos, comentó sobre el caso: “Estos escándalos deberían llevarnos a reflexionar sobre lo apropiado de utilizar el financiamiento para el desarrollo para hospitales privados. La mayoría de los hospitales en los que invierte la CFI atiende a pacientes con seguro privado. Es decir, que estos hospitales a menudo concentran los escasos recursos del sistema de salud, como los trabajadores de la salud, al servicio de los ricos, con consecuencias perjudiciales tanto para el coste como para la disponibilidad de servicios para todos los demás. Es una cuestión de justicia sanitaria que va más allá del simple escándalo”.
El hecho de que estos casos se refieran a la rama del sector privado del Banco pone en tela de juicio la legitimidad del sector privado como actor del desarrollo, que el Banco está impulsando aún más en el contexto de su Hoja de Ruta de la Evolución. Sobre todo teniendo en cuenta los planes para un “banco más grande” (véase Observador de Primavera de 2024), la erosión de la independencia de la CAO en medio de presuntas represalias contra los denunciantes de irregularidades corre el riesgo de que el Banco siente un precedente preocupante cuando se exponen pruebas contundentes de abusos contra los derechos humanos (véase Observador de Invierno de 2023).