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Análisis

La reluctancia de la junta del FMI deja los Derechos Especiales de Giro como una herramienta infrautilizada en la caja de herramientas del FMI

3 julio 2024 | Traducción:Gustavo Alzugaray

cover illustration of the Observer Summer 2024

En medio de una creciente crisis de deuda – ilustrada por una tendencia de los flujos de ayuda netamente negativos en comparación con los pagos de la deuda en muchos países del Sur Global – los accionistas del FMI siguen en desacuerdo sobre la ampliación del papel de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, el activo de reserva del FMI, en respuesta a estos desafíos (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué son los Derechos Especiales de Giro?).

La junta del FMI no está discutiendo activamente una nueva asignación de DEG, e incluso las propuestas relativamente conservadoras de nuevas líneas de capital híbridas respaldadas por DEG en los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) han enfrentado oposición por parte de algunos de los accionistas europeos más poderosos del FMI. El 10 de mayo, después de una serie de retrasos, la Junta Ejecutiva del FMI finalmente aprobó este uso de los DEG, pero inicialmente limitó la cantidad de DEG que pueden ser utilizados por dichas líneas a 15.000 millones de DEG (alrededor de USD 22.000 millones).

Señalando la continua hostilidad hacia el uso de DEG con fines de financiamiento para el desarrollo por parte de algunos accionistas del FMI, entre ellos Alemania, el comunicado de prensa reveló que ‘varios’ directores ejecutivos se habían opuesto a la propuesta – lo que significa que entre 6 y 9 directores ejecutivos votaron en contra. Tal como señaló Mark Plant, del Center for Global Development, en un blog el 15 de mayo, “la oposición a la propuesta, particularmente entre algunos banqueros centrales europeos, es fuerte”.

Existe una necesidad urgente de crear un sistema de DEG que sea adecuado para ayudar a todos los países miembros del FMI a lograr una transición feminista y justa y perseguir sus objetivos de desarrollo.Propuesta de la sociedad civil sobre la reforma de los DEG

Sin embargo, Plant señaló que el personal del FMI argumentó en su informe a la junta que “no aprobar la propuesta actual puede implicar un riesgo comercial y de reputación [para el FMI]”. El personal agregó que esto “se percibiría como una limitación intencional del atractivo de los DEG” – en un guiño al Convenio Constitutivo del FMI, que contiene un texto que estipula que todos los países miembros deben trabajar para garantizar que los DEG sean el “principal activo de reserva en el sistema monetario internacional”. Sin embargo, históricamente hablando, los DEG han seguido siendo una herramienta marginada en el sistema monetario internacional, con una representación de solo el 6,8% de las reservas mundiales a mediados de 2022.

La recanalización de los DEG a través del FMI: un instrumento para la austeridad y la condicionalidad verde

Desde la asignación general de DEG por un valor de USD 650.000 millones en 2021 (véase el Observador de Otoño de 2023 y el de Otoño de 2021), el Banco Central Europeo ha reiterado en dos ocasiones su posición en declaraciones ante el Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI de que, en virtud de las normas de la UE, los Estados miembros de la UE solo pueden recanalizar los DEG a fondos fiduciarios del FMI, es decir, el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP) y el nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS), creado en 2022 (véase el Observador de Primavera de 2024 y Al interior de las instituciones, What is the IMF Resilience and Sustainability Trust?).

A pesar de la reciente decisión del Directorio del FMI, las líneas de capital híbridas respaldadas por DEG propuestas por el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo se enfrentan a una ardua batalla para encontrar países dispuestos a capitalizarlas a través de DEG recanalizados, en medio de la probable no participación de los Estados miembros de la UE. Además, hasta ahora el Congreso de Estado Unidos no ha autorizado ninguna recanalización de DEG, ni siquiera a través del FMI, aunque Estado Unidos fue el mayor receptor de la asignación de DEG de 2021 como mayor accionista del FMI (Estados Unidos sí asignó USD 21.000 millones al FFCLP a principios de este año de reservas no relacionadas con los DEG).

En la actualidad, los DEG recanalizados benefician principalmente al FFCLP y al FFRS, que han recibido, desde 2020, USD 55.000 millones y USD 45.000 millones en DEG recanalizados, respectivamente, y exigen a los países que accedan al financiamiento que asuman la condicionalidad del FMI.

La Junta Ejecutiva del FMI completó una revisión de medio término del FFRS el 8 de mayo. A pesar de que los países vulnerables al clima del Grupo V20 pidieron recientemente al FMI que reconsidere los requisitos de elegibilidad del FFRS, que exigen que los países cuenten con un programa simultáneo del FMI para acceder al financiamiento (véase el Dispatch de Springs 2024), el FMI ha postergado esta cuestión hasta que se lleve a cabo una revisión completa del instrumento en 2026.

Un informe de abril, publicado por la organización de la sociedad civil (OSC) holandesa Recourse, puso de relieve las condiciones problemáticas incluidas en la oleada inicial de programas del FFRS y sus programas paralelos del FMI, como la promoción de la austeridad, la privatización y la expansión de los combustibles fósiles (véase el Dispatch de Springs 2024). La revisión de medio término del directorio refuerza este enfoque, señalando que el acceso a la financiación del FFRS superior al 75% estándar de las cuotas estándar de los países en el FMI se “basaría en paquetes de reformas de calidad excepcionalmente alta”, lo que refleja el apoyo de algunos accionistas a que este financiamiento permanezca fuertemente integrado en la condicionalidad del FMI.

Volver al futuro: el debate sobre el ‘vínculo con el desarrollo’ de los DEG sigue sin resolverse, en medio de una arquitectura financiera mundial muy desigual

El tibio respaldo del directorio del FMI a la recanalización de los DEG a través de los BMD, donde los países europeos en particular siguen estando sobrerrepresentados (véase el Observador de Primavera de 2024), contrasta marcadamente con los continuos llamamientos de los gobiernos del Sur Global para que se asignen DEG adicionales ante un panorama financiero cada vez más sombrío.

Más recientemente, como parte del documento de conclusiones de la Tercera Cumbre del Sur, celebrada en Kampala (Uganda) en enero, el G77 y China pidieron “nuevas emisiones de DEG, impulsadas por la necesidad de permitir el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la erradicación de la pobreza”. Esto se produjo después de que en 2023 los ministros de Finanzas africanos pidieran asignaciones directas de DEG a países africanos con posiciones externas débiles (véase el Observador de Verano de 2023).

Un informe de la Junta Consultiva de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Multilateralismo Eficaz, publicada en 2023, destacó una serie de medidas que podrían adoptarse para mejorar el papel de los DEG en el marco de una red de seguridad financiera mundial más resiliente. Entre ellas se incluyen asignaciones anuales vinculadas a las tasas de crecimiento mundial para satisfacer las necesidades de activos de reserva de los países y asignaciones automáticas de DEG a los países que experimentan perturbaciones, incluidos los desastres climáticos – recomendaciones que podrían abordarse en la Cumbre del Futuro de septiembre la ONU.

La sociedad civil se hizo eco de estos llamamientos a la propuesta, lanzada en abril por ActionAid USA y el Bretton Woods Project, y respaldada por otras 18 organizaciones de la sociedad civil. En la propuesta se pedía una nueva asignación de DEG para proporcionar liquidez inmediata y servir de puente a nuevas reformas, incluidas las asignaciones automáticas basadas en las necesidades, y volver a la clasificación del FMI anterior a 2009 de los DEG como acciones (en lugar de como pasivos), a fin de eliminar los obstáculos jurídicos a los países que los utilizan. La propuesta señalaba: “Existe una necesidad urgente de crear un sistema de DEG que sea adecuado para ayudar a todos los países miembros del FMI a lograr una transición feminista y justa y a perseguir sus objetivos de desarrollo. Esto requiere asignaciones de DEG que sean más regulares, predecibles y basadas en las necesidades, así como reformas que mejoren la facilidad de uso de los DEG y aumenten su liquidez de manera similar a otros tipos de reservas”.