El Grupo Banco Mundial (GBM), tras más de un año de consulta pública, dio a conocer su Estrategia de Género para 2024-2030 final a mediados de junio. Con pocos cambios significativos con respecto al borrador compartido con las partes interesadas en octubre de 2023 (véase el Observador de Otoño de 2023), los seguidores del proceso esperan detalles sobre el plan de implementación de la estrategia y una visión más clara de cómo se aplicará a la reposición de recursos de la AIF-21 (véase el Observador de Otoño de 2024 y el de Verano de 2024) y el nuevo Cuadro de Mando Corporativo (véase el Observador de Otoño de 2024). Hasta ahora, parece que la nueva estrategia de género del Banco terminará diluyéndose en un número limitado de indicadores sobre ‘inclusión financiera’ en el Cuadro de Mando y una ‘lente’ de género en la AIF-21, a pesar de que la sociedad civil ha pedido repetidamente un un enfoque más holístico, basado en los derechos y centrado en el bienestar en todas las consultas sobre la estrategia de género.
A medida que se desarrollaba la estrategia, las voces de la sociedad civil instaron al Banco a asumir compromisos ambiciosos y transformadores que se centraran en una perspectiva de género y proporcionaran financiamiento adecuado (véase el informe, Civil Society calls for rethink of World Bank’s ‘evolution roadmap’ as part of wider reforms to highly unequal global financial architecture). La nueva estrategia de género incluye referencias largamente esperadas a los derechos de las mujeres como derechos humanos (una primicia para el Banco) y, además, hace hincapié en el valor de los servicios públicos para las mujeres y las niñas, indicando su “apoyo al financiamiento del sector público para los servicios básicos”. Sin embargo, ni en el proyecto de paquete de políticas de la AIF-21 ni en el Cuadro de Mando Corporativo recientemente publicado, se tiene en cuenta una visión más holística de lo que se necesita para lograr la igualdad de género.
Cuadro de Mando Corporativo: ¿dónde está la Estrategia de Género?
Ha sido difícil entender cómo se aplica la Estrategia de Género a la estructura cambiante de un Banco Mundial en reforma a través de la implementación de la Hoja de Ruta de Evolución. A lo largo de este año, han surgido una serie de procesos relevantes en materia de género. La estrategia formalizada identifica lo que el Banco considera barreras para lograr la igualdad de género, pero su plan de implementación aún se está desarrollando, con comparativamente poca consulta a la sociedad civil hasta la fecha. El Banco desarrolló un nuevo Cuadro de Mando Corporativo que, según dice la gerencia, hará que el Banco rinda cuenta por los resultados medibles en materia de desarrollo (véase el Observador de Otoño de 2024). Al mismo tiempo, se está ultimando el paquete de políticas de reposición de recursos de la AIF-21, en el período previo a las Reuniones Anuales de octubre, lo que representa una oportunidad clave para que el Banco respalde el financiamiento crucial de las prioridades esbozadas en la Estrategia (véase el Observador de Otoño de 2024).
En lugar de abordar las preocupaciones de la sociedad civil y los diputados en relación con el género, el Banco ha propuesto un enfoque que no logra integrar el género en todas las áreas de interés, lo que supone un riesgo significativo de retrocesos adicionales en los logros en materia de igualdad de género por los que tanto se ha luchado.Fiana Arbab, Oxfam International
El reciente Cuadro de Mando Corporativo del Banco es aclamado como una “herramienta de gestión estratégica para impulsar la acción orientada a los resultados”, que reemplazará más de 150 indicadores para cada institución del GBM por un conjunto transversal de 22 indicadores. Sin embargo, el Cuadro de Mando propone una conceptualización sorprendentemente estrecha de cómo deben medirse los avances en materia de igualdad de género. Como una de las 15 áreas de resultados, los dos indicadores de ‘igualdad de género’ incluidos son: “Millones de personas que se benefician de acciones para promover la igualdad de género, de las cuales (%) de acciones que amplían y permiten oportunidades económicas” y “Millones de personas y empresas que utilizan servicios financieros, de las cuales (%) son mujeres”.
Estos resultados son muy insuficientes para medir el impacto del Banco en la igualdad de género, y parecerían justificar los temores de la sociedad civil sobre el ‘lavado rosa’ del enfoque de ‘normalidad’ del Banco (véase el Observador de Otoño de 2023). Además, el modelo de inclusión financiera ha sido duramente criticado por su tendencia a aumentar el endeudamiento, profundizar la financierización de los servicios públicos esenciales y dar prioridad a los beneficios empresariales, al tiempo que no aborda las causas estructurales de la inequidad de género (véase el Observador de Primavera de 2023).
AIF-21: logros conseguidos que vuelven a perderse
A lo largo de este año, las OSC han tratado de garantizar que el género no pierda su prioridad en la AIF-21. El género ha sido un tema especial de la AIF desde la AIF-16, con la más reciente reposición de recursos de la AIF-20 prometiendo compromisos de política para financiar iniciativas de cuidado infantil y abordar la violencia de género. Los activistas de género instaron al Banco a traducir las fortalezas de la nueva estrategia en la valoración de los servicios públicos, el reconocimiento de las diferentes formas de la economía del cuidado y el fomento de los derechos humanos de las mujeres. En cambio, el borrador del marco de políticas de la AIF-21 publicado en junio ha relegado el género a una ‘lente’ que, según se informa, se aplicará en todas las áreas, pero con pocos compromisos políticos tangibles.
Las feministas han desconfiado durante mucho tiempo de la ‘transversalización del género’ como enfoque – la cual el Banco ha defendido a lo largo de los años) (véase Al interior de las instituciones, The World Bank’s approach to gender mainstreaming). Fiana Arbab, de Oxfam Internacional, expresó su “profunda preocupación por el hecho de que el género haya perdido aún más prioridad en el marco de políticas de la AIF-21. En lugar de abordar las preocupaciones de la sociedad civil y los diputados en relación con el género, el Banco ha propuesto un enfoque que no logra integrar el género en todas las áreas de interés, lo que supone un riesgo significativo de retrocesos adicionales en los logros en materia de igualdad de género por los que tanto se ha luchado”.
La aparente debilidad de la implementación de la Estrategia de Género en estos procesos del Banco lleva a cuestionar las dinámicas de poder dentro del Banco. En una presentación sobre AIF-21 y género, la directora global de género del Banco, Hana Brixi, pareció moderar las expectativas sobre compromisos específicos en materia de políticas de género, a favor de una implementación más amplia. Sin embargo, mientras el Banco siga siendo preceptivo en la profundización de su impulso hacia el financiamiento privado (véase el Observador de Invierno de 2023), el financiamiento y la programación tangibles pueden ser la única forma en que el Banco puede lograr un impacto positivo de género en todas sus operaciones.