Gobernanza de las IFI

Análisis

Nuevo Cuadro de Mando Corporativo del Banco Mundial: cómo pasar por alto las prioridades de los clientes e ignorar el impacto en el desarrollo

16 octubre 2024 | Traducción:Gustavo Alzugaray

World Bank cartoon lost in the middle of a forest

A fines de junio, el Grupo Banco Mundial (GBM) dio a conocer su nuevo Cuadro de Mando Corporativo. Este sustituye a los más de 150 indicadores utilizados anteriormente para evaluar a los distintos organismos del GBM por un conjunto de 22 nuevos indicadores centrados en los resultados que utilizará todo el GBM, organizados en torno a 15 áreas.

Aunque la reforma del Cuadro de Mando se ha elaborado en el contexto del proceso de la Hoja de Ruta de Evolución del Banco Mundial, la persistente dependencia de las materias primas, y lo que el Banco reconoce es una crisis de desarrollo, carece de medios para medir la contribución del Banco a la transformación económica de los países, a pesar de ser una prioridad temática para el Banco. También sigue siendo un foco de atención para los países de ingreso bajo y medio, tal como se refleja, inter alia, en el Documento final del G77 de la Tercera Cumbre del Sur, que tuvo lugar en el 60º aniversario del Grupo en Uganda los días 21 y 22 de enero, y en la Agenda 2063 de la Unión Africana.

En un documento de abril de 2024, titulado Driving action, measuring results presentado a la junta directiva del GBM para su aprobación, la gerencia del Banco argumentó que el Cuadro de Mando representa un cambio radical en la forma en que la institución mide los impactos y la eficacia de sus acciones, ya que se centra en “los resultados más que en los productos”. Un comunicado de prensa del 9 de abril del GBM, citando a Anna Bjerde, Directora Gerente de Operaciones del Banco Mundial, enfatizó este punto: “[el cuadro de mando] proporciona plena visibilidad sobre lo bien que estamos abordando los desafíos más difíciles, como la pobreza, el cambio climático, la fragilidad y la inseguridad alimentaria”. Sin embargo, el consultor de desarrollo internacional Rick Rowden señaló: “Es peculiar que el Banco Mundial haya elegido ‘reducir la pobreza’ como su misión principal. Si la pobreza puede ser vista como un síntoma de la falta de un desarrollo económico nacional exitoso, entonces ¿por qué no hacer del desarrollo económico nacional exitoso su misión principal?”

Las economías africanas se han vuelto menos diversificadas y ha caído la competitividad de sus exportacionesEd Brown, African Center for Economic Transformation

Una hoja de ruta “evolucionada”: perder el bosque para 22 árboles

El nuevo Cuadro de Mando Corporativo es el resultado de los procesos que culminaron en las polémicas reformas de la ‘Hoja de ruta de evolución‘ y del ‘Manual de estrategias‘ (véase el Observador de Primavera de 2024). El proceso se inició en respuesta a los llamamientos renovados para que se reforme la arquitectura financiera internacional, incluyendo a los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), los cuales incrementaron, inter alia, por la desigual respuesta a la pandemia de Covid-19 y la recuperación de la misma (véase el Observador de Verano de 2022 y el de Verano de 2020). Si bien el enfoque en los resultados del Cuadro de Mando y el aumento de la transparencia de los datos y la metodología se consideran avances positivos, las preocupaciones persisten. Estas incluyen las consecuencias de reducir los más de 150 indicadores anteriores a solo 22, el enfoque estrecho y controvertido del indicador de género en el acceso a los servicios financieros, desconectada  de la referencia inédita a los derechos humanos de la nueva Estrategia de Género  (véase el Observador de Otoño de 2024 y el de Otoño de 2023) y preocupaciones con respecto a ciertas metodologías, como las utilizadas para los indicadores de acceso a la energía y de empleo (los primeros incluyen tanto inversiones directas como indirectas). La inclusión de indicadores de ‘movilización’ y ‘habilitación’ del capital privado y determinadas opciones metodológicas también refuerzan las preocupaciones sobre la continua dependencia del Banco de soluciones impulsadas por el mercado y la agenda de miles de millones a billones.

La falta de un indicador para medir la transformación económica, posiblemente el objetivo clave de cualquier institución multilateral de desarrollo como el Banco Mundial, proporciona un apoyo adicional a las críticas de la sociedad civil a las deficiencias de la Hoja de Ruta de Evolución en general (véase el Observador de Primavera de 2024, el de Verano de 2023 y el At Issue de Verano de 2023). Erin McCandless, de la Universidad of Witwatersrand, subrayó: “También está en contradicción con los acuerdos de los Estados miembros reflejados en los principios prioritarios que sustentan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para no dejar a nadie atrás, y para abordar y reducir la desigualdad, que sustentan los ODS enfocados en los resultados”. Desde el inicio del proceso, la sociedad civil ha pedido que la Hoja de Ruta de Evolución se base en una evaluación de los aportes del Banco Mundial a resultados equitativos y ecológicamente sostenibles. El Banco debería evaluar si sus programas contribuyeron a una menor exposición al clima externo y a otras perturbaciones, a una menor frecuencia y profundidad de las crisis de deuda y de la dependencia de los productos básicos y a una mejor posición de los países de ingreso bajo y medio en la jerarquía económica altamente desigual del mundo. No sólo se ha hecho caso omiso de la petición de evaluación, sino que la herramienta desarrollada para hacer que el Banco rinda cuentas y para informar y guiar al ‘Banco del Conocimiento’ carece de la capacidad necesaria para discernir su impacto en un componente clave de su mandato de desarrollo y la prioridad de sus clientes.

La transformación estructural brilló por su ausencia

La necesidad de centrarse en políticas que apoyen la transformación económica desde diversas perspectivas es evidente, sobre todo para garantizar una transformación ecológica equitativa. El African Center for Economic Transformation (ACET), un instituto panafricano de políticas, publicó su último African Transformation Index el año pasado, donde demostró que la mayoría de los países africanos no están transformando sus economías a un ritmo consistente ni constante. El director de ACET, Ed Brown, dijo: “Si bien algunos países han logrado avances significativos en la transformación económica, el promedio sigue siendo bajo… Las economías africanas se han vuelto menos diversificadas y ha caído la competitividad de sus exportaciones, lo que podría disminuir su resiliencia a las perturbaciones externas”.

Tal como reconoció el Banco Mundial en su informe The Great Reversal de abril, la suerte de los prestatarios de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el brazo del Banco Mundial para los países de ingreso bajo, se ha deteriorado significativamente. Si bien el informe se centra en los recientes retrocesos, un informe de julio de 2023 del Center for Global Development (CDG), con sede en Estados Unidos, destacó que “de los 81 países que formaban parte [de la AIF] en 1996, solo 17 se han graduado”.

El Informe sobre el Desarrollo Mundial (WDR, por su sigla en inglés) 2024 del Banco mundial, titulado La trampa del ingreso medio, vuelve la lectura más sombría. De manera similar a las cifras de graduación de la AIF, el informe señala que en los últimos 37 años solo 34 países, con una población de solo 250 millones, pasaron de la categoría de ingreso medio a la de ingreso alto. El informe destaca “la percepción general de que las últimas tres décadas han sido excelentes para el desarrollo… se debe a las expectativas abismalmente bajas”, concluyendo que sus perspectivas han empeorado. La iniciativa del G20 en Apoyo a la industrialización en África y los países menos adelantados, presentada en la Cumbre de Líderes de 2016 en Hangzhou, China, destacó que “la industrialización es un componente crítico en la transformación económica”.

El cuadro de mando se utilizará hasta 2030 y se beneficiará de una revisión intermedia. El Banco Mundial ha subrayado que el cuadro de mando es un trabajo en curso y un “documento vivo”, en el que se sigue trabajando en su metodología y se esperan nuevos detalles en las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el FMI que se celebrarán en octubre. Dado el contexto anterior, es imperativo que la sociedad civil mundial continúe exigiendo al Banco Mundial y a otros bancos multilaterales de desarrollo que rindan cuentas por el cumplimiento de un mandato básico de desarrollo.