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El Banco Mundial avanza a toda máquina en la agroindustria, pero un informe de CAFOD destaca los daños en el género de su enfoque

12 diciembre 2024 | Traducción:Gustavo Alzugaray

Kitabi Tea Processing Facility in Rwanda. Credit: A'Melody Lee / World Bank.

Kitabi Tea Processing Facility in Rwanda. Credit: A'Melody Lee / World Bank.

En un evento emblemático durante las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el FMI de este año en Washington DC, el presidente del GBM, Ajay Banga, anunció que el Banco daría un “giro estratégico” para duplicar sus compromisos de agrofinanciamiento y agronegocios a USD 9.000 millones anuales para 2030. Sin embargo, un informe del mes de octubre titulado Seed Systems and Gender Equality, de la organización de la sociedad civil CAFOD, con sede en el Reino Unido, concluyó que las intervenciones del GBM en los sistemas agrícolas pueden tener impactos negativos en los grupos vulnerables, incluyendo a las mujeres.

Banga enmarcó el compromiso como “fundamentalmente, una iniciativa de empleo” y señaló que se prevé que la inseguridad alimentaria mundial aumente un 60% en las próximas décadas. Una combinación de financiamiento público y privado fue fundamental para la solución propuesta para aumentar la producción agrícola. Este enfoque sin duda generará preocupaciones entre los observadores del Banco sobre el desequilibrio de poder entre las agroempresas internacionales y los pequeños agricultores, muchos de los cuales han criticado el aumento de los instrumentos de financiamiento privado del Banco como parte de su Hoja de Ruta de Evolución (véase el Observador de Primavera de 2024).

Ampliar el enfoque actual del Banco es un riesgo para la igualdad de género

 El nuevo informe de CAFOD detalla cómo los impactos negativos de las intervenciones del Banco Mundial en los sistemas de semillas para la igualdad de género – con las mujeres representando el 43% de la fuerza laboral agrícola – ofrecen una oportunidad crítica para que la sociedad civil rastree y exponga los impactos sociales del enfoque del Banco hacia la agroindustria. CAFOD analizó una selección de programas agrícolas del Banco Mundial en 2024 para evaluar su enfoque de género, y constató que se centran “casi exclusivamente en promover el mercado comercial de semillas y alentar a los agricultores a comprar semillas híbridas y fertilizantes. Sin embargo, ignoraron el papel de los sistemas de semillas gestionados por los agricultores para permitir que los pequeños agricultores combatan la pobreza y mejoren la seguridad alimentaria”. Los cambios en la legislación que favorecen los mercados comerciales de semillas sobre los sistemas de semillas localizados existentes han afectado la disponibilidad de variedades de semillas tradicionales y la calidad de las semillas a las que pueden acceder las mujeres. Esto, a su vez, ha afectado los ingresos de las mujeres y su seguridad alimentaria, y ha quebrantado la conservación de la biodiversidad. El informe destaca el caso de Kenia, donde las leyes que prohíben la venta o incluso el intercambio de semillas dan lugar a sanciones y posibles penas de cárcel, lo que hace que las agricultoras (que representan el 80% de la fuerza laboral agrícola de Kenia) tengan miedo de guardar semillas. Estas conclusiones se hacen eco de impactos similares en los derechos de los agricultores en Zambia debido a las recientes reformas respaldadas por el Banco (véase el Observador de Verano de 2024).

El llamado de Banga a una ´constelación de soluciones´ es alentador. Pero su enfoque en la agroindustria pone las ganancias, no a los pequeños productores, en el centro de esa constelación. Nuestro informe muestra que no priorizar a los pequeños productores socavará la igualdad de género y la seguridad alimentaria.Ruth Segal, CAFOD

Ruth Segal, coautora del informe de CAFOD, comentó: “el llamamiento de Banga a una ‘constelación de soluciones’ es refrescante. Pero su enfoque en la agroindustria pone las ganancias, no a los pequeños agricultores, en el centro de esa constelación. Nuestro informe muestra que si no se da prioridad a los pequeños agricultores, se socavará la igualdad de género y la seguridad alimentaria”.

El informe también destaca la imposición por parte del Banco de sistemas ‘con fines de lucro’ en países donde las semillas no son necesariamente una propiedad, sino que se comparten entre las comunidades. CAFOD descubrió que el Banco promovió cambios a las leyes de certificación de semillas, haciendo ilegal que las comunidades “propaguen, cultiven, intercambien y vendan sus propias semillas”. Esta falta de consideración contextual pone de relieve el grave riesgo de la enorme ‘ampliación’ anunciada por Banga en las Reuniones Anuales y pone en tela de juicio el valor de la nueva Estrategia de Género 2024-2030 del Banco (véase el Observador de Otoño de 2024). CAFOD constató que las métricas utilizadas para evaluar el impacto de género de los programas solo cuentan el número de mujeres alcanzadas, sin considerar ningún factor social, económico y cultural que afecte el papel de la mujer en la agricultura. A pesar de la nueva Estrategia de Género, importantes programas del Banco siguen sin tener en cuenta el género, ya que la seguridad alimentaria es una cuestión de género, dada la prevalencia del control patriarcal de la tierra en muchos países prestatarios del Banco (véase el informe, Assessing the Bretton Woods Institutions Legacy).