La elección de Donald Trump para liderar el mayor accionista del Banco Mundial puede afectar la larga prohibición del Banco de apoyar la energía nuclear. Los llamados a revisar la política del Banco han ido en aumento, con seis nuevos países respaldando una declaración para triplicar la producción de energía nuclear para 2050, incluidos varios del Sur Global. En septiembre, 14 de los bancos más grandes del mundo declararon su apoyo a esos esfuerzos. El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, se dirigió a los directores ejecutivos del Banco Mundial durante las Reuniones Anuales de octubre, destacando que el apoyo del Banco Mundial a la energía nuclear lo pondría en consonancia con el ‘nuevo consenso’ alcanzado en la COP28 de Dubái. Esos llamamientos y optimismos son contradichos por las preocupaciones de la sociedad civil sobre el enfoque, incluido su impacto en el retraso de la descarbonización.
El Financial Times informó en octubre que “los asesores de la oficina del presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, están dispuestos a encontrar soluciones [a la prohibición]”, y destacó que “el presidente republicano del comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, el representante Patrick McHenry, ha presentado una legislación que exige al Tesoro de Estados Unidos que presione al Banco Mundial para que levante su prohibición sobre la energía nuclear”. Si bien el proyecto de ley no ha sido aprobado, el artículo señaló que el personal es “cautelosamente optimista de que la postura del Banco podría cambiar pronto”. Tal optimismo sin duda refleja el apoyo de Trump para la inversión en energía nuclear. El enfoque de Estados Unidos sobre la posición del Banco en relación con el tema también puede estar influenciado por argumentos de seguridad, que destacan el liderazgo de China y Rusia en el sector.