La nueva estrategia energética del Banco para África le ofrece una oportunidad importante de integrar el logro del ODS 7 en sus préstamos de energía en el continente.

La nueva estrategia energética del Banco para África le ofrece una oportunidad importante de integrar el logro del ODS 7 en sus préstamos de energía en el continente.
El Banco Mundial anunció el financiamiento del controvertido Corredor de Gas del Sur, al tiempo que abandona otros dos notorios pero problemáticos mega-proyectos, Inga 3 en la República Democrática del Congo y Simandou en Guinea.
El préstamo de USD 3.750 millones del Banco, en 2010, no ha brindado energía confiable a los usuarios sudafricanos, a pesar de los enormes sobrecostos del agua.
El Banco encarga un estudio de opciones de energía que explore fuentes alternativas de electricidad.
Después de un largo conflicto sobre una red de energía financiada por el Banco Mundial en Nepal, las comunidades piden que se llegue a la consulta y el proceso justos y significativos para la resolución del conflicto.
Un informe del Banco Mundial que pide una colaboración más estrecha entre las empresas mineras y las eléctricas en África, es criticado por no darle importancia a los riesgos y por descuidar las opciones más eficientes para el suministro de la electricidad para las personas pobres.
Fue lanzado el Instrumento para la Infraestructura Mundial con sede en el Banco Mundial, a pesar de las preocupaciones sobre los riesgos, incluyendo la duplicación con otras iniciativas tales como el nuevo Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.
Se espera que el Instrumento para la Infraestructura Mundial (GIF) sea lanzado en octubre de 2014 como un programa con sede en el Banco Mundial. Siguen las preocupaciones sobre el continuado apoyo del Banco Mundial a la infraestructura de los hidrocarburos.
El Banco Mundial se enfrenta a una intensificación de la competencia en infraestructuras a gran escala en Asia con la inversión en infraestructura del Banco Asiático AIIB y del Banco BRICS.
La CFI fue criticada por haber socavado la rendición de cuentas social y ambiental en el proyecto de la central hidroeléctrica a carbón Tata Mundra en la India, al ignorar las recomendaciones de su mecanismo de rendición de cuentas.