El historial problemático en el financiamiento del clima y los combustibles fósiles significa que la colaboración del FMI y el Banco Mundial en el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad amenaza con repetir políticas fallidas.

El historial problemático en el financiamiento del clima y los combustibles fósiles significa que la colaboración del FMI y el Banco Mundial en el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad amenaza con repetir políticas fallidas.
A pesar de un creciente enfoque en los problemas climáticos, ambas instituciones han respaldado el controvertido proyecto de GNL de Mozambique.
Pese a haber hecho algunos cambios positivos, la revisión del Marco de Sostenibilidad de la Deuda del FMI y el Banco Mundial ha ignorado los temas clave, mientras persiste el riesgo de nuevas crisis.
El informe de una OSC demostró que la política de préstamos para el desarrollo del Banco Mundial está apoyando incentivos a los combustibles fósiles en Egipto, Indonesia, Mozambique y Perú.
Un nuevo préstamo de 456 millones de dólares del FMI a Mozambique corre el riesgo de aumentar la inseguridad y la crisis de la deuda, ya que los proyectos de GNL han alimentado el conflicto y es probable que se conviertan en activos varados.
La comunidad internacional no ha logrado proporcionar una financiación adecuada para las “pérdidas y daños”, al tiempo que en los países más pobres crece la deuda.
Un blog del FMI reconoció la debilidad del enfoque del FMI sobre la sostenibilidad de la deuda mientras la sociedad civil sigue exigiendo un enfoque basado en los derechos humanos que considere quién carga con el peso del pago de la deuda.
Mozambique no cumple con su deuda luego de que FMI congela los préstamos. El FMI reabre las discusiones sobre un nuevo programa de préstamos pero a la sociedad cvil le preocupan las lecciones no aprendidas.