La sociedad civil y los economistas se unen para pedir al FMI que elimine los recargos poco éticos y dañinos en los países miembros que socavan la estabilidad financiera y la recuperación de la Covid-19.

La sociedad civil y los economistas se unen para pedir al FMI que elimine los recargos poco éticos y dañinos en los países miembros que socavan la estabilidad financiera y la recuperación de la Covid-19.
La presión continua del FMI por la independencia del banco central fue criticado como antidemocrático, desigual y por restringir la capacidad de los países para responder a la pandemia.
Mientras el FMI celebra el aumento del IVA, las mujeres y los menos capaces de pagar se quedan atrás en el empeoramiento de la crisis de desigualdad.
Ecuador, Egipto, Sudáfrica y Ucrania han firmado recientemente programas de préstamos del FMI que implican severas medidas de austeridad.
La evidencia preliminar sugiere que los programas del FMI mantienen objetivos de consolidación fiscal a largo plazo, mientras que el Banco Mundial continúa la narración de Maximizr Finanzas para el Desarrollo en medio de la crisis del Covid-19.
Las medidas de austeridad respaldadas por el FMI mataban de hambre el sector de la salud desde antes de la pandemia, sin embargo, el Fondo continúa prescribiendo una devastadora consolidación fiscal a largo plazo.
Desde América Latina hasta el norte de África y Medio Oriente, los gobiernos enfrentan una reacción violenta contra los programas de préstamos y las recomendaciones de políticas del FMI.
Los programas del FMI provocan dudas sobre los ataques inconstitucionales a los derechos de los trabajdores.