+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Observador de Verano de 2021 de Bretton Woods Un examen crítico trimestral de los acontecimientos en el Banco Mundial y el FMI Publicado por el BRETTON WOODS PROJECT En colaboración con ONG e investigadores para monitorear el Banco Mundial y el FMI +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ 1. Déficit democrático: el FMI, Ecuador y la independencia del banco central (FINANZAS/análisis) 3. Estabilidad económica con inestabilidad social: El FMI y las protestas por la austeridad en Colombia, Mario Alejandro Valencia (FINANZAS/análisis) 4. El Banco Mundial debe situar la transformación económica en el centro de la reposición de la AIF20, Kwasi Adu-Amankwah (FINANZAS/ comentario) 5. Últimas investigaciones sobre cuestiones de género del FMI: ¿Hacer que la economía funcione para las mujeres o que las mujeres funcionen para la economía? (GÉNERO/análisis) 6. La CFI enfrenta preguntas críticas sobre las inversiones en economía gig (DERECHOS/noticias) 7. Las perspectivas de ingresos petroleros del Banco Mundial para Guyana están en desacuerdo con la acción climática (MEDIO AMBIENTE/ noticias) 8. El nuevo Plan de Acción del Banco Mundial sobre Cambio Climático no cumple con la tan necesaria agenda transformadora (MEDIO AMBIENTE/ análisis) 9. El FMI se enfrenta a una ola de llamamientos para suspender los desembolsos de préstamos en África (RENDICIÓN DE CUENTAS/noticias) 10. El gobierno holandés demandado ante un tribunal del Banco Mundial por un plan de eliminación gradual de combustibles fósiles (MEDIO AMBIENTE/noticias) 11. Ex experto independiente de la ONU pide que se ponga fin a los recargos del FMI (FINANZAS/noticias) 12. La sociedad civil pide que la CFI y el OMGI se basen en la reforma del CAO (GOBERNANZA DE LAS IFI/noticias) 13. El mecanismo de violencia de género del Banco Mundial plantea “serias preocupaciones” (GÉNERO/noticias) 14. Malpass convierte al Banco Mundial en un paria con su oposición a la exención del Acuerdo sobre los ADPIC (SERVICIOS SOCIALES/noticias) ===================================================================== FINANZAS/análisis Déficit democrático: El FMI, Ecuador y la independencia del Banco Central Resumen - Ecuador aprueba ley que otorga independencia al Banco Central tras las demandas del FMI - La independencia de los bancos centrales se ha convertido en una política básica del FMI y en una importante manera de dar forma a la política monetaria mundial - Organizaciones de la sociedad civil y académicos plantean su preocupación por la política en Ecuador y en todo el mundo En abril, la Asamblea Nacional ecuatoriana aprobó una ley que aumentaba bastante la independencia del Banco Central ecuatoriano. La medida, que había sido un punto de aguda tensión durante las elecciones presidenciales de Ecuador a principios de este año, fue requerida por el FMI para que Ecuador accediera a un préstamo de USD 6.500 millones acordado en septiembre de 2020. La “ley para la defensa de la dolarización” establece autonomía legal y operativa para el Banco Central del Ecuador (BCE), iberándola de la autoridad directa del ministro de Hacienda, quien anteriormente encabezaba una junta que fijaba la política monetaria del banco y controlaba su presupuesto. La ley –cuyo decretos están entrando en vigor– prohibirá al BCE financiar el gasto público, comprar deuda del sector público e invertir en empresas públicas o privadas. El FMI ha hecho hincapié en la reforma del Banco Central, designándola como una de las dos únicas acciones previas, un tipo de condición requerida para el desembolso de préstamos. La legislación fue preparada con el apoyo técnico del FMI, afirmando que alineará al BCE “con las mejores prácticas en áreas de gobernabilidad, independencia, objetivos, transparencia y controles”. La independencia del banco central (IBC) había sido previamente parte de la cartera de reformas propuestas por el FMI para el préstamo de USD 4.200 millones de dólares a Ecuador en 2019, pero quedó sin implementar ya que el gobierno se encontró con protestas generalizadas y la oposición política (véase el Observador de Invierno de 2019). Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) internacionales y nacionales y los académicos han respondido con enojo a la nueva ley. Una declaración de enero de académicos afiliados a Progressive International, una campaña de movilización mundial, calificó de “absurdo económico” limitar la capacidad del Estado “para usar toda su gama de herramientas de política”, y agregó que la ley facilitaría “la salida de capital de las instituciones financieras privadas ecuatorianas”. Jameson Mencías, economista ecuatoriano de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd), comentó que las reformas propuestas en esta ley “apuntan a la protección de la banca privada y la liberalización de los flujos financieros, confundiendo claramente la defensa del sistema monetario con la defensa del sistema bancario”. No es sólo en Ecuador donde el FMI ha estado presionando agresivamente para que la IBC. En los últimos meses, ha destacado en las conversaciones sobre préstamos del FMI con Mauricio, República Democrática del Congo y Ucrania. En las últimas dos décadas, la IBC se ha convertido en una política básica del FMI y en una importante manera de dar forma a la política monetaria mundial. El FMI y el aumento de la independencia de los bancos centrales Los bancos centrales son las instituciones responsables de administrar la moneda y la política monetaria de un país, es decir, la oferta de dinero a una economía y las tasas de interés a pagar por el endeudamiento. Contrariamente a la opinión popular, su independencia es una práctica política relativamente reciente, que surge por primera vez en la década de 1970. En los últimos 25 años ha habido un “aumento mundial” de IBC: los académicos señalan que en 2015, el 81% de los países tenía una puntuación en el índice de la IBC superior a 0,5 (en una escala de 0 a 1, donde 1 representa la plena independencia), en comparación con el 12% en 1980. Como se reconoce ampliamente, el FMI ha desempeñado un “papel vital” en esta transición de políticas mundiales. Inicialmente no era una característica importante de la condicionalidad o la asistencia técnica del FMI, desde el década de 1990 el Fondo ha pedido cada vez más diversas políticas para impulsar la IBC. El argumento a favor de la IBC es simple: controla la inflación quitando la gestión de las tasas de interés de las manos de los miopes políticos. Como escribe el personal técnico del FMI, “si los políticos manipulan la política monetaria para reforzar su popularidad preelectoral, su priorización de las ganancias políticas a corto plazo podría invitar a un dolor a largo plazo para la economía, en forma de una mayor inflación o incluso una hiperinflación”. Esta “interferencia política” –como la llama el FMI– implica que los gobiernos presionen a los bancos centrales para que bajen las tasas de interés. Esto hace que sea más barato para las empresas endeudarse y expandirse, lo que crea empleo. Esto aumenta la popularidad de los gobiernos, pero a costa de que la inflación se salga de control. La “interferencia” también implica que los gobiernos recurran a los bancos centrales para financiar su gasto público, elevando así la deuda pública a niveles insostenibles. Sin embargo, a pesar de su presentación como una buena práctica, el proceso de aumento de la IBC es muy polémico y, de hecho, puede ser perjudicial para el desarrollo. Antidemocráticos, subdesarrollos y desiguales Los críticos han argumentado que sacar la política monetaria de las manos de los políticos electos es antidemocrático. Como sostiene el economista y ex ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, “los llamados bancos centrales independientes son independientes sólo de sus parlamentos y del pueblo y, por lo tanto, están totalmente en los bolsillos de los financistas y de la oligarquía en general”. Si bien el personal técnico del FMI ha comentado que la IBC tiene como objetivo “tomar decisiones de política monetaria sin la política”, como sugiere Varoufakis, la eliminación de la autoridad gubernamental sobre los bancos centrales no los hace libres de la política, sino sólo libre de rendición de cuenta democrática. En un documento de trabajo de 2020, el Fondo preguntó si los bancos centrales deberían considerar la desigualdad al tomar decisiones. Su inevitable ambigüedad a la hora de responder a esas preguntas apunta a la falacia central del argumento de que los bancos centrales pueden estar “libres de la política”. Incluso voces del establishment como Foreign Policy reconocen ahora que la “ilusión” de que la política monetaria es “técnica, no política” se ha acabado por completo con la respuesta a la pandemia, que ha demostrado que los bancos centrales “llevan las riendas de la economía mundial”. También se ha argumentado que la IBC aumenta el poder del Fondo, a expensas de los parlamentos nacionales. El economista Bernhard Reinsberg observa que, al limitar las opciones de política, “el fortalecimiento de la IBC ayuda al FMI a empujar a un gobierno a adoptar dolorosas medidas de austeridad y reforma, lo que en última instancia conduce a un mayor cumplimiento de los programas”. Esta reducción del espacio de políticas hace que los países sean menos desarrollos. Según Daniel Munevar, de la red de la sociedad civil Eurodad, con sede en Bélgica, “en la práctica, la IBC se convierte en otra limitación vinculante de la capacidad de los países para utilizar el espacio de políticas disponible para aplicar políticas de desarrollo”. Es importante destacar que estas herramientas restringidas –como el fomento del empleo mediante el ajuste de las tasas de interés o la financiación del gasto interno– fueron partes esenciales de los programas de política que los países ricos de hoy utilizaron como parte de sus políticas de desarrollo. La ola de IBC de las últimas décadas también ha tenido impactos más amplios. Se ha demostrado que el aumento de la IBC conduce directamente a la desregulación financiera, ya que los gobiernos buscan herramientas de política alternativas para estimular sus economías. Esto los ha hecho más abiertos a las conmociones financieras y aumenta la influencia de los actores financieros privados sobre la política pública. En relación con esto, un documento de trabajo del Banco Mundial de enero sostiene que la IBC aumenta la desigualdad al reducir el espacio de la política fiscal (dificultando la redistribución), aumenta la financierización (lo que beneficia a los titulares de activos) y debilita el poder de negociación de los trabajadores. El FMI debe reevaluar críticamente sus políticas de bancos centrales si se quiere dar a los países el espacio para priorizar el bienestar de sus ciudadanos por sobre los intereses de las finanzas globales. La pandemia no ha hecho más que exacerbar esta tensión. La economista Jayati Ghosh comenta que “Todos los mitos de la independencia del banco Central han sido disparados por las nubes por la pandemia, pero solo en las economías avanzadas. En el mundo desarrollado, son plenamente conscientes de que la política monetaria tiene que estar estrechamente alineada con la política fiscal y ambas tienen que ser expansivas para apoyar la recuperación económica y proteger a los ciudadanos durante esta gran crisis. Pero no es evidente tal constatación para los países en desarrollo, donde las políticas claramente equivocadas de austeridad fiscal y la llamada independencia del banco central están siendo impulsada en poblaciones ya muy golpeadas por la pandemia". Para que países como Ecuador respondan eficazmente a la crisis necesitan más, no menos, herramientas para apoyar el desarrollo. bit.ly/CBindependence ===================================================================== En este número - Estabilidad económica con inestabilidad social: El FMI y las protestas por la austeridad en Colombia, Mario Alejandro Valencia - El Banco Mundial debe situar la transformación económica en el centro de la reposición de la AIF20, Kwasi Adu-Amankwah - Últimas investigaciones sobre cuestiones de género del FMI: Hacer que la economía funcione para las mujeres, o que las mujeres trabajen para la economía - El nuevo Plan de Acción del Banco Mundial sobre Cambio Climático no cumple con la tan necesaria agenda transformadora ===================================================================== FINANZAS/análisis Estabilidad económica con inestabilidad social: El FMI y las protestas por la austeridad en Colombia Análisis externo de Mario Alejandro Valencia, Latindadd Resumen: - Protestas masivas en Colombia tras la propuesta de reforma tributaria del FMI - Los recortes esperados del gasto público alejan la posibilidad de una fuerte recuperación de la pandemia Colombia, según el Banco Mundial, es uno de los cinco países más desiguales a nivel mundial. Esto es en parte el resultado de su estructura tributaria regresiva que, tras 15 reformas en los últimos 30 años, ha evolucionado para aumentar la prevalencia de impuestos indirectos como el regresivo impuesto al valor agregado (IVA) y reducir los impuestos directos, como los que gravan a las empresas. Cada reforma ha introducido nuevas excepciones que suman más de 230 exenciones fiscales diferentes, lo que representa una pérdida fiscal anual de aproximadamente USD 4.500 millones. El país ha entrado en una trampa de austeridad, tras las exigencias del FMI sobre múltiples programas de ajuste estructural a cambio de préstamos para resolver sus problemas de balanza de pagos. La última cuota de préstamo de USD 5.400 millones tuvo lugar en diciembre de 2020, y fue seguida en febrero de 2021 por recomendaciones del FMI para aumentar aún más el IVA y ampliar la base del impuesto sobre la renta de las personas. En abril el gobierno del presidente Iván Duque presentó al Congreso la recomendación tributaria del FMI, que tenía como objetivo recaudar unos USD 7.500 millones de dólares en ingresos adicionales por año. Estos ingresos se recaudarían principalmente de la clase media, que ya se ha visto fuertemente afectada por el bajo crecimiento económico reciente, agravado por la pandemia. Según el Gobierno, el propósito de la reforma tributaria es financiar programas sociales para los más pobres de Colombia. Pero una mirada más cercana a la reforma revela que el 58% de los nuevos recursos se dedicarán a pagar la deuda nacional de Colombia. En respuesta a la reforma fiscal propuesta, el 28 de abril se convocó una huelga nacional por parte de sindicatos y organizaciones sociales. La huelga ha durado más de sesenta días, con grandes protestas en las principales ciudades del país. Ha provocado la retirada del proyecto de reforma tributaria, la renuncia de varios ministros y las denuncias de abusos contra los derechos humanos por parte del Estado. Los orígenes del descontento La crisis de la deuda en América Latina en la década de 1980 llevó a una ola de intervenciones del FMI, que otorgó préstamos a cambio de medidas de austeridad fiscal (véase el Observador de Verano de 2019). La relativa estabilidad macroeconómica y el control de la inflación ha tenido un alto costo social, incluido el aumento de la desigualdad (véase el Observador de Verano de 2021), lo que ha provocado protestas sociales masivas en toda Colombia desde 2019. Mientras que los préstamos fluyeron y los ajustes fiscales avanzaron, el Estado colombiano no tomó la decisión política de corregir los déficits sistemáticos de la cuenta corriente, causados por una globalización desequilibrada apoyada por las políticas del FMI. Colombia exporta materias primas y recursos naturales e importa bienes elaborados. Como era de esperar, el país no gana suficientes dólares en estas exportaciones para pagar sus importaciones y, además, con la ambición de atraer inversión extranjera, Colombia ha erosionado su base impositiva. Como tal, lo que ha tenido prioridad es la creciente informalidad de las empresas y el trabajo, que impide a la población obtener ingresos suficientes para una mejor calidad de vida. Un modelo fallido para la recuperación La pandemia empeoró la situación y el gobierno de Duque no pudo inyectar recursos en la economía para permitir una mejor respuesta sanitaria y apoyo a los ingresos durante el confinamiento nacional. Por el contrario, el Estado volvió al enfoque clásico y fracasado de los préstamos a cambio de austeridad: El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, ha revelado que espera una reducción del gasto público del 7% del PIB entre 2021 y 2026. ¿Cómo se podría esperar una recuperación económica sin la fuerza de un gasto público suficiente para poner en marcha la maquinaria de la economía? La respuesta es simple: No habrá reactivación porque no ha habido una sola reforma del aparato productivo ni de la política empresarial. La aspiración más alta solo puede ser un retorno a la inaceptable situación de 2019. Si no hay un cambio en la estructura productiva, con una economía capaz de producir bienes y servicios con transformación de media y alta tecnología, en contraposición a la extracción de recursos naturales, será imposible corregir los problemas económicos fundamentales de Colombia. El mercado, a pesar de su supuesta capacidad para canalizar eficientemente la inversión, fue incapaz de dirigir los recursos necesarios hacia la salud, la educación, la investigación científica, la infraestructura y el acceso a las necesidades de crédito de la economía, que en realidad requerían un gran nivel de intervención estatal. La solución para Colombia es acceder a recursos con bajas tasas de interés o financiamiento sin deuda, como los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI (vése el Observador de Primavera de 2021). Esto le permitiría invertir en sectores vitales como la agricultura y la manufactura que son capaces de generar ganancias y empleo que reducen el déficit comercial del país. El país también puede considerar la reestructuración de su deuda o la utilización de sus reservas de divisas para apoyar el gasto público. De este modo, no sería necesario en el futuro aceptar los préstamos no favorables del FMI ni sus recomendaciones de política. También sería posible fortalecer la estructura de ingresos de Colombia deteniendo la fuga de capitales a los centros financieros mundiales. Solo una reforma fiscal, empresarial y de productividad de esta magnitud conducirá al retorno de la estabilidad social en el país y le permitirá buscar una recuperación justa de la pandemia. bit.ly/Colombiaanalysis ===================================================================== FINANZAS/comentario El Banco Mundial debe situar la transformación económica en el centro de la reposición de la AIF20 Comentario externo de Kwasi Adu-Amankwah, Secretario General de la CSI-África Resumen: - La AIF20 debe cambiar el marco de políticas para apoyar la transformación económica - Se necesita el Fondo de Protección Social para satisfacer las necesidades actuales y futuras de los países de la AIF - Los movimientos sindicales exigen consultas sustantivas sobre todos los procesos de AIF20 actuales y futuros La Organización Regional Africana de la Confederación Sindical Internacional (CSI-África) acoge con satisfacción la pronta reposición de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial, el brazo de países de ingreso bajo del Banco Mundial. La pandemia de Covid-19 ha mermado los recursos de países de todo el mundo, siendo los países más pobres los más afectados. Se enfrentan a la devastación económica y a una deuda asombrosa que amenaza con revertir los pocos avances que han logrado en la última década. Estos países necesitan urgentemente ayuda en forma de préstamos y donaciones en condiciones favorables. A la mayoría de los países pobres, los niveles actuales de deuda pública les impiden acudir al mercado comercial de capitales en busca de préstamos. Por lo tanto, consideramos que la pronta reposición de los recursos concesionales y de concesión de donaciones de la AIF-20 es esencial para apoyar la recuperación de la pandemia y comenzar a abordar los desafíos de desarrollo preexistentes que enfrentan los países de ingreso bajo. La CSI-África está de acuerdo en que los temas especiales propuestos para la AIF20, a partir del cambio climático, la fragilidad, los conflictos y la violencia, el género, el empleo y la transformación económica y el capital humano, son cuestiones de especial importancia en África, donde se encuentran la mayoría de los países elegibles para la AIF. La transformación económica requiere un nuevo marco político Si bien estamos de acuerdo en los amplios temas políticos subyacentes a la AIF20, subsisten varias preocupaciones. La principal es el contexto de políticas en el que se produce el financiamiento de la AIF. En nuestra opinión, la combinación de políticas propuesta por el Banco Mundial hasta la fecha no hace nada para abordar el subdesarrollo y, de hecho, lo institucionaliza. No basta con que ´empleo y transformación económica´ aparezca en la lista de temas políticos para la AIF20. Se necesitan medidas reales y urgentes, como se describe en la propuesta detallada de la CSI para el Banco Mundial sobre la creación de empleo, la protección social, el alivio de la deuda y las normas laborales. Como señaló la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en su informe de marzo de 2021, antes de la pandemia, la matriz de políticas de austeridad (consolidación fiscal), objetivos de inflación, liberalización del comercio y la inversión, finanzas innovadoras (financierización) y flexibilidad del mercado laboral solo han producido marcadas desigualdades, desarrollo detenido, fragilidad económica y financiera y explotación insostenible de los recursos naturales. Más que nunca, los países del Sur Global necesitan romper con estas políticas contraproducentes. Abordar la emergencia climática, un tema importante para la AIF20, requiere alejarse de la dependencia de los recursos naturales. La liberalización del comercio y la inversión endosada a los países pobres tiene un precedente limitado en la historia de los países que han experimentado con éxito la transformación económica. Es la razón por la que los países africanos se desindustrializaron en las décadas de 1980 y 1990 y han permanecido en la agonía de los desafíos de la balanza de pagos desde entonces. La transformación económica impulsada principalmente por la extracción y exportación de productos básicos que conduce a la desindustrialización es una transformación perversa. Crea políticas agrícolas perjudiciales que empobrecen a los agricultores y los obligan a huir del campo. Esa transformación sólo ha creado baja productividad, empleos indignos y aumento de la informalidad. Los países en desarrollo necesitan una verdadera transformación. La AIF20 debe apoyar políticas que permitan a los países mejorar la capacidad agrícola al tiempo que se crea capacidad productiva en la manufactura ligera. Esta es la única forma sostenible de crear más y mejores puestos de trabajo. Protección social: esencial para los trabajadores y la economía En el contexto de las crisis de Covid-19 y empleo, la AIF20 ofrece una oportunidad para que el Banco trabaje con las partes interesadas para revertir las políticas pasadas que desmantelaron los esquemas de protección de los trabajadores. Se necesitan esfuerzos deliberados para promover los derechos de los trabajadores, que son esenciales no solo para ellos, sino también para la economía. Los países elegibles para la AIF necesitan asistencia para construir o reconstruir sistemas de protección social que puedan ofrecer protección tangible a los trabajadores y las familias en tiempos de necesidad. La Covid-19 ha demostrado la importancia de instalar este tipo de sistemas con anticipación. El Banco Mundial se encuentra en una posición única para ayudar a establecer un Fondo Mundial de Protección Social que apoye y proteja a toda la humanidad durante las crisis. La situación en la que los países ricos rescataron y vacunaron a sus ciudadanos y los países pobres miraron impotentes mientras sus ciudadanos sufrían es una mancha en la conciencia de la humanidad y resta mucho valor a las nociones de progreso humano. Solo a través del establecimiento de dicho fondo podrán los países de ingreso bajo evitar bloqueos perjudiciales y crisis prolongadas impulsadas por el acceso desigual a las vacunas y el equipo médico relacionado (véase el Observador de Primavera de 2021). Los procesos de la AIF deben garantizar consultas adecuadas con la sociedad civil Sólo aprovechando la experiencia y los conocimientos de la sociedad civil podrá la AIF alcanzar verdaderamente sus objetivos declarados de desarrollo. Por lo tanto, exigimos consultas cualitativas sobre la reposición de la AIF20 y todos los procesos futuros de la AIF. Después de muchos años de organizar a los trabajadores en las burocracias públicas o en el sector privado y de participar en los procesos de políticas de desarrollo, la CSI-África, y el movimiento sindical en África en general, conservan los conocimientos potentes necesarios para fortalecer los procesos de desarrollo. La actual falta de consultas con la sociedad civil y los movimientos sindicales hace que sea muy poco probable que los cambios necesarios para cumplir con los objetivos generales de la AIF se realicen en el proceso de reposición de la AIF20. Debe cambiarse de inmediato el sistema en el que las "consultas" limitadas a la sociedad civil tienen lugar sólo después de que los paquetes de políticas de la AIF hayan sido ampliamente acordados. El proceso de reposición de la AIF20 debe ser un punto de partida para que la AIF responda verdaderamente a las necesidades de las comunidades y los países que tiene el mandato de apoyar. bit.ly/IDA20comment ===================================================================== GÉNERO/análisis Últimas investigaciones sobre cuestiones de género del FMI: ¿Hacer que la economía funcione para las mujeres o que las mujeres funcionen para la economía? Resumen: - Una nueva investigación del FMI se aleja de los impulsores macroeconómicos de la desigualdad de género - Comprender los costos humanos de la consolidación fiscal es más urgente que nunca en la recuperación de la pandemia En marzo el FMI publicó un resumen de algunos de sus trabajos más recientes de evaluación del impacto de género, que formaba parte de un proyecto de investigación bilateral más amplio del FMI financiado por el Reino Unido. El documento de síntesis señaló un posible cambio en la atención del FMI, que se aparta de los impulsores macroeconómicos de la desigualdad de género y se orienta hacia una mayor instrumentalización de las mujeres para el crecimiento económico. A medida que la nueva asesora principal de género del FMI, Ratna Sahay, que fue nombrada para el cargo recién creado en abril, asuma su cargo, las organizaciones de derechos de las mujeres estarán observando para ver si el FMI se hará frente a las formas en que su asesoramiento político básico sigue socavando los derechos de las mujeres. En el documento se describían varios estudios de países del FMI realizados entre 2018 y 2020 como parte de su trabajo de vigilancia que tuvo como objetivo medir los beneficios económicos de cerrar ciertas brechas de género. En Sierra Leona, por ejemplo, el FMI constató que cerrar las brechas de género en la educación podría “impulsar el PIB un impresionante... 40%”. En el Senegal el FMI llevó a cabo una simulación en la que la aplicación de políticas contra la discriminación hizo crecer el PIB en un 5%.  Se llevaron a cabo ejercicios similares en el Irán, la República Democrática Popular de Lao y Nigeria. Este enfoque de investigación también se ha replicado en el Banco Mundial, que produjo un estudio de 2019 sobre Níger que describe los “costos económicos” de la desigualdad de género, incluida la consideración de las tasas de fertilidad de las mujeres que, si se reducen, según el Banco, produciría “ahorros presupuestarios”. En las conclusiones de esta investigación sobre la necesidad de cerrar estas brechas de género de alguna manera, el FMI y el Banco Mundial ignoran las barreras macroeconómicas estructurales para lograr la igualdad de género, que incluyen su propia adhesión continua al asesoramiento fiscalmente restrictivo en materia de políticas y las condiciones de los préstamos en el Sur Global. La nueva dirección de la investigación niega la oportunidad de un cambio transformador Si bien la labor del FMI en materia de género, desde su creación en 2013, se ha centrado sistemáticamente en la defensa económica de la igualdad de género, estos últimos estudios se producen después de que el FMI abriera la puerta a examinar los efectos perjudiciales de género de su propio asesoramiento en materia de políticas macroeconómicas en 2018, cuando publicó orientaciones para el personal sobre la puesta en práctica de las cuestiones de género a nivel nacional. Esa orientación reconoció lo que ha sido establecido durante mucho tiempo por el movimiento por los derechos de las mujeres, que “algunas políticas macroeconómicas recomendadas por el personal del FMI”, como los recortes presupuestarios en los subsidios, los programas sociales y la masa salarial del sector público, “podrían exacerbar la desigualdad de género”. En la nota se instruía al personal para que considerara una combinación de políticas alternativa en estos casos, exponiendo un posible camino para que el personal del FMI se alejara de algunos de los consejos de política más perjudiciales para los derechos de las mujeres. Para ayudar al personal técnico a determinar qué políticas podrían exacerbar la desigualdad de género, el FMI elaboró un marco de modelización para analizar los efectos de las reformas macroeconómicas en la desigualdad de género. La primera iteración de este trabajo de modelización se llevó a cabo en Argentina en 2017, donde el FMI examinó los impactos de un recorte de impuestos en la participación de las mujeres en la fuerza laboral y la brecha salarial de género. Si bien el enfoque del FMI siguió siendo poco sistemático y estrecho, la comprensión de que el asesoramiento convencional del FMI en materia de políticas macroeconómicas puede afectar a hombres y mujeres de manera diferente y que esta diferencia debe ser medida y tenidas en cuenta por los encargados de la formulación de políticas macroeconómicas, fue un avance positivo (véase BWP, The IMF and Gender Equality: Operationalising Change). Este trabajo fue citado en la nota de género del FMI de 2018 como un ejemplo de cómo considerar los impactos diferenciales de género de una reforma de política macroeconómica convencional. Por lo tanto, es preocupante la posterior regresión de la labor de evaluación del impacto de género del FMI alejándose del examen de las consecuencias del asesoramiento convencional del FMI en materia de políticas macroeconómicas para cerrar las brechas de género. Niega la capacidad de esta labor de evaluación de impacto para revelar cómo las reformas de política propuestas por el FMI podrían exacerbar la desigualdad de género y, por lo tanto, no ofrece una vía basada en la evidencia para que el personal del FMI se aleje de algunos de sus consejos de política más perjudiciales. Incluso cuando el FMI consideró las implicaciones de género de la política fiscal en una nota de debate del personal técnico de 2020, optó por centrarse en las intervenciones fiscales que se consideran como “promoción” de la igualdad de género, sin reconocer una crítica feminista central de que la mayor parte del asesoramiento normativo convencional del FMI socava la igualdad de género y los derechos de las mujeres, particularmente en el Sur Global (véase BWP, Positioning women’s rights and gender equality in the macroeconomic policy environment). Este enfoque hace oídos sordos al trabajo de larga data de muchas organizaciones de derechos de las mujeres y economistas feministas. En una carta de 2019 dirigida a la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, 67 organizaciones de la sociedad civil describieron que el impacto del FMI en la igualdad de género radica ante todo en su adhesión histórica y continua a la “consolidación fiscal, la fiscalidad regresiva y la flexibilidad laboral”, [que] han exacerbado la feminización de la pobreza [y empujado] a las mujeres a trabajos informales y de bajos salarios, han aumentado sus cargas de cuidados no remunerados e impactado negativamente en su acceso a la educación, la salud y la protección social... particularmente en el Sur Global”. Estos grupos han pedido un y otra vez que las evaluaciones de impacto de género de las reformas macroeconómicas se lleven a cabo sistemáticamente en todo el trabajo del FMI, en consonancia con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las evaluaciones de impacto en los derechos humanos de los programas de reforma económica adoptados por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2019 (véase el Observador de Primavera de 2019). Los costos humanos de la consolidación fiscal son más altos que nunca Centrarse en los costos humanos de la consolidación fiscal es particularmente urgente en el contexto del entorno fiscal extremadamente limitado de la recuperación de la Covid-19 en el Sur Global. Los países miembros del FMI requieren un análisis sólido y todas las opciones de política sobre la mesa para sopesar cuidadosamente lo que el FMI ha descrito como “difíciles compensaciones”. En este contexto, el FMI debe priorizar la comprensión de las implicaciones de su continuo asesoramiento restrictivo de política fiscal, que se proyecta que se implementará en 154 países este año, afectando a 6.600 millones de personas para el próximo año, según el último informe de austeridad global de Ortiz y Cummins (véase el Observador de Otoño de 2020). Si bien el FMI podría, en teoría, comprometerse a examinar tanto los efectos de las reformas de las políticas macroeconómicas en materia de género como los efectos económicos de la mejora de la igualdad de género, en la práctica, sus recursos para llevar a cabo una labor específica de evaluación de las repercusiones en materia de género son sumamente limitados. Si bien el FMI presentó un presupuesto a mediano plazo en mayo que propone el primer aumento del presupuesto operativo del FMI en una década, no prevé evaluaciones sistemáticas y de impacto de género en todas sus operaciones, eflejado también en la falta de énfasis en la evaluación de los impactos de género en la Revisión Integral de la Supervisión (CSR, por su sigla en inglés) (véase el Observador de Verano de 2021). En este contexto, es imperativo que el FMI dirija sus limitados recursos de género a donde más se necesitan y, a medida que el FMI prepara la nota de orientación del personal técnico sobre la aplicación de la CSR, dé prioridad a proporcionar orientación inequívoca y detallada a su personal sobre exactamente cómo identificar y abordar los efectos adversos de género de las reformas de política macroeconómica respaldadas por el FMI en la práctica. bit.ly/IMFgenderresearch. ===================================================================== DERECHOS/noticias La CFI enfrenta preguntas críticas sobre las inversiones en economía gig Resumen - La CFI aumenta las inversiones en empresas de plataformas de economía gig - Los sindicatos plantean preocupaciones sobre los derechos de los trabajadores La Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del sector privado del Banco Mundial, ha invertido en varios equipos de plataformas de transporte en los últimos años que han sido criticadas por defensores de los derechos laborales por sus antecedentes en materia de derechos de los trabajadores. Más recientemente, en marzo, la CFI invirtió EUR 20 millones en Bolt, una plataforma de transporte de Estonia, para que amplíe los servicios en los mercados emergentes, incluidos Sudáfrica, Nigeria y Ucrania. El servicio, que ha sido comparado con Uber, permite a los usuarios contratar taxis a través de una aplicación. Bolt enfrentó acciones legales en el Reino Unido en marzo de 2020 por reclamos de que no pagaba el salario mínimo a sus conductores. A principios de este año, el Sindicato independiente de trabajadores de Gran Bretaña protestó por la seguridad de los conductores tras el asesinato del conductor de Bolt Gabriel Bringye. Una investigación publicada por la Universidad de Oxford en marzo encontró que Bolt, junto con Amazon, mantuvo las peores condiciones de trabajo para los trabajadores de la economía gig en el Reino Unido. En abril los conductores de Bolt en Lagos, Nigeria, bajo la protección del cuerpo de conductores Professional E-hailing Drivers and Private Owners Association fueron a la huelga para protestar por las malas condiciones de trabajo y los salarios. Pidieron a Bolt, junto con otras plataformas de transporte, que aumentara las tarifas de acuerdo a la inflación y proporcione un paquete de bienestar adecuado y una compensación para las familias de los conductores asesinados y secuestrados en el trabajo. El mes pasado, Bolt se vio obligado a aumentar sus tarifas en Kenia después de que los conductores en Nairobi amenazaron con una huelga por los altos precios del combustible. El secretario general, Stephen Cotton, de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, con sede en el Reino Unido, dijo: “Tenemos serias preocupaciones por el aumento de las inversiones en empresas de 'economía gig'. Las instituciones mundiales de desarrollo como la CFI deben examinar cuidadosamente sus inversiones para garantizar que los trabajadores vulnerables no sean explotados y atrapados en la pobreza”. Conducir en una carrera a la baja Aunque la CFI ha reconocido que los trabajadores de la economía gig son particularmente vulnerables durante la pandemia de Covid-19, su inversión en Bolt sigue una tendencia creciente de las empresas de plataformas de financiamiento de la CFI en los sectores de transporte y logística. En junio pasado, los trabajadores de reparto en Brasil organizaron una huelga por los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo contra Loggi, una plataforma de mensajería de motocicletas, que recibió una inversión de USD 5 millones de la CFI en 2016. En los últimos tres años, la CFI también ha invertido en FCS Moove, gerente de flotas de Uber en África subsahariana, en la plataforma de logística de alimentos Shadowfax, con sede en la India, y en Kobo360, una plataforma de camiones de carga con sede en Lagos. La CFI ha promocionado las plataformas de transporte como una oportunidad para el empoderamiento económico de las mujeres, citando las barreras adicionales que enfrentan las mujeres para acceder a la economía formal. Destacadas economistas feministas han argumentado que sucede lo contrario: la economía gig promueve la desregulación del mercado laboral, lo que coloca a las mujeres en posiciones más precarias y aumenta la pobreza. En un artículo de 2016, las investigadoras Radhika Balakrishnan, Lisa McGowan y Cassandra Waters escribieron que la economía gig “asigna automáticamente a las mujeres una mayor carga de trabajo de cuidado no remunerado, y asume que la forma preferencial de abordar este problema son horarios flexibles, no mejores salarios, mejor acceso al cuidado infantil y otros servicios de apoyo, o repensar los estereotipos sociales”. Sally Roever, de la organización de la sociedad civil Women in Informal Employment, con sede en el Reino Unido: Globalizing and Organizing dijo: “Nos preocupa que el enfoque en la economía gig corre el riesgo de sesgar el análisis de la economía informal. El aumento del trabajo a través de plataformas en algunos sectores y algunos países no debería ocultar el hecho de que la mayoría de los empleos del mundo no son formales ni parte de la economía gig. Las políticas eficaces para la reducción de la pobreza deben abordar la realidad de dos mil millones de trabajadores del mundo cuyos medios de vida son marginales y están desprotegidos porque trabajan en la economía informal de baja tecnología”. El Banco Mundial tiene una larga historia de promoción de la flexibilización laboral, sobre todo a través de su polémico Informe Doing Business y el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2019 (véase el Observador de Invierno de 2019 y el Invierno de 2018). En un White Paper on Social Protection de 2019, el Banco sostuvo que los gobiernos deberían aumentar la flexibilización laboral limitando los aumentos del salario mínimo y facilitando a los empleadores la contratación y el despidió de trabajadores. bit.ly/IFCgigeconomy ===================================================================== MEDIO AMBIENTE/noticias Las perspectivas de ingresos petroleros del Banco Mundial para Guyana están en desacuerdo con la acción climática Resumen - El Diagnóstico Sistemático del País del Banco predice enormes ingresos del desarrollo de petróleo en alta mar para Guyana - Preocupa que las estimaciones de crecimiento basadas en el petróleo del Banco sean demasiado optimistas y estén en desacuerdo con los objetivos climáticos La sociedad civil guyanesa ha reaccionado con incredulidad al primer Diagnóstico Sistemático del País (DSP) del Banco Mundial para Guyana, que ha sugerido que, a pesar de la necesidad urgente de hacer la transición a una economía mundial baja en carbono, el país experimentará una ganancia sustancial de su nuevo desarrollo de petróleo en alta mar. Según el documento, el desarrollo podría aumentar el PIB per cápita de Guyana a USD 16.900 para 2030, más de 2,5 veces su tamaño actual. Esto se produce después de que una investigación publicada en septiembre mostrara que el Banco Mundial y el FMI han sobreestimado rutinariamente los ingresos futuros de los nuevos descubrimientos de petróleo y gas en las últimas dos décadas, lo que resulta en una “maldición de recursos” en muchos países, caracterizada por un grave desajuste entre las políticas y los ingresos reales. La proyección del Banco, que enmarcará su compromiso con Guyana durante los próximos cinco años, va en contra de los objetivos climáticos mundiales, que aparentemente el Banco está apoyando a todos los países para que alcancen a través de su recientemente publicado Plan de Acción sobre el Cambio Climático para 2021-25 (véase el Observador de Verano de 2021). Anteriormente, el Banco respaldó el desarrollo de petróleo en alta mar de Guyana a través de una combinación de financiamiento de políticas de desarrollo (véseBackground, What is World Bank Development Policy Finance) y asistencia técnica, con la sociedad civil nacional e internacional muy crítica al respecto (véase el Observador de Otoño de 2020). El apoyo del Banco ignora los crecientes llamados a abandonar nuevos proyectos de extracción de petróleo y gas. En su Informe Net Zero publicado en mayo, incluso la históricamente conservadora Agencia Internacional de Energía señaló que limitar el aumento promedio de la temperatura global a 1,5 °C en comparación con el período preindustrial requeriría “que no se aprueben nuevos petróleo y gas para el desarrollo”. La proyección del Banco también está en desacuerdo con el análisis de las perspectivas petroleras de Guyana producido por el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA), con sede en Estados Unidos, publicado en octubre de 2020. En contraste con el Banco, el IEEFA constató “que los ingresos petroleros no cubrirán el déficit presupuestario anual de Guyana durante los próximos tres años ni cumplirán con su promesa de construir un Fondo soberano de riqueza. Esto llevará a un déficit de USD 482 millones en los primeros tres años”. Incluso con una mejora prevista en los próximos dos años, señala el IEEFA, “aun es probable que el déficit de caja anual agregado de cinco años sea de USD 160 millones”, con el siguiente período apareciendo como altamente incierto: “las perspectivas para la industria del petróleo y el gas son en gran medida negativas. Las nuevas fuerzas políticas y del mercado mundial a largo plazo han creado una sobreoferta permanente de petróleo y gas, precios bajos y nuevos competidores que mantendrán los mercados inestables”. Ignorar los riesgos climáticos para seguir como hasta ahora El firme apoyo del Banco Mundial al crecimiento basado en el petróleo en Guyana también es contraproducente a la luz de la grave vulnerabilidad del país a los riesgos físicos que plantea el cambio climático, aun cuando la vía de desarrollo que respalda significa que estos impactos serán más graves. Irónicamente, el DSP reconoce plenamente estos riesgos, señalando que “los riesgos fiscales que emanan del clima y los desastres naturales podrían descarrilar ... los esfuerzos de crecimiento y desarrollo; la necesidad de una inversión pública específica para crear resiliencia. Las inundaciones costeras son un riesgo especialmente grave, ya que gran parte de la población y la actividad económica de Guyana, especialmente la agricultura, se concentran en zonas bajas a lo largo de la costa atlántica”. Melinda Janki, una abogada guyanesa, señaló: “Joseph Stiglitz y Lord Stern, dos ex economistas del Banco Mundial, dicen que la energía renovable ofrece mejores rendimientos económicos. La Agencia Internacional de la Energía dice que no hay nuevos proyectos de combustibles fósiles. Sin embargo, el director del país, Tahseen Sayed, y el equipo del Banco Mundial están presionando a Guyana para que haga la transición al petróleo y pase de ser un sumidero de carbono a una bomba de carbono de 3,87 gigatones. Los Directores Ejecutivos deben poner fin a esta locura antes de que el equipo en el país destruya Guyana y todo el planeta”. De hecho, en respuesta a las amenazas planteadas por el cambio climático, los ciudadanos guyaneses demandaron a su gobierno en un caso innovador presentado en mayo, alegando que su búsqueda del desarrollo de petróleo en alta mar es inconstitucional, “con el argumento de que exacerba el calentamiento global y amenaza los derechos humanos”. El caso, el primero de su tipo en el Caribe, fue presentado ante la Corte Constitucional de Guyana y está en curso. bit.ly/Guyanaoilrevenue ===================================================================== MEDIO AMBIENTE/análisis El nuevo Plan de Acción del Banco Mundial sobre Cambio Climático no cumple con la tan necesaria agenda transformadora Resumen - El plan carece de detalles en áreas clave, incluidos los compromisos concretos para poner fin al apoyo a los combustibles fósiles - Esfuerzos para reunir inversores privados en potencial conflicto con la transición energética justa El Grupo Banco Mundial (GBM) publicó su Plan de Acción sobre el Cambio Climático (CCAP, por su sigla en inglés) actualizado para 2021-25 el 22 de junio, que sirve como su estrategia empresarial sobre el cambio climático. A pesar de que el CCAP señala que “Nuestras respuestas colectivas al cambio climático, la pobreza y la desigualdad están definiendo las opciones de nuestra era”, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) expresaron su decepción por la falta de detalles del plan en áreas clave. Sobre el papel, el CCAP busca ayudar a los países y a los clientes del sector privado a transformar sectores clave en línea con los objetivos climáticos mundiaales, incluso a través de informes nacionales sobre el clima y el desarrollo (CCDR, por su sigla en inglés), que “se utilizarán para informar, priorizar y secuenciar la acción climática a través del proceso de participación del país y, por lo tanto, implementar el Plan de Acción”. El Banco tiene como objetivo llevar a cabo 25 CCDR en el próximo año, pero no está claro cómo influirán en sus decisiones de inversión. Además, el plan señala que “toda la inversión en nueva infraestructura de gas se evaluará para determinar su coherencia” con los planes climáticos nacionales de los países, pero no proporciona ninguna explicación sobre este proceso de selección. Esta falta de divulgación es preocupante, ya que un informe de junio del Institute for Sustainable Development (IISD) constató que el Banco proporcionó el 12% de todas las finanzas públicas relacionadas con el G20 y los bancos multilaterales de desarrollo para proyectos de gas en países en desarrollo entre 2017 y 2019. En marzo más de 150 OSC y académicos pidieron al Banco que eliminara gradualmente su apoyo a los combustibles fósiles y aumentara el apoyo a una transición energética justa. “El Plan de Acción sobre el Cambio Climático permite al GBM continuar exponiendo a los países y comunidades a los que tiene el mandato de apoyar a los riesgos y daños del desarrollo de combustibles fósiles, incluidos los precios de la energía cada vez más caros y volátiles, el bloqueo de infraestructura obsoleta, los activos varados, las enfermedades, el desplazamiento y una transición retrasada e injusta”, dijo Luísa Galvão, de Amigos de la Tierra Estados Unidos. El CCAP incluye un objetivo de que, en promedio, el 35% de las inversiones del Banco entre 2021 y 2025 estén “relacionadas con el clima”, un compromiso atenuado por la falta de transparencia sobre cómo contabiliza el Banco el financiamiento climático en sus proyectos (véase el Observador de Primavera de 2021). Afirma que el Banco alineará la mayor parte de su financiación con el Acuerdo de París para el 1 de julio de 2023 , con más detalles próximamente en la COP26 en Glasgow en noviembre, poniendo un plazo a un proceso anunciado inicialmente en 2018 en la COP24 en Katowice, Polonia (véase el Observador de Primavera de 2019). Sin embargo, la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión del sector privado del Banco, y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI), el brazo de seguros de riesgo político del Banco, están trabajando en un cronograma retrasado, con el 100% de sus·operaciones del sector real” a estar alineado para el 1 de julio de 2025. El CCAP no ofrece una fecha límite para la alineación de las carteras de intermediarios financieros (IF) de la CFI y el OMGI a París, a pesar de que los clientes IF de la CFI con frecuencia están vinculados a nuevas inversiones en carbón (véase el Observador de Invierno de 2020). El CCAP profundiza la devoción del Banco por el 'Consenso Climático de Wall Street' El CCAP hace hincapié en la participación del sector privado en el trabajo climático del Banco, en línea con su agenda general de Maximizar el Financiamiento para el Desarrollo (MfD), que privilegia al sector privado y expone a los Estados a pasivos fiscales a largo plazo (véase el Observador de Verano de 2017). Señala que “las intervenciones del sector público pueden centrarse en ayudar a los países a implementar las reformas normativas y regulatorias necesarias para crear los incentivos adecuados para la participación de participantes del sector privado, incluso a través de reformas preliminares, y para catalizar la inversión del sector privado, utilizando nuestro menú de instrumentos financieros y de asesoramiento”. Existe una tensión entre estos esfuerzos y el logro de una agenda climática centrada en las personas que se base en un enfoque consultivo para transformar los sistemas clave, en línea con una transición justa a un futuro con bajas emisiones de carbono. Como señaló la economista Daniela Gabor en un artículo de opinión de junio en el periódico británico The Guardian, los esfuerzos climáticos liderados por el sector privado “a menudo colocan la carga de la descarbonización en los pobres”, y agregó que bajo el MfD, “el gasto pública está ... dirigido a 'burlar' la infraestructura privada, para cubrir la brecha entre las tarifas pagadas por los usuarios de servicios públicos esenciales y las tasas comerciales de rendimiento esperadas por los inversores privados”. bit.ly/CCAPlaunch. ===================================================================== RENDICIÓN DE CUENTAS/noticias El FMI se enfrenta a una ola de llamamientos para suspender los desembolsos de préstamos en África Durante las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el FMI en abril, el FMI se enfrentó a una tormenta en las redes sociales en Kenia que criticba a la institución por aprobar un préstamo de USD 2,340 millones al país de África oriental en medio de acusaciones de corrupción generalizada y preocupaciones sobre sus altos niveles de deuda. Los eventos virtuales oficiales de las reuniones se interrumpieron y más de 230.000 “cansados contribuyentes kenianos” firmaron una petición para suspender el desembolso del préstamo hasta que entre en funciones una nueva administración keniana más responsable. La petición lamentaba que “los kenianos no tienen nada que mostrar por los préstamos anteriores del FMI, mientras que los precios de los productos básicos, como el combustible, se están disparando”. Wangari Kinoti, una activista feminista keniana y asesora de políticas internacionales de ActionAid, tuiteó en ese momento: “Toda la actividad keniana contra el FMI en los últimos días es alentadora, pero me gustaría que incluyera una crítica más amplia de lo que viene con los préstamos del FMI”. En el paquete de financiamiento de tres años en cuestión, el personal técnico del FMI pide nuevas reducciones en la masa salarial pública y la eliminación de las exenciones del impuesto sobre el consumo, incluido el de los combustibles. En junio se pusieron en marcha iniciativas ciudadanas similares en Nigeria y Uganda en las que se pedía la suspensión de los desembolsos de préstamos del FMI. En Camerún 20 mujeres líderes enviaron una carta al FMI pidiendo que se suspenda un préstamo pendiente hasta que se hayan contabilizado plenamente dos préstamos del FMI por un total de USD 382 millones desembolsados al país. El nuevo préstamo llega en un momento en el que Camerún ya ha solicitado un alivio de la deuda de emergencia que probablemente estará condicionado a su compromiso de “volver a la senda de consolidación fiscal” en la recuperación. En junio el director de Comunicaciones del FMI, Gerry Rice, señaló que el Fondo había acordado medidas de lucha contra la corrupción con Camerún. Sarah Saadoun, de Human Rights Watch de Nueva York, quien investigó la implementación de estas medidas y encontró que los esfuerzos del FMI eran insuficientes, comentó que “el escándalo de corrupción de la Covid-19 que sacude a Camerún muestra el alto costo de que el FMI trate la lucha contra la corrupción y la transparencia como si fuera un ejercicio multiple opción en lugar de un medio para garantizar la supervisión pública sobre el gasto público”. bit.ly/IMFaccountability ===================================================================== MEDIO AMBIENTE/noticias El gobierno holandés demandado ante un tribunal del Banco Mundial por un plan de eliminación gradual de combustibles fósiles En febrero el sitio de noticias en línea Clean Energy Wire informó que la compañía energética alemana RWE ha demandado al gobierno holandés “por pagos de compensación en relación con los planes de eliminación gradual del carbón del país” en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) (véase Al interior de las instituciones, CIADI). El artículo señala que, “en contraste con la salida planificada del carbón de Alemania, la ley holandesa de eliminación gradual para la fuente de energía fósil no estipula una 'compensación adecuada' para los operadores de la planta”. Según un informe de marzo del Centro de Investigación sobre Empresas Multinacionales (SOMO, por su sigla en holandés), con sede en los Países Bajos, RWE “quiere EUR 1.400 millones en compensación por daños resultantes de una nueva ley, adoptada en diciembre de 2019, que prohíbe el uso de carbón para la producción de energía a partir de 2030”. En un informe separado, que se centró en el uso por parte de la compañía anglo-holandesa de petróleo y gas Royal Dutch Shell del mecanismos de arbitraje de diferencias inversionistas-estados (ISDS, por sus sigla en inglés) para frustrar los esfuerzos estatales por trabajar hacia una transición energética verde y justa, SOMO destacó que “casi una quinta parte de los más de 1.000 casos del ISDS registrados están relacionados con inversiones en combustibles fósiles”, incluyendo la extracción y el transporte de petróleo y gas, el suministro y combustión de gas, la refinación de petróleo y la extracción de carbón. Estos informes agregan evidencia adicional del poder del enfriamiento regulatorio producido por la amenaza de acción en tribunales de arbitraje internacionales como el CIADI, que amenaza la acción climática y socava las respuestas estatales a la pandemia de Covid-19 (véase el Observador de Verano de 2020 y el de Invierno de 2020). bit.ly/ICSIDNLcoal ===================================================================== FINANZAS/noticias Ex experto independiente de la ONU pide que se ponga fin a los recargos del FMI Resumen: - Carta abierta pide al FMI que termine con el uso de recargos - Carta afirma que los recargos pueden violar la legislación internacional sobre derechos humanos En mayo el ex experto independiente de la ONU sobre deuda externa y derechos humanos, Juan Pablo Bohoslavsky, escribió una carta abierta pidiendo que se ponga fin al uso de recargos por parte del FMI, ya que estos cargos adicionales limitan la capacidad de los países del Sur Global para responder a la pandemia de Covid-19 y cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos durante una crisis de deuda que empeora (ver el Dispatch de Primavera de 2021). Desde la crisis financiera asiática de 1997, el FMI ha tratado de “generar ingresos para permitir que el Fondo acumule saldos preventivos” y desincentivar a los países de tener una dependencia excesiva de la financiación del FMI. Lo hace penalizándolos por pedir préstamos más allá de su cuota asignada del FMI (véase el Observador de Invierno de 2019) y por mantener los préstamos durante períodos prolongados cobrando una prima sobre los costos de los préstamos. Estos recargos basados en cuotas y plazos se han convertido en una importante fuente de ingresos para el FMI. Como señaló el profesor Kevin Gallagher en un artículo de marzo en el periódico del Reino Unido, The Financial Times, “el FMI estima que los recargos se han convertido en la mayor fuente de ingresos del Fondo, representando casi la mitad de los ingresos” y contribuyendo con más de USD 1.000 millones en ingresos para el año fiscal 2020. Advirtió que: “estos recargos a menudo pueden llevar a la trilicación de los costos de deuda”, una grave preocupación a medida que los países luchan por responder a la pandemia de Covid-19 en medio de altos niveles de deuda (véase el Dispatch de Primavera de 2021). Haciéndose eco de las preocupaciones del profesor Gallagher, la carta abierta, firmada conjuntamente por el actual EI de la ONU sobre deuda y derechos humanos y la Confederación Sindical Internacional, destacó que “los mismos países más necesitados de asistencia financiera tendrán que pagar más de USD 4.000 millones en recargos adicionales además de los pagos de intereses y otros honorarios desde el comienzo de la crisis hasta finales de 2022”. En la carta se señalaba que los recargos son procíclicos, discriminan entre países en función de su fortaleza económica y, por lo tanto, pueden contradecir el derecho internacional. En la carta se argumentaba que los recargos también podían contravenir otro principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, porque impedían a los Estados generar, asignar adecuadamente y hacer uso máximo de los recursos de que disponían para avanzar lo más rápidamente posible hacia el logro de la plena realización de los derechos humanos. En consecuencia, pide a “los países del Norte Global que garanticen, a través de sus propias contribuciones, que el FMI cuente con una financiación adecuada y equitativa para llevar a cabo la función que le han sido encomendadas”. El comunicado de abril del Grupo de los 24 principales países en desarrollo también pidió al FMI que “corrija el carácter regresivo y procíclico” de la política (véase el Dispatch de Primavera de 2021). En mayo Bloomberg citó al presidente de Argentina, Alberto Fernández, cundo declaró: “Espero su suspensión [de los recargos] durante la pandemia. Espero que la junta directiva del FMI discuta esto en su reunión de octubre y, de una vez por todas, los elimine”. La Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, respondió en mayo que ella, “tomó nota de la petición del presidente Fernández y... consultará con los miembros sobre este tema”. En mayo el director de Comunicaciones del FMI, Gerry Rice, subrayó que “cualquier revisión es prerrogativa de la Junta Ejecutiva”, y añadió que “los recargos son una parte importante de lo que llamamos nuestro marco de gestión de riesgos”. bit.ly/IEsurcharges ==================================================================== GOBERNANZA DE LAS IFI/noticias La sociedad civil pide que la CFI y el OMGI se basen en la reforma del CAO El 1 de julio, la junta directiva de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de préstamos del sector privado del Banco Mundial y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI), el brazo de seguros de riesgo político del Banco Mundial, anunciaron que habían finalizado el desarrollo de una nueva política para el defensor del pueblo (CAO, por sus sigla en inglés), el mecanismo independiente de rendición de cuentas de la CFI y el OMGI. En respuesta a la nueva política, Carla García Zendejas, de la organización de la sociedad civil (OSC) Center for International Environmental, con sede en Estados Unidos, destacó que, “si bien los cambios en las operaciones en la CAO son bien recibidos, un objetivo central de este proceso de reforma debe ser transformar el compromiso de la CFI de proporcionar remedio en una realidad para las comunidades que han sido perjudicadas por los proyectos de desarrollo financiados por la CFI”. Margaux Day, de la CSO Accountability Counsel con sede en Estados Unidos, estuvo de acuerdo: “El CAO facilita el acceso a la reparación, pero la CFI y, en última instancia, el OMGI debe proporcionarlo”. A pesar de la fortaleza general de la política, a las organizaciones de la sociedad civil les preocupaba que, no obstante, diluyera partes del mandato del CAO, incluso a través de una restricción a la decisión del director general del CAO de investigar; los proyectos pendientes de aprobación de la junta ya no son elegibles para la revisión del CAO y los reclamos elegibles no se publicarán hasta la conclusión de la fase de evaluación y los reclamos no elegibles no se publicarán en absoluto. La nueva política se desarrolló después de una revisión externa del marco de rendición de cuentas ambiental y social de la CFI y el OMGI. La revisión, publicada en agosto de 2020, incluyó una evaluación del papel y la eficacia del CAO (véase el Observador de Invierno de 2019). En mayo 24 organizaciones de la sociedad civil que han trabajado con comunidades que buscan reparación por los daños causados por ila CFI y el OMGI presentaron comentarios a un proyecto de política del CAO publicado en abril. En la comunicación se planteaba preocupación por la mencionada dilución del mandato del CAO adoptada en la política final. bit.ly/NewCAOpolicy ===================================================================== GÉNERO/noticias El mecanismo de violencia de género del Banco Mundial plantea “serias preocupaciones” En noviembre el Banco Mundial actualizó su política de adquisiciones para incluir un mecanismo de inhabilitación que inhabilite a los contratistas durante dos años si se determina que violan sus normas sobre violencia de género (VG). El mecanismo, que se aplica a los grandes contratos de obras aprobados después del 1 de enero de 2021, tiene como objetivo abordar la violencia de género y la explotación y el abuso sexuales que tienen lugar en proyectos financiados por el Banco Mundial, después de que un proyecto de carreteras de Uganda financiado por el Banco fuera cancelado debido a las denuncias de abuso por parte de trabajadores de la construcción de proyectos contra mujeres y niñas en 2017 (véase el Observador de Primavera de 2017). El mecanismo fue recomendado por el Grupo de Trabajo sobre violencia de género del Banco, lanzado en octubre de 2016 en respuesta a las acusaciones planteadas en el proyecto de carreteras (véase el Observador de Otoño de 2017). Sin embargo, existe la preocupación de que el mecanismo podría disuadir a las comunidades de denunciar la VG. Elana Berger, del Bank Information Center de Estados Unidos, dijo: “Hay serias preocupaciones con este mecanismo. Las comunidades son fundamentales para plantear cuestiones de explotación sexual en torno a los proyectos y deben participar en todas las reformas”. Destacó las preocupaciones con el acceso a la junta que supervisa el cumplimiento de la política, afirmando: “El hecho de que las comunidades no puedan conectarse con la Junta Independiente o participar en investigaciones significa que este mecanismo rinde cuentas a los más afectados por sus decisiones”. También se teme que, debido a que la política solo se aplica a proyectos que se consideran de alto riesgo, el Banco podría desincentivarse de categorizar los proyectos como tales. Los contratistas y prestatarios del proyecto también están estrechamente involucrados en la selección de la junta, lo que plantea más preocupaciones sobre su independencia. bit.ly/GBVprocurement ===================================================================== SERVICIOS SOCIALES/noticias Malpass convierte al Banco Mundial en un paria con su oposición a la exención del Acuerdo sobre los ADPIC El 8 de junio el presidente del Banco Mundial, David Malpass, dijo que el Banco Mundial se opone a la propuesta hecha por India y Sudáfrica en la Organización Mundial del Comercio (OMC) de renunciar temporalmente a los derechos de propiedad intelectual de las vacunas contra el Covid-19 para combatir la pandemia. En respuesta a una pregunta sobre la postura del Banco sobre la exención durante una llamada con periodistas, Malpass declaró: “No apoyamos eso, por la razón de que correría el riesgo de reducir la innovación y la investigación y el desarrollo (IyD) en este sector”. Sin embargo, la investigación muestra que la mayoría de los costos en IyD para las vacunas contra el Covid-19 han sido financiados con fondos públicos, no por empresas farmacéuticas. Sus comentarios se produjeron después de que emitiera una declaración conjunta con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, al G7 antes de su cumbre de junio, en la que pidió que se tomaran medidas sobre el acceso a la vacuna contra el Covid-19 a través de un plan de USD 50.000 millones propuesto por el FMI, que tampoco respaldó la exención. En mayo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su apoyo a la exención de algunos aspectos del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), que han exigido 100 países en desarrollo, con el fin de aumentar el acceso a vacunas, medicamentos y otras tecnologías médicas contra el Covid-19. El Banco Mundial ha sido criticado por su falta de acción sobre el acceso a las vacunas, en particular a través de su dependencia de la iniciativa COVAX, que solo ha entregado 81 millones de dosis de vacunas, quedando muy por detrás de su objetivo de hacer que dos mil millones de dosis de vacunas estén disponibles en todo el mundo en 2021 (véase el Observador de Primavera de 2021; Antecedentes). En un video de junio el ministro de vacunas de Malasia, Khairy Jamaluddin, dijo que COVAX ha sido un “fracaso abismal” y que el “Banco Mundial le debe a los países en desarrollo ser una voz fuerte para la equidad de las vacunas en el escenario mundial”. bit.ly/MalpassIP. ===================================================================== El Observador está disponible en pdf, en la web y por correo electrónico. Observer www.brettonwoodsproject.org/observer/ Castellano: www.brettonwoodsproject.org/es/observador Suscripciones: www.brettonwoodsproject.org/subs El Bretton Woods Project es un proyecto organizado por ActionAid, no. 274467, England and Wales charity no. 274467, Scottish charity no. SC045476. Esta publicación cuenta con el apoyo de una red de ONG del Reino Unido, la C.S. Mott Foundation y la William y Flora Hewlett Foundation. No se necesita permiso para reproducir ISSN 2053-7522 Diseño: Base Eleven