+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Observador de Primavera de 2022 de Bretton Woods Un examen crítico trimestral de la evolución de la situación en el Banco Mundial y el FMI Publicado por el BRETTON WOODS PROJECT Trabajando con ONG e investigadores para monitorear el Banco Mundial y el FMI +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ 1. La estrategia de género del FMI: ¿Producirá un cambio real en los derechos de las mujeres? 2. El Bretton Woods Project da la bienvenida al nuevo personal del proyecto de género 3. Nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) del FMI: cómo hacer que funcione para el Sur Global 4. Examen del control de capital del FMI: Una oportunidad perdida para apoyar una recuperación y estabilidad justas 5. El proyecto del Banco Mundial, de vuelta bajo la etiqueta de programa de Mejora del Ambiente de Negocios, hace poco para abordar las fallas sustanciales del Informe Doing Business 6. El Banco Mundial anuncia su apoyo a CCUS en Nigeria a pesar de las críticas de que refuerza la dependencia de los combustibles fósiles 7. El programa del FMI en Pakistán socava el desarrollo de la energía renovable 8. Crecen los llamamientos para el alivio de la deuda de Ucrania a medida que el FMI y el Banco Mundial otorgan nuevos préstamos en medio de la crisis 9. La sociedad civil elogia la desinversión de la CFI en el proveedor de educación con fines de lucro Bridge International Academies 10. Finaliza la ineficaz Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20 mientras el mundo enfrenta la peor crisis de deuda en décadas 11. Sociedad civil argentina denuncia que el nuevo acuerdo con el FMI es ilegítimo 12. Informe vincula inversiones de la CFI con abusos contra los derechos humanos de los uigures y otras minorías en China 13. Campaña de la sociedad civil insta al FMI a dejar de usar recargos punitivos ===================================================================== GÉNERO/análisis La estrategia de género del FMI: ¿Producirá un cambio real en los derechos de las mujeres? RESUMEN - La nueva estrategia de género del FMI esboza la visión de incorporar la perspectiva de género a los préstamos, la supervisión y la asistencia técnica - La declaración de las OSC pide un análisis más profundo de los efectos de las políticas respaldadas por el FMI en los derechos de las mujeres y un compromiso de buscar alternativas. La sociedad civil y los expertos de la ONU insisten en alejarse urgentemente de la consolidación fiscal que no tiene en cuenta el género a medida que se avecina una ola de austeridad Las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del Covid-19 han revertido los avances en los derechos de las mujeres durante varias décadas, según lo informado por la ONU, la sociedad civil y los medios de comunicación, mientras que el Foro Económico Mundial declaró que “otra generación de mujeres tendrá que esperar la paridad de género”, ya que cerrar la brecha mundial de género se ha alejado otros 35 años. Mientras tanto, una nueva ola de políticas de austeridad respaldadas por el FMI amenaza con desarmar aun más los avances, ya que el poder y la influencia del FMI han aumentado durante la crisis. En este contexto, el FMI está desarrollando su primera estrategia de género, bajo el liderazgo de la recientemente nombrada asesora superior en cuestiones de género, Ratna Sahay (véase el Observador de Verano de 2021), con la ambición de integrar una perspectiva de género en las operaciones básicas de préstamo, supervisión y asistencia técnica del FMI. Una declaración conjunta del 23 de marzo de la sociedad civil y las organizaciones de derechos de las mujeres expuso las principales demandas políticas para la estrategia, pidiendo al Fondo que evalúe críticamente el impacto de género de su asesoramiento convencional en materia de política fiscal, monetaria, estructural y del mercado laboral y que revise su paradigma macroeconómico. La igualdad de género es buena para la economía, sin embargo, ¿lo contrario también es cierto? Tras una carta abierta firmada por casi 100 organizaciones de la sociedad civil (OSC) en la que se pedía al directorio ejecutivo del FMI que apoyara una consulta significativa sobre el desarrollo de la estrategia, el FMI abrió una consulta pública en línea el 10 de febrero y publicó una nota conceptual resumiendo sus aspiraciones. La nota reflejaba algunas demandas pasadas de la sociedad civil, aunque seguían existiendo brechas críticas. Por ejemplo, los impactos de la austeridad fiscal, los impuestos regresivos y la flexibilización laboral en la feminización de la pobreza han sido destacados por el movimiento por los derechos de las mujeres y las economistas feministas durante décadas. Muchos piden evaluaciones sistemáticas del impacto de género de las reformas macroeconómicas promovidas por el FMI, en línea con los Principios Rectores de las Naciones Unidas de 2019 (véase el Observador de Primavera de 2019) y las obligaciones en materia de derechos humanos de los países. El FMI comenzó a considerar el género como una condición macrocrítica hace una década, concentrando sus proyectos de investigación y políticas en los beneficios económicos de la equidad de género, al tiempo que rechazaba un mandato en materia de derechos humanos. La nota conceptual reconoce que “el FMI llega tarde al campo del género” y enfatiza la necesidad urgente de que el FMI aborde consistentemente las disparidades de género y evalúe “cómo los shocks y las políticas macroeconómicas y financieras afectan a hombres y mujeres de manera diferente”. Se perfeccionarán los modelos analíticos, que antes carecían de complejidad, para predecir los efectos específicos de género de las reformas macroeconómicas, y se ampliará la colaboración con expertos, incluidos el mundo académico y la sociedad civil, en consonancia con las recomendaciones de la Oficina de Evaluación Independiente del FMI. Lo que es más importante, la nota conceptual se hace eco de una nota de orientación del personal técnico del FMI de 2018 sobre la operacionalización del género, en la que se destacó que, como mínimo, el asesoramiento en materia de políticas del FMI no debería exacerbar las disparidades de género (véase el Observador de Verano de 2021; Informe, El FMI y la igualdad de género: Poner en práctica el cambio). A pesar de estas afirmaciones, se arrojó poca luz sobre los efectos de las políticas macroeconómicas respaldadas por el FMI sobre la desigualdad de género, las tasas de pobreza de las mujeres, la carga de los cuidados y la capacidad de acceder a un trabajo digno, o sobre las intenciones del FMI de medirlos y abordarlos. Sin este análisis, el FMI corre el riesgo de socavar incluso sus propios objetivos estrechos de promover el crecimiento a través del empoderamiento económico de las mujeres, ya que las reformas destinadas a reforzar la productividad de las mujeres pueden verse contrarrestadas por otras políticas insensibles al género. En cambio, la nota afirmó la ambición del FMI de ampliar su asesoramiento en materia de políticas a nivel de país y las condicionalidades de los préstamos, lo que empuja a los países miembros a cerrar las brechas de género, las que se considera afectan el entorno macroeconómico. Esto podría significar que el FMI asuma un nuevo papel como órgano mundial de expertos en cuestiones de género en la política macroeconómica, un hecho altamente problemático sin un examen mucho más serio de los efectos de género de otras políticas promovidas por el FMI, como su enfoque continuo en la consolidación fiscal, el crecimiento impulsado por las exportaciones, los flujos de capital liberalizados, la independencia del banco central y la profundización financiera. La austeridad afectará a 6.600 millones de personas en 154 países en 2022 (véase el Observador de Otoño 2020), mientras que “la suposición implícita de estas políticas insensibles al género es que las mujeres absorberán el impacto de los recortes fiscales”, según Bhumika Muchhala de la OSC malasia Red del Tercer Mundo. Una carta del 2 de marzo de cuatro relatores especiales y expertos independientes de la ONU sobre la deuda, el desarrollo y los derechos humanos destacó que “agregar una estrategia de género a una serie de otras estrategias y un sistema operativo insensibles al género no ayudará a abordar las necesidades de las mujeres y las niñas ni pondrá fin a los impulsores sistémicos de su desventaja y explotación”. Lo que significa en la práctica un compromiso de ‘no hacer daño’ Las declaraciones tanto de los expertos de la ONU como de la sociedad civil pidieron al FMI que establezca un marco institucional comprometido a buscar una “combinación de políticas alternativas” que defienda los derechos económicos y sociales de las mujeres desde el principio. La profesora Diane Elson, de la Universidad de Essex, destacó que “debería ser obligatorio que todas las condiciones de los préstamos estén sujetas a una evaluación de impacto de género ex ante. Cuando esto revele un probable impacto adverso en la igualdad de género, las condiciones del préstamo deben revisarse”. En última instancia, esto debería dar lugar a un examen más fundamental del marco de políticas del FMI para promover sistemáticamente políticas alternativas que mantengan las condiciones propicias y el espacio fiscal necesarios para abordar la desigualdad estructural. “El gasto público no debe verse como ‘consumo’ sino como ‘inversión’ en los bienes públicos necesarios para los derechos humanos de las mujeres, como la salud, la educación y la protección social”, explicó Muchhala. La continua falta de recursos comprometidos en el presupuesto operacional del FMI para ampliar significativamente su análisis interseccional de género y la necesaria capacidad de personal siguen siendo un cuello de botella clave. El género fue claramente no prioritario en el programa de trabajo más reciente del FMI, el presupuesto de mediano plazo para 2022-2024 y el Revisión Integral de la Supervisión para 2021 (véase el Observador de Verano de 2021). Dadas estas limitaciones, será crucial un compromiso significativo y proactivo con el vasto cuerpo de conocimientos especializados existentes y la experiencia vivida de los grupos de derechos de las mujeres y de la sociedad civil, así como con el conocimiento académico de las economistas feministas. “Dado que el FMI está llegando ‘tarde al juego’ por su propia admisión, es aun más crítico que se pongan al día con los extensos análisis de las economistas feministas que ya han hecho el trabajo”, enfatizó Pryanthi Fernando, directora ejecutiva de International Women's Rights Action Watch (IWRAW) Asia Pacific. Deben formalizarse las asociaciones con otras organizaciones de expertos, para documentar los objetivos compartidos y la delimitación de los mandatos, y el FMI debe desarrollar de manera participativa una política de compromiso con la sociedad civil. Si bien la estrategia se publicará en la primavera de 2022, la sociedad civil seguirá de cerca su implementación y continuará pidiendo cuentas al FMI sobre los derechos de las mujeres. bit.ly/IMFGender ===================================================================== En este número - Nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) del FMI: cómo hacer que funcione para el Sur Global - Tirivangani Mutazu - El proyecto del Banco Mundial, de vuelta bajo la etiqueta de programa de Mejora del Ambiente de Negocios, hace poco para abordar las fallas sustanciales del Informe Doing Business - El Banco Mundial anuncia su apoyo a CCUS en Nigeria a pesar de las críticas de que refuerza la dependencia de los combustibles fósiles - El programa del FMI en Pakistán socava el desarrollo de la energía renovable - Zain Moulvi ===================================================================== GÉNERO/noticias El Bretton Woods Project da la bienvenida al nuevo personal del proyecto de género El BWP se complace en dar la bienvenida a Friederike Strub como nuestra líder de igualdad de género y macroeconomía y a Amy McShane como oficial de proyectos de género. Trabajando juntas en el proyecto de Igualdad de Género y Macroeconomía (GEM) del BWP, Friederike y Amy liderarán la carga para desafiar las formas en que las políticas macroeconómicas que actualmente promueven el Banco Mundial y el FMI socavan la igualdad de género. Friederike anteriormente dirigió la investigación y el diseño de estrategias sobre el empoderamiento económico de las mujeres, la violencia de género y las normas sociales como especialista experta en género en la consultora MarketShare Associates, además de servir como analista legal para La mujer, la empresa y el derecho, en el Banco Mundial. Como consultora de Oxfam America, desarrolló una estrategia de programación mundial sobre el empoderamiento económico de las mujeres y asesoró, sobre la estrategia de cabildeo, a la Coalition on Women’s Economic Empowerment and Equality de Estados Unidos. Friederike tiene una maestría en Políticas Públicas de la Harvard Kennedy School y una licenciatura en ciencias políticas de la Universidad de Konstanz. Antes de unirse al BWP, Amy administró una cartera de financiamiento de organizaciones de base de Violencia contra Mujeres y Niñas (VCMN), además de liderar iniciativas de Monitoreo y Evaluación (MEL, por su sigla en inglés) para dos cohortes especializados como asociada experta en Comic Relief, una organización benéfica internacional británica. Como periodista a tiempo parcial durante varios años, Amy es una hábil narradora y comunicadora. Amy tiene una maestría en Globalización y Desarrollo de la School of Oriental & African Studies (SOAS), donde se centró en la crítica poscolonial del discurso del desarrollo hegemónico, y una maestría en Política y Sociología de la Universidad de Glasgow. bit.ly/BWPStaff ===================================================================== FINANZAS/análisis Nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) del FMI: cómo hacer que funcione para el Sur Global Análisis externo de Tirivangani Mutazu, AFRODAD Resumen - Se da la bienvenida a la creación de un nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) administrado por el FMI, sin embargo, deben resolverse sus deficiencias de diseño - El propósito del FFRS debe ser apoyar a los países de ingreso bajo y medio vulnerables para que se recuperen de la pandemia y aborden los desafíos estructurales económicos y relacionados con el clima. - El diseño de FFRS debe estar alineado con los principios de las OSC para una canalización justa y transparente de los DEG En agosto de 2021 el FMI emitió la mayor asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) de la historia: alrededor de 456.000 millones de DEG, el equivalente a USD 650.000 millones. Los DEG son un activo de reserva internacional, creado por el FMI en 1969 para complementar las reservas oficiales de sus países miembros (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué son los derechos especiales de giro?). Estos sirven como unidad de cuenta del FMI (véase el Observador de Otoño de 2021). Aunque los USD 650.000 millones no alcanzaron la asignación de USD 3 billones por los que abogaron las redes mundiales de deuda en febrero de 2021, los DEG han ayudado en gran medida a los países de ingreso bajo y medio a financiar su recuperación económica de los impactos económicos, sanitarios y sociales producidos por la Covid-19. Muchos países de África, como Ghana, Malawi y Senegal, han podido utilizar sus asignaciones de DEG para financiar programas para enfrentar el Covid-19, adquirir vacunas, abastecer sus reservas de divisas y apoyar a sus sectores económicos productivos. Sin embargo, los DEG se distribuyen en proporción a la participación de los países miembros en las cuotas del FMI (véase Al interior de las instituciones, La toma de decisiones y la gobernanza del FMI y el Banco Mundial). Utilizando este sistema desigual, los países del G20 recibieron el 70% de los DEG, mientras que los países en desarrollo, que necesitaban urgentemente liquidez, recibieron sólo el 30%. La región de África recibió solo USD 32.300 millones de la asignación de USD 650.000 millones. Esta situación grotesca es la razón por la que el Sur Global continúa pidiendo una reforma del FMI, especialmente del sistema de cuotas y las reglas de reparto de DEG desiguales (Dispatch Annuals 2021). Las propuestas de ‘canalización’ de los DEG requieren un enfoque equitativo En octubre de 2021 el G20 se comprometió a ‘canalizar’ USD 100.000 millones de sus DEG a países de ingreso bajo, pequeños estados insulares en desarrollo y países de ingreso medio vulnerables al clima. Las propuestas actuales de canalización incluyen el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP) del FMI, su nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) propuesto, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y los acuerdos bilaterales, en los que los países ricos prestarán sus DEG directamente a otros países. La creación del nuevo FFRS administrado por el FMI es recibida con beneplácito, pero sus deficiencias de diseño socavan su propósito principal. El FMI ha hecho público que se espera que el FFRS esté operativo antes de finales de 2022, con un capital inicial propuesto de USD 50.000 millones, aunque el hecho de que Estados Unidos no apruebe la reasignación de sus DEG en un proyecto de ley de gastos para este ejercicio fiscal genera dudas sobre el cumplimiento de este objetivo. A pesar del apoyo de muchos países ricos, el FFRS no es una solución adecuada para la canalización de DEG y sus características propuestas son problemáticas para los ciudadanos del Sur Global. Los actuales debates opacos sobre el diseño y la puesta en práctica entre los países contribuyentes al FFRS y el FMI, que se han caracterizado por la falta de consultas con la sociedad civil, no inspiran confianza de que los países necesitados se beneficien de los DEG canalizados. Los países más ricos están buscando un mecanismo que preserve el valor de los activos de sus DEG prestados. El diseño del FFRS socava el principio de apropiación nacional debido a su enfoque en las reformas estructurales, la condicionalidad y el cambio climático, interfiriendo en la formulación de políticas de los países. Las condiciones de elegibilidad propuestas del FFRS para calificar para el apoyo también son problemáticas. Estas incluyen un paquete de políticas que refleje los objetivos del FFRS, un programa existente del FMI y un perfil de deuda sostenible que sea adecuado para pagar al Fondo. Las características de diseño propuestas del FFRS son incompatibles con el apoyo a una recuperación sostenible y equitativa y no se alinean con los principios de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) para una canalización justa y transparente de los DEG. Para un nuevo FFRS efectivo e impactante, la sociedad civil y los grupos ambientalistas hacen las siguientes demandas: * El propósito del FFRS debe ser apoyar a los países de ingreso bajo y medio vulnerables para que se recuperen de la pandemia y aborden los desafíos estructurales económicos y relacionados con el clima. * El diseño del FFRS debe priorizar y equilibrar las necesidades de los países prestatarios y los contribuyentes de los DEG. Las demandas y las voces de los países de ingreso bajo y medio vulnerables deben informar el diseño final del FFRS. * El diseño del FFRS debe alinearse con las propias prioridades de los países prestatarios, en lugar de crear nuevos tipos de condicionalidad liderada por el Norte. * El diseño del FFRS debe basarse en consultas inclusivas y profundas con la sociedad civil mundial. * El FFRS no debería ser un instrumento para aplicar duras políticas de austeridad a expensas de los servicios sociales en los países prestatarios. * La financiación del FFRS no debe poner en peligro la sostenibilidad de la deuda y debe proporcionar financiamiento libre de deuda, sin condicionalidad política. * El FFRS debe ser accesible para los países de ingreso medio, contar con salvaguardias de transparencia y rendición de cuentas, garantizar que las contribuciones de los DEG sean adicionales a los compromisos existentes en materia de AOD y financiamiento climático y proporcionar subvenciones que promuevan la justicia climática y aborden la desigualdad económica y de género. * Todos los países vulnerables deberían recibir apoyo en el marco del FFRS y esto no debe depender de contar con otro programa respaldado por el FMI. El FFRS debe ser parte de reformas más amplias de la arquitectura financiera internacional El debate sobre la canalización de los DEG refleja mecanismos financieros mundiales injustos, especialmente en tiempos de crisis. Ningún nuevo instrumento financiero tendrá éxito hasta que se reforme la actual arquitectura financiera y la deuda mundial. Los países africanos se enfrentan a riesgos de crisis de deuda recurrentes en medio de una fuerte resistencia de los acreedores, especialmente de los acreedores privados, a un nuevo mecanismo independiente de reestructuración de la deuda. La comunidad internacional debe abordar los flujos financieros ilícitos y apoyar iniciativas que estimulen la movilización de recursos nacionales para permitir una lucha exitosa contra la pandemia. La declaración de resultados inaugural de la Conferencia Africana sobre la Deuda y el Desarrollo de AFRODAD 2021, conocida como la Declaración de Harare, pidió “reformar la arquitectura de la deuda mundial de una manera que iguale los procesos de contracción de los préstamos, incluida la reforma de los marcos de sostenibilidad de la deuda y la evaluación de las calificaciones crediticias, y el establecimiento de un Mecanismo Africano de Rendición de Cuentas que actuará como base para una mejora en la transparencia, la rendición de cuentas y la gobernanza de la arquitectura de la deuda de África”. Por lo tanto, el diseño y la operativa del FFRS debe centrarse en las personas, lo que requerirá un abandono de otros instrumentos de financiamiento del FMI existentes. bit.ly/RSTGlobalSouth ===================================================================== FINANZAS/noticias Examen del control de capital del FMI: Una oportunidad perdida para apoyar una recuperación y estabilidad justas Resumen - El directorio ejecutivo del FMI lleva a cabo un examen de la visión institucional del FMI sobre los controles de capital - El examen es criticado por ser tímido en reconocer el control de las entradas y salidas de capital como componente clave del conjunto de herramientas macroeconómicas para aumentar la autonomía de las políticas El 30 de marzo, el FMI publicó los resultados del examen del directorio ejecutivo de su Visión Institucional (VI) sobre la Liberalización y Gestión de los Flujos de Capital. El examen era esperado con impaciencia por los responsables de la formulación de políticas, los académicos y la sociedad civil, ya que se esperaba que reflejara la evidencia disponible y reconociera que la regulación de los flujos de capital debería ser una parte esencial y permanente del conjunto de herramientas de política macroeconómica de los Estados y, por lo tanto, un cambio de ruta importante respecto de sus predecesores (véase el Observador de Invierno de 2021). El examen revisó la visión institucional de 2012, que en ese momento fue inmediatamente criticada por el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, quien se quejó de que “la experiencia ha demostrado que el libre flujo de capital no es necesariamente la opción preferible en todas las circunstancias” (véanse los Update 83 y 80). Una evaluación realizada en septiembre de 2020 por la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI, IMF Advice on Capital Controls se hizo eco de algunas de estas preocupaciones (véase el Observador de Primavera de 2021). Si bien tomó nota de algunos avances, destacó que el asesoramiento del FMI sobre los flujos de capital seguía siendo excesivamente restrictivo. De manera crucial, la OEI sugirió que una visión institucional revisada debería permitir un uso preventivo y más duradero de las medidas sobre el flujo de capital (MFC). El examen decepciona, ya que conserva la mayor parte del marco de políticas anterior El profesor Kevin Gallagher, de la Universidad de Boston, si bien acogió con beneplácito el reconocimiento de la nueva visión de que las regulaciones de entrada deberían estar en vigor y ser preventivas, lamentó que mantuviera muchas de las deficiencias de su predecesor. Hizo hincapié en que la nueva visión no dice nada sobre la necesidad de regular los flujos de capital “para evitar que la fuga masiva de capitales sigue siendo preocupante” (véase el Observador de Primavera de 2022). Del mismo modo, señaló que el examen no abordó “los aspectos multilaterales de los MFC, como la necesidad de regular los flujos de capital en ‘ambos extremos’, es decir, también en los países de origen, ni la necesidad de conciliar el asesoramiento del FMI con los miles de acuerdos comerciales y de inversión que no solo hacen que los MFC sean procesables, sino que pueden desencadenar pagos masivos a los inversores privados”. Finalmente, advirtió que sigue habiendo una “necesidad real de mejorar la implementación de la visión institucional existente y nueva. La evidencia muestra que se le dio un tratamiento desigual en los primeros 10 años”. La opinión actual no respondió al llamado a un cambio en la visión institucional del FMI hecho conjuntamente por el profesor Gallagher y el profesor de la Universidad de Columbia Joseph Stiglitz en un artículo del 7 de marzo en Project Syndicate, en el que recomendaron que el directorio ejecutivo del FMI impulsara cuatro reformas a la política de cuentas de capital del Fondo: Asesorar a los países para que promulguen regulaciones permanentes que permitan el desarrollo rápido de MFC durante oleadas y paradas repentinas; recomendar que los MFC formen parte de un enfoque múltiple; apoyar las reformas de los tratados de comercio e inversión para otorgar a los países de mercados emergentes y en desarrollo más autonomía para utilizar MFC; garantizar que el personal esté capacitado para aplicar nuevas políticas. Daniela Prates, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, estuvo de acuerdo con Gallagher y calificó el examen de “tímido”, señalando que el Fondo declaró que las recomendaciones generales permanecen sin cambios. Prates dijo que considerar los MFC preventivos y las medidas macro prudenciales únicamente en casos de riesgos sistémicos cuando otras medidas son inadecuadas sigue siendo muy restrictivo y enfatizó que “los MFC en general son importantes para aumentar la autonomía política de los países de ingreso medio y bajo y permitirles mantener un tipo de cambio competitivo” (véase el Observador de Invierno de 2021). Señaló además que el examen no tiene en cuenta el hecho de que los descalces de divisas también pueden producirse en el sector público ni la especificidad del contexto de los países de ingreso medio y bajo que da lugar a riesgos sistémicos asociados con los descalces de divisas. Kavaljit Singh, director de la organización sin fines de lucro Madhyam, con sede en la India, se hizo eco de Prates y Gallagher enfatizando que: “Una lectura más detallada de la revisión de 98 páginas del examen institucional revela que no propone ninguna nueva reflexión ni ningún nuevo marco macroeconómico sobre la gestión de los flujos de capital transfronterizos y, por lo tanto, no puede considerarse como un cambio importante respecto de la VI de 2012. Más bien, reafirma los principios básicos y los fundamentos intelectuales de la VI de 2012. Excepto por permitir medidas de gestión de flujos de capital (a las de controles de capital) de forma preventiva sobre las entradas y enumerar algunas excepciones (como la seguridad nacional y los asuntos relacionados con los impuestos), el examen conserva la mayor parte del marco de políticas esbozado en la VI de 2 012 y, por lo tanto, es una real decepción”. bit.ly/CapitalFlowsReview ===================================================================== CONOCIMIENTO/noticias El proyecto del Banco Mundial, de vuelta bajo la etiqueta de programa de Mejora del Ambiente de Negocios, hace poco para abordar las fallas sustanciales del Informe Doing Business Resumen - El Banco Mundial anuncia un movimiento hacia el renombrado programa de Mejora del Ambiente de Negocios, que no aborda los problemas subyacentes planteados anteriormente por la sociedad civil - La sociedad civil pide una evaluación urgente de los impactos de Doing Business y un replanteamiento de la estrategia del sector privado en el Banco Cuando el Doing Business Report (DBR) del Banco Mundial fue cancelado a fines del año pasado, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) celebraron lo que se percibió como un éxito (véase el Observador de Otoño de 2021). Aquellos preocupados por las intenciones del Banco al pasar de la investigación condenatoria vieron la cancelación del DBR como una oportunidad para pedir una revisión completa del Banco Mundial en una carta abierta firmada por 143 OSC y académicos el 12 de octubre. La euforia duró poco, ya que el Banco Mundial anunció en febrero la creación de un nuevo programa de Mejora del Ambiente de Negocios (BEEP, por su sigla en inglés) (véase el Observador de Invierno de 2021) y publicó una nota preconceptual poco después. La coalición ‘Rights not Rankings’, un grupo de OSC que había estado siguiendo de cerca el proceso de DBR y ahora sigue el BEEP, respondió con una presentación conjunta instando al Banco a detener el proyecto a menos que se aborden varios temas clave. La carta inicial de la coalición del 12 de octubre había afirmado la necesidad de cambios estructurales en el paradigma neoliberal del Banco Mundial y su “sesgo ideológico... a favor de la austeridad, la desregulación y la privatización que reducen sistemáticamente el espacio fiscal y de políticas de los países y vacían el Estado”. También abogaba por el fin de la gobernanza antidemocrática del FMI y el Banco Mundial, como el acuerdo de caballeros (véase Antecedentes, Que es el acuerdo de caballeros?). En cuanto a la consulta del BEEP, la coalición señaló que hay poca diferencia significativa entre el DBR y el BEEP. Siete miembros de la coalición contribuyeron a la presentación más reciente en marzo, como parte del período de consultas. La presentación resumió que el BEEP propuesto “replica un modelo de desarrollo empresarial y del sector privado que promueve un aumento del poder y de la concentración de las empresas, la acumulación de cantidades obscenas de riqueza, la proliferación de la evasión fiscal y los paraísos fiscales, y la profundización de una división desigual del trabajo mundial a través de cadenas de valor mundiales ambientalmente insostenibles”. Alex Cobham, de la Tax Justice Network, cuestionó la falta de evidencia sustantiva del BEEP para apoyar la necesidad de un ‘clima propicio para los negocios’ en una publicación de blog reciente, señalando que la nota de preconcepto insinúa resultados como el ‘crecimiento’, la ‘igualdad de oportunidades’ y la ‘sostenibilidad’ que están vinculados al ‘desarrollo del sector privado’, pero no demuestra la existencia de relaciones causales entre estos factores. La propia evaluación del Banco Mundial apunta a la falta de evidencia para el éxito de las reformas Esta falta de evidencia ha sido señalada por el propio Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial, que publicó una revisión 2010-2020 del DBR el 15 de marzo, en la que destacó que los puntajes del DBR se basaban en indicadores estrechos que no tenían en cuenta las condiciones específicas de cada país, como la fragilidad y el conflicto, la diferencia cultural en las costumbres empresariales y las prioridades de desarrollo alternativo, por lo que, no podía proporcionar evaluaciones precisas de los efectos que tuvieron las reformas. El informe recomendó que el Banco debería, por lo tanto, “evitar el uso de indicadores del DBR como objetivos explícitos de reforma o indicadores de monitoreo”, y cuestionó la “objetividad y precisión” del recurso, afirmando que “los DBR han hecho muchas afirmaciones sobre los beneficios de las reformas medidas que van más allá de la evidencia rigurosa o replicada”. Más positivamente, el BEEP está considerando eliminar el proceso de clasificación. Esto es significativo ya que, en una declaración de la sociedad civil del 21 de septiembre, las clasificaciones del DBR se consideraron un sistema “regresivo” que promovió “una carrera a la baja en la desregulación empresarial que erosionó los sistemas fiscales y de seguridad social y eliminó las protecciones clave de los trabajadores” (véase el Observador de Invierno de 2019). Además, el BEEP considerará los cambios de facto en el entorno empresarial de un país mediante la incorporación de encuestas con las empresas, en lugar de simplemente reconocer los cambios de jure que pueden no implementarse realmente, como lo hacía el DBR. De cara al futuro, la coalición pide al Banco que evalúe el impacto en la pobreza, la desigualdad y los derechos humanos de la implementación de 18 años de reformas de políticas inspiradas en el DBR, reconsidere su comprensión de la privatización (particularmente en el contexto de la recuperación de la Covid-19, la desigualdad y las crisis climáticas) y aborde las profundas disparidades estructurales descubiertas por la sociedad civil. Hablando en nombre de la coalición, Flora Sonkin, de la Society for International Development (SID), declaró: “En lugar de cambiar el nombre del DBR, el Banco Mundial debería analizar detenidamente los impactos dañinos que su asesoramiento normativo defectuoso ha causado durante los últimos 18 años y trabajar con vistas a las reparaciones y la rendición de cuentas”. bit.ly/BEEP2023 ===================================================================== INFRAESTRUCTURA/análisis El Banco Mundial anuncia su apoyo a CCUS en Nigeria a pesar de las críticas de que refuerza la dependencia de los combustibles fósiles Resumen - Fondo fiduciario del Banco Mundial ESMAP para proporcionar apoyo al desarrollo del mercado nacional de captura, utilización y almacenamiento de carbono - La CFI busca atraer al sector privado a la CCUS en Nigeria Los proyectos de CCUS han sido ampliamente promovidos por las compañías de combustibles fósiles, a pesar de la falta de evidencia de que brinden una mitigación significativa del cambio climático. El Banco Mundial anunció el 10 de febrero que trabajará para desarrollar un mercado interno para la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por su sigla en inglés) en Nigeria en su última adopción de la controvertida tecnología, que ha sido criticada por la sociedad civil como una ‘solución tecnológica’ ineficaz a la crisis climática. Un comunicado de prensa de febrero de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial, declaró: “La CFI trabajará con el gobierno [nigeriano] para identificar los sectores y empresas privadas más prometedores que pueden probar nuevas tecnologías para capturar, usar y almacenar carbono...Paralelamente, el Banco Mundial colaborará con el gobierno de Nigeria para delinear políticas y regulaciones que puedan acelerar la adopción de las tecnologías al tiempo que ayudan a la industria local de CCUS a cumplir con los estándares internacionales”. El comunicado agregó que “el proyecto está financiado por el Fondo Fiduciario CCS [Captura y Almacenamiento de Carbono] del Banco Mundial bajo el Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP, por su sigla en inglés)”, que cuenta con el apoyo del Reino Unido y Noruega. Según el Center for International Environmental Law (CIEL), con sede en Estados Unidos, las tecnologías CCUS “se refieren a los procesos que recolectan o ‘capturan’ dióxido de carbono generado por actividades de alta emisión, como la producción de energía a carbón y gas o la fabricación de plásticos, y luego transportan esas emisiones capturadas a sitios donde se utilizan para procesos industriales o se almacenan bajo tierra”. El CIEL señaló en un informe de julio de 2021 que, “la escalabilidad no probada de las tecnologías de CCS y sus costos prohibitivos significan que no pueden desempeñar ningún papel significativo en la rápida reducción de las emisiones mundiales necesarias para limitar el calentamiento a 1,5°C. ...Las 28 instalaciones de CCS que actualmente operan a nivel mundial tienen la capacidad de capturar solo el 0,1% de las emisiones de los combustibles fósiles”. El informe también señala que una proporción significativa de las operaciones de CCUS hasta la fecha se centran en ‘utilizar’ productos de desecho de combustibles fósiles inyectándolos en depósitos subterráneos de petróleo, en un esfuerzo por aumentar la producción de petróleo. El informe lamenta que “los productos de desecho de una actividad de quema de combustibles fósiles se utilizan para generar más combustibles fósiles, apuntalando el sistema energético insostenible de los combustibles fósiles”. El Banco Mundial y sus pares de los BMD mantienen la fe en las falsas soluciones de la CCUS El anuncio del Banco Mundial se produce cuando la CCUS continúa siendo ampliamente promovida por la industria de los combustibles fósiles como una forma de alinear sus actividades con los objetivos climáticos mundiales, con los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y los gobiernos ricos, incluido el Reino Unido, que apoyan estos esfuerzos. A pesar de las afirmaciones de que la CCUS refuerza en gran medida el status quo de la energía de los combustibles fósiles, la metodología conjunta actualizada de los BMD para el seguimiento del financiamiento para la mitigación del cambio climático, publicada en octubre de 2021, continúa clasificando a la CCUS como financiamiento climático, señalando: “Además de la captura posterior a la combustión, el financiamiento proporcionado específicamente para permitir la captura previa a la combustión o la separación del oxígeno del aire para combustible oxigenado es elegible [para ser clasificado como financiamiento de mitigación climática de los BMD]”. Esto plantea la posibilidad de que la CCUS pueda conformar un pilar de los esfuerzos de los BMD para alinear sus actividades con el Acuerdo de París en el futuro, a pesar de la falta de evidencia creíble de que la CCUS representa una solución duradera para evitar un cambio climático catastrófico. El Banco Mundial se ha comprometido a alinear la mayor parte de su financiamiento y otras actividades con el Acuerdo de París para el 1 de julio de 2023 (véase el Observador de Verano de 2021), mientras que el comunicado de prensa de la CFI para el proyecto de CCUS de Nigeria afirma que la iniciativa “podría acelerar la transición energética y ayudar a Nigeria a alcanzar sus objetivos en materia de emisiones”. Mientras tanto, el Reino Unido, que, como anfitrión de la 26ª Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow en noviembre de 2021 (véase el Observador de Invierno de 2021), ha estado dispuesto a proyectar una imagen de líder mundial en temas climáticos, es el mayor financiador de la agenda multilateral de CCUS. El Reino Unido financia esfuerzos tanto en el Banco Mundial como en el Banco Asiático de Desarrollo, a través del programa internacional CCUS de GBP 70 millones del Department for Business, Energy and Industrial Strategy (BEIS) del Reino Unido y cuenta este programa como parte de sus compromisos internacionales de financiamiento para el clima. Sin embargo, una revisión de 2021 del programa de CCUS del Reino Unido, que se ha centrado en China, Indonesia, México y Sudáfrica desde 2012, encontró que “no representa una buena relación calidad- precio”, debido a los contratiempos en curso con los proyectos piloto de CCUS. Como se establece en la revisión de BEIS, las luchas del programa son indicativas de una tendencia mundial más amplia y la CCUS no cumple con las grandes esperanzas que sus defensores han depositado en él. La revisión señala: “El avance mundial en CCUS está bien encaminado para alcanzar las expectativas establecidas en el Escenario de Desarrollo Sostenible de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que describe la historia de CCUS como ‘una de expectativas incumplidas’”. Los activistas de la sociedad civil argumentan que esto demuestra la necesidad de cambiar rápidamente más allá de la CCUS a alternativas a los combustibles fósiles. “Ninguna cantidad de inversión en CCS puede acelerar la transición necesaria hacia un futuro libre de fósiles”, dijo Nikki Reisch de CIEL. “La CCS fija las industrias contaminantes y agrava sus daños a las comunidades, prolongando el uso de combustibles fósiles precisamente cuando necesitamos reemplazarlos con energías renovables”. bit.ly/CCUSNigeria ===================================================================== MEDIO AMBIENTE/comentario El programa del FMI en Pakistán socava el desarrollo de la energía renovable Comentario externo de Zain Moulvi, Alliance for Climate Justice and Clean Energy (Pakistan) Resumen - La sociedad civil advierte que el programa del FMI socava los planes nacionales de Pakistán sobre clima - Se recortan las exenciones tributarias a las energías renovables y los vehículos eléctricos del mini-presupuesto ordenado por el FMI El 13 de enero, el gobierno de Pakistán introdujo un controvertido conjunto de reformas tributarias para revivir el Servicio Ampliado del FMI (SAF) de USD 6.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país, aprobado originalmente en 2019. Estas reformas incluyen un devastador régimen de nuevos impuestos a paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y tecnologías relacionadas, que probablemente paralicen el naciente mercado de energía renovable de Pakistán, lo que detiene la transición energética del país y pone en riesgo el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de clima. Pakistán se vio obligado a adoptar estas medidas a los efectos de cumplir con las condiciones del FMI para la liberación del próximo tramo de USD 1.000 millones en el marco del estancado programa de SAF, según lo acordado por el directorio ejecutivo del FMI el 2 de febrero. Instituidas a través de un proyecto de ley de finanzas suplementarias preparado apresuradamente e impuesto a través de la Asamblea Nacional, estas reformas han anulado la política anterior de exenciones tributadas a las tecnologías renovables, que tiene como resultado un impuesto del 20% a las tecnologías solares y eólicas, así como un aumento del 12% del impuesto a las ventas de vehículos eléctricos importados. Este cambio de política se produce a pesar del alentador crecimiento del sector de las energías renovables bajo el régimen tributario anterior. El aumento sin precedentes de las instalaciones solares fotovoltaicas en las regiones de Pakistán con poca o ninguna conexión a la red ha sido, en los últimos años, una mejora inesperada para las comunidades vulnerables. Alentado por la decisión del gobierno de renunciar a los impuestos a los productos solares en 2014, el crecimiento refleja la idoneidad de la energía solar para alimentar pozos tubulares, bombas de agua y sistemas de purificación para agua potable y riego en áreas remotas y con estrés hídrico. Los principales beneficiarios de este auge han sido las comunidades agrícolas pobres, especialmente las mujeres, que históricamente han luchado por el acceso a la electricidad y el agua. La tecnología solar, sin embargo, sigue siendo un mercado basado en gran medida en las importaciones y es probable que el crecimiento se desacelere con usuarios incapaces de pagar precios más altos. Las nuevas reformas tributarias también interrumpirán las estrategias de Pakistán para descarbonizar sus sectores de energía y transporte, tal como se establece en su Política de Energía Alternativa y Renovable (ARE, por su sigla en inglés) y en su Política Nacional de Vehículos Eléctricos (NEV, por su sigla en inglés), ambas publicadas en 2019. La hoja de ruta de Pakistán para desplazar las fuentes de combustible arraigadas depende en gran medida de la integración de energías renovables baratas en soluciones dentro y fuera de la red, contratos privados y servicios de energía rural. La ARE establece un objetivo mínimo del 30% de generación de energía basada en energía renovable en la red nacional para 2030, lo que requiere “compras” a gran escala de los actuales productores que usan combustible y los consumidores agrícolas e industriales que se autogeneran, incentivados, por ejemplo, por tarifas más bajas para los actuales servicios públicos de energía solar/eólica a escala. Sin embargo, el impuesto del 20% sobre las energías renovables también afectará a inversores, baterías y otros equipos y maquinaria de instalación relacionados con las energías renovables. Esto aumentará significativamente el gasto de capital inicial para tales proyectos, lo que aumentará los costos generales de generación y reducirá su ventaja competitiva. El aumento del impuesto a los vehículos eléctricos también pone en peligro el objetivo del 30% de las ventas de vehículos eléctricos para 2030 prescrito por la NEV. De acuerdo con la política, son esenciales incentivos tributarios sólidos para desarrollar el incipiente mercado basado en la importación y para alentar la masiva adopción de vehículos eléctricos. Bajo el nuevo régimen tributario, es poco probable que los usuarios de los sectores de la energía y el transporte opten por no participar en los acuerdos existentes basados en combustibles, dejando de lado un mecanismo clave para reducir las emisiones. A pesar de la nueva estrategia en materia de clima, el FMI no logra hacer coincidir la retórica con la acción El hecho de que tales resultados de política perjudiciales para el medio ambiente y contradictorios estén directamente vinculados a un programa del FMI que se muestra elocuente sobre la “intensificación del cambio climático”, refleja la naturaleza contraproducente de los programas de ajuste estructural del FMI y los efectos distorsionadores de sus prácticas crediticias. También plantea preocupaciones sobre la sinceridad del compromiso del Fondo con los objetivos mundiales en materia de clima, después de que lanzara una nueva estrategia sobre clima en julio que busca incorporar el clima en todas las áreas de su mandato (véase el Observador de Otoño de 202 1). Existe una evidente desalineación entre el asesoramiento en materia de políticas y las condiciones de los préstamos del FMI y su retórica pública sobre el apoyo a las transiciones con bajas emisiones de carbono. La nueva estrategia del Fondo, por ejemplo, hace hincapié en la necesidad de “regímenes tributarios" favorables y “políticas estructurales y de gasto” para los países vulnerables al clima. La declaración del personal sobre el programa SAF de Pakistán identifica explícitamente como una preocupación apremiante su vulnerabilidad particular como uno de los “diez países con los mayores daños por desastres relacionados con el clima y de los 20 principales países con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero”. Recomienda medidas de política como el “uso más amplio de las energías renovables”, “medidas de implementación para cumplir los objetivos de la COP 26 de Pakistán” y la obtención de “financiamiento suficiente” para la transición energética como áreas prioritarias “críticas”. Sin embargo, son estos mismos objetivos y medidas los que son saboteados por las condicionalidades de préstamos del SAF con consecuencias ambientales que se extienden al frente internacional. El FMI debe garantizar que estos impuestos perjudiciales sean eliminados. También debe adoptar mecanismos concretos para armonizar su asesoramiento sobre políticas con los objetivos nacionales de los gobiernos receptores en materia de clima, así como con los acuerdos mundiales sobre el clima. Parte de la solución radica en corregir su enfoque insular para el desarrollo del programa de préstamos. Es imperativa una política de consulta significativa con la sociedad civil, especialmente con los grupos vulnerables, junto con revisiones independientes y ex ante de las consecuencias de los ajustes fiscales propuestos para que avancen, más allá de la retórica vacía, los objetivos declarados del FMI de contrarrestar el “cambio climático” y fomentar el “crecimiento sostenible”. Esto, junto con las soluciones de financiamiento verde, como los canjes de deuda por naturaleza y la condonación de la deuda, es la necesidad del momento para países como Pakistán, que se han encontrado atrapados en un círculo vicioso de deuda durante años de intervenciones fallidas del FMI. bit.ly/PakistanRenewables ===================================================================== FINANZAS/noticias Crecen los llamamientos para el alivio de la deuda de Ucrania a medida que el FMI y el Banco Mundial otorgan nuevos préstamos en medio de la crisis En medio del empeoramiento del conflicto en Ucrania, activistas ucranianos y aliados internacionales han pedido que se cancelen las deudas insostenibles del país, incluidas las que se deben a instituciones multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. Según el FMI, la deuda externa de Ucrania se situó en USD 56.700 millones a finales de 2020. El director ejecutivo de Jubilee USA, Eric LeCompte, señaló en un artículo del 8 de marzo en la revista Barron, que Ucrania debía USD 22.000 millones a las instituciones financieras internacionales (IFI): “El FMI tiene más de la mitad de esa...deuda con USD 13.400 millones con USD 2.000 millones en pagos de deuda para este año. Dado que lo más probable es que Ucrania incumpla con estos pagos, el FMI debería actuar rápidamente para reestructurarlos”. Posteriormente, el directorio ejecutivo del FMI aprobó un préstamo de USS 1.400 millones a Ucrania el 9 de marzo a través de su Instrumento de Financiamiento Rápido, mientras que el Banco Mundial también publicó un paquete de financiamiento de USD 723 millones el 7 de marzo, incluyendo USD 589 millones en nuevos préstamos. Si bien este financiamiento proporciona un apoyo de emergencia muy necesario, aumenta aún más la carga sustancial de la deuda de Ucrania. El FMI también está cobrando a Ucrania recargos importantes sobre sus préstamos, como resultado de que su endeudamiento excede la asignación de su cuota del FMI (véase el Observador de Primavera de 2 022 y el de Invierno de 2021). Según la red de la sociedad civil Eurodad, con sede en Bélgica, se proyecta que Ucrania pagará USD 178 millones en recargos solo en 2022. “Simplemente no tiene sentido que países como Ucrania envíen decenas de millones de dólares cada mes para financiar al FMI en Washington mientras enfrentan la guerra, la pandemia y la crisis económica”, dijo el congresista estadounidense Jesús “Chuy” García, en un comunicado de prensa de marzo que anunciaba un nuevo proyecto de ley destinado a lograr que el Tesoro de Estados Unidos apoye una suspensión de los recargos del FMI, pendiente de revisión. bit.ly/UkraineDebt ===================================================================== SERVICIOS SOCIALES/noticias La sociedad civil elogia la desinversión de la CFI en el proveedor de educación con fines de lucro Bridge International Academies Después de una larga campaña de la sociedad civil, la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial, anunció, el 9 de marzo, que desinvertía en las New Global Schools, anteriormente conocidas como Bridge International Academies (BIA). BIA, un proveedor de educación con fines de lucro, había recibido USD 13,5 millones de la CFI desde 2014 para apoyar sus operaciones en Kenia, Liberia, Uganda, Nigeria e India. La desinversión sigue a una congelación de 2020 en las nuevas inversiones directas e indirectas de la CFI en proveedores de educación con fines de lucro, que fue una condición del apoyo del Congreso de Estados Unidos para un nuevo aumento de capital de la CFI (véase el Observador de Verano de 2020 y el de Invierno de 2019). “El modelo BIA y su implementación socavaron el derecho a la educación y el estado de derecho en Uganda”, dijo Salima Namusobya, de la organización de la sociedad civil (OSC) Initiative for Economic and Social Rights, con sede en Uganda, en un comunicado de prensa del 16 de marzo. “La desinversión de la CFI llega en un momento en que la mayoría de las escuelas de BIA han cerrado, ya que su modelo con fines de lucro era insostenible, particularmente a raíz del Covid-19. Esperamos que otros inversores sigan su ejemplo”. El modelo con fines de lucro de BIA ha generado una condena sostenida en los últimos años. En 2016 el apoyo de la CFI a BIA en Liberia fue criticado por el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación, Kishore Singh, quien argumentó: “la provisión de educación pública de buena calidad es una función central del Estado. Abandonar esto en beneficio comercial de una empresa privada constituye una grave violación del derecho a la educación” (véase el Observador de Verano de 2016). En una carta abierta, 88 OSC pidieron en 2018 a la CFI que desinvirtiera en las BIA y destacaron una serie de problemas con sus operaciones, que incluyen “costos más altos que los anunciados por la empresa, falta de registro de escuelas, uso de currículo no aprobado, incumplimiento de los requisitos de certificación de maestros e impactos discriminatorios” (véase el Observador de Primavera de 201 8). Un informe de 2019 del Defensor del Pueblo (CAO, por su sigla en inglés), el mecanismo independiente de rendición de cuentas de la CFI, tras una queja de 2018 contra BIA en Kenia, destacó las preocupaciones sobre la falta de “cumplimiento de los requisitos relevantes de salud y seguridad” de BIA y los posibles “impactos adversos para maestros, padres y estudiantes planteados en los reclamos” (véase el Observador de Invierno de 2019). bit.ly/IFCBridgeAcademies ===================================================================== DEUDA/noticias Finaliza la ineficaz Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20 mientras el mundo enfrenta la peor crisis de deuda en décadas Resumen - Los países reanudarán pagos de deuda en medio de una recuperación desigual de la pandemia - Las OSC piden la cancelación de la deuda y un mecanismo multilateral de renegociación de la deuda Dado que aún no se han alcanzado soluciones a la actual crisis de la deuda, se necesitan avances urgentes. El fin de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (ISSD) del G20 en diciembre de 20 21 significa que los países deben reanudar los pagos de sus obligaciones de deuda a pesar del deterioro del contexto mundial, particularmente para los países de ingreso medio y bajo (MIC y LIC, por sus respectivas siglas en inglés). De los 73 LIC elegibles para la ISSD, solo 43 solicitaron un total de USD 13 mil millones de suspensión del servicio de la deuda, lo que representa una cuarta parte de la cantidad que el G20 anunció que concedería la ISSD en abril de 2020 (véase el Observador de Invierno de 2021). El hecho de que la ISSD sólo suspendiera temporalmente los pagos bilaterales de la deuda, junto con la falta de participación del sector privado en el plan, contribuyó a que el mecanismo fuera ineficaz. Esto sucedió a pesar de las advertencias de la sociedad civil (véase el Dispatch Annuals 2021) y los directivos del FMI reconociendo que “también es fundamental que los acreedores del sector privado implementen el alivio de la deuda en términos comparables”. Un análisis de enero realizado por Jubilee Debt Campaign (JDC), con sede en el Reino Unido, constató que “54 países en todo el mundo están en crisis de deuda, lo que significa que los pagos de la deuda están socavando la capacidad de los gobiernos para proteger los derechos económicos y sociales básicos de sus ciudadanos”. Según un artículo del grupo de expertos estadounidense Atlantic Council, “estos LIC se enfrentan a pagos del servicio de la deuda por valor de USD 11.000 millones más este año... lo que amenaza con desplazar el gasto público que se necesita con urgencia en salud, servicios sociales y otras necesidades de desarrollo”. El 18 de enero el presidente del Banco Mundial, David Malpass, tuiteó: “Con demasiados países en desarrollo que enfrentan niveles récord de deuda externa e interna, no podemos darnos el lujo de esperar más. Los más pobres del mundo necesitan urgentemente un alivio profundo de la deuda, una mayor transparencia de la deuda y un reequilibrio de los poderes de los acreedores y deudores”. Profundización de la recuperación divergente La ISSD no hizo nada para abordar las obligaciones de deuda a largo plazo de los países, que se vieron exacerbadas por la pandemia. Además de esto, la crisis de Ucrania empeorará las perspectivas para muchos países que ya se encuentran en dificultades de deuda (incluida África Subsahariana) a medida que aumenta el costo de importar productos básicos clave, lo que exacerba sus dificultades de balanza de pagos, incluida su capacidad para pagar las deudas (véase el Observador de Primavera de 2022). Mientras tanto, países en dificultades de deuda como Zambia se ven obligados a hacer pagos a acreedores privados, como BlackRock, a expensas del bienestar de su propia población. La recuperación ya divergente de la pandemia de Covid-19 probablemente se verá exacerbada por los ajustes de los países de ingreso alto (HIC, por su sigla en inglés) en sus políticas monetarias a medida que sus economías comiencen a recuperarse. Tal como señaló el FMI en un blog de abril de 2021, los MIC y los LIC se verán afectados negativamente por las tasas de interés más altas en los HIC, ya que estos extraen capital de los MIC y LIC, lo que da lugar a una depreciación de sus monedas y, por lo tanto, a un aumento de sus obligaciones de deuda emitidas en moneda extranjera. La situación en Ucrania ha empeorado esta tendencia, ya que en tiempos de crisis los inversores buscan seguridad en activos como el dólar estadounidense. Esto fortalece al dólar frente a otras monedas y exacerba las tendencias anteriores. Las medidas adoptadas hasta ahora para abordar la situación de la deuda causada por la pandemia han sido insuficientes, ya que no lograron cancelar la deuda como lo han exigido los académicos y la sociedad civil (véase el Observador de Invierno de 2021). Numerosos llamados de OSC, académicos y expertos en deuda para un mecanismo de renegociación de la deuda con sede en las Naciones Unidas que, como señaló Patricia Miranda de la red de OSC de América del Sur y Central, Latindadd, “garantice un futuro de préstamos y endeudamiento responsables junto con una regulación basada en los derechos humanos y la justicia de género”, no se han materializado (véase el Dispatch Annuals 2020). Además, otras cuestiones estructurales que contribuyen a una exacerbación de la crisis de la deuda y a la recuperación desigual de la pandemia, como la política de recargos del FMI (véase al interior de las instituciones ¿Qué son los recargos del FMI? ; Dispatch Springs 2021) y la visión institucional restrictiva del FMI sobre los controles de capital (véase el Observador de Primavera de 2022) también deben abordarse si el mundo quiere resolver la actual crisis de la deuda, que seguirá afectando más duramente a los más pobres y vulnerables. bit.ly/DSSIDebt ===================================================================== Sociedad civil argentina denuncia que el nuevo acuerdo con el FMI es ilegítimo Resumen - FMI y Argentina acuerdan el 22º programa del FMI del país - Las protestas callejeras estallan en medio de llamados al rechazo del acuerdo, ya que la sociedad civil enfatiza que la deuda es ilegítima Según lo informado por Al Jazeera, el Senado argentino votó el 18 de marzo para proceder con un acuerdo de Servicio Ampliado del FMI (SAF) de 30 meses de USD 45.000 millones (el 1000% de la cuota del país). El programa se acordó días antes de un pago de USD 2.800 millones al FMI como parte de un préstamo récord de USD 57.100 millones acordado en 2018 (véase el Observador de Invierno de 2018 y el de Verano de 20 18). El directorio ejecutivo del Fondo aprobó el programa el 25 de marzo, lo que allanó el camino para el desembolso inicial de USD 9.70 0 millones. Sin embargo, haciéndose eco de las preocupaciones sobre el programa de 2018, un comunicado de prensa del FMI del 25 de marzo destacó que “los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos de contagio de la guerra en Ucrania ya se están materializando...la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas...será fundamental para lograr los objetivos del programa”. El acuerdo permite a Argentina pagar el anterior Acuerdo Stand-by-By (SBA) de 2018, que tiene reembolsos de USD 39.000 millones con vencimiento en 2022-2023, y fortalecer sus reservas internacionales. Una demanda legal alega que préstamo del FMI violó la ley argentina y los derechos humanos El 10 de marzo un grupo de más de 120 personas presentó una demanda colectiva para impugnar la validez y constitucionalidad del SBA en un Tribunal Federal, argumentando que la falta de aprobación legislativa “tal como lo establece la Constitución...[IA1]viola el derecho [a la participación] reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos en su art. 21, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su art. 25 y la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su art. 23”. El 29 de marzo los senadores del Frente de Todos propusieron una legislación para crear un fondo nacional, proyectado para ascender a hasta USD 20.000 millones, para pagar al FMI con fondos recuperados de aquellos que tienen activos no declarados en el extranjero y contribuyeron a la fuga de capitales durante el SBA de 2018. La sociedad civil califica de odiosa la deuda del FMI y exige su cancelación Un blog del 11 de marzo del movimiento para la suspensión e investigación de la deuda informó sobre las protestas de decenas de miles de personas en todo el país contra el nuevo acuerdo. El movimiento sostiene que la deuda de 2018 con el Fondo no debe pagarse, ya que es ilegítima. Enfatiza que la evaluación del Fondo sobre el cumplimiento del acuerdo por parte del país cada tres meses implica “aumentos de impuestos e inflación, precarización laboral, aumento y daño de las actividades extractivas, pérdida de soberanía... y empeoramiento... del acceso a los derechos humanos básicos”. El 14 de marzo, hablando en una audiencia pública organizada por la bancada parlamentaria del Frente de Izquierda, Nora Cortiñas, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo de Argentina, describió el acuerdo como “fraudulento y odioso, contraído contra el interés de la nación y sus ciudadanos”. Llamó a los legisladores a “votar en contra del nuevo préstamo para no traicionar al pueblo”. Una nueva investigación afirma que el programa violó el Convenio Constitutivo del FMI En un artículo del 7 de marzo publicado en Social Science Research Network, Karina Patricio Ferreira Lima, de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y Chris Marsh, de Exante Data, argumentaron que “el SBA de 2018 violó los propósitos centrales del FMI según su Convenio Constitutivo y, por lo tanto, constituye un acto ultra vires”, lo que lo vuelve inválido y nulo. Entre las violaciones figuraban la falta de salvaguardias adecuadas para el suministro de los recursos generales del Fondo a la luz de la deuda insostenible y la inacción en materia de controles de capital, por ejemplo, para garantizar que el programa no contribuyera a una extensión y gravedad de la crisis de la balanza de pagos de Argentina. El análisis está respaldado por un artículo del Congreso de américa del Norte sobre América Latina, de diciembre de 2021, que describe las numerosas irregularidades y motivaciones políticas del programa. Cuestionada la neutralidad política del programa de 2018 El propio análisis del FMI en su Evaluación Ex Post (EPE, por su sigla en inglés) del SBA 2018 señala que “El programa fue bien entendido como de alto riesgo: desde el principio, la deuda pública se evaluó como ‘sostenible pero no con alta probabilidad’ ... [la] reintroducción de medidas de gestión de flujos de capital, podría haber entregado un programa más robusto”. La respuesta oficial del gobierno argentino a la EPE destacó que “la discrepancia entre las opiniones técnicas del personal y las decisiones tomadas por el FMI refuerzan la visión de que el programa constituyó... un préstamo que significaba apoyar las posibilidades electorales de la administración en funciones”. Esta interpretación está respaldada por un artículo de Forbes de diciembre de 2021 que hace referencia a los comentarios del exdirector ejecutivo del FMI de Estados Unidos, Mauricio Claver- Carone, de que “Argentina, bajo Macri, fue vista como un aliado clave de Estados Unidos...Un retorno del peronismo...conduciría a una erosión del apoyo a los intereses de Estados Unidos en la región”. En respuesta a la aprobación en el Congreso el 11 de marzo, varios diputados de la coalición de gobierno que votaron en contra de la moción produjeron un documento que detalla el legado perjudicial del Fondo en el país, en el que señalan las tendencias positivas en el empleo, la pobreza y la desigualdad durante la ausencia del Fondo en el período posterior al incumplimiento de Argentina en 2001. En el documento se critica al FMI por “desarrollar un programa [en 2018] plagado de ‘irregularidades’”, que “no solo se debieron al exceso de la cuota que determina el monto máximo de financiamiento que el país puede obtener del FMI (alrededor de USD 18.000 millones) sino también al hecho de que este crédito se utilizó para financiar la fuga de capitales al exterior”. Los autores del documento subrayaron que el Acuerdo “no” garantiza “la sostenibilidad de la deuda después de 202 5, cuando... el reembolso...comienza”. Agregaron que el país necesita un plazo de pago más largo y denunciaron el hecho de que el programa no abordara el tema del pago de recargos, que dos ex expertos independientes de la ONU sobre Deuda Externa han argumentado que son contrarios al derecho internacional y son ampliamente considerados contraproducentes y procíclicos (véase el Observador de Primavera de 2022 y el de Invierno de 2021). bit.ly/ArgentinaLoan ===================================================================== DERECHOS/noticias Informe vincula inversiones de la CFI con abusos contra los derechos humanos de los uigures y otras minorías en China El 16 de febrero el grupo de expertos estadounidense Atlantic Council, junto con DFRLab, la universidad Sheffield Hallam, el Helena Kennedy Center for International Justice y NomoGaia, publicó un informe en el que se alegaba que las inversiones de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de préstamos del sector privado del Banco Mundial, han contribuido a graves violaciones de los derechos humanos de los uigures y otras minorías en China. El informe señala que la “evidencia significativa sugiere que varios de los clientes de la CFI son participantes activos en la implementación de la campaña de represión de la República Popular de China contra los uigures, incluso a través del trabajo forzado, el desplazamiento forzado, el borrado cultural y la destrucción del medio ambiente”. La investigación realizada por los autores indica que la CFI tiene actualmente unos USD 486 millones en préstamos directos e inversiones de capital en cuatro empresas que operan en la región uigur. En el informe se formulan varias recomendaciones basadas en estas conclusiones. Pidió a la CFI y a otras instituciones financieras de desarrollo (IFD) que desinvirtieran en todas las inversiones empresariales en la región uigur; recomendó que la CFI y otras IFD presumieran que todas las empresas que operan en la región están involucradas en trabajos forzosos y corren el riesgo de ser cómplices en el genocidio en curso; dijo que la CFI y otras IFD deberían revisar y ajustar sus carteras de inversión directa e indirecta para trasladar las subinversiones, los subcontratos y las cadenas de suministro fuera de la región uigur. El informe también señaló que la CFI debería llevar a cabo una revisión completa de su cartera, incluidas las inversiones en intermediarios financieros, utilizando los métodos empleados en el informe. Al comentar sobre las interacciones de los autores del informe con la CFI, Kendyl Salcito, de la organización sin fines de lucro NomoGaia, con sede en Estados Unidos, se lamentó diciendo que: “Alertamos al personal de la CFI sobre los graves riesgos para los derechos humanos asociados con estas inversiones, en noviembre de 2020, y les proporcionamos evidencia de transferencias confirmadas de trabajo forzoso y otros daños a principios de febrero de este año. La CFI no ha proporcionado ninguna indicación de que vaya a actuar para detener estos abusos”. Agregó que “La CFI no está respondiendo a la prensa, ni a los gobiernos miembros ni a nosotros sobre cómo planean actuar sobre estas constataciones. El Banco no ha hecho declaraciones públicas sobre nuestro informe ni, mucho menos, sobre el genocidio en curso en la región. La falta de rendición de cuentas es asombrosa”. bit.ly/IFCChina ===================================================================== DEUDA/noticias Campaña de la sociedad civil insta al FMI a dejar de usar recargos punitivos Con la creciente alarma por los niveles de deuda insostenibles generalizados y las trayectorias divergentes de recuperación de la pandemia, un grupo de más de 250 organizaciones de la sociedad civil (OSC) y expertos ha pedido al directorio ejecutivo del FMI, en una carta pública, que elimine los dañinos recargos antes de las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el FMI de 2022. Los signatarios expresaron su seria preocupación de que “el FMI continúe cobrando tarifas punitivas a los países que enfrentan problemas de deuda mientras luchan contra los efectos de la pandemia” y exigieron “la suspensión inmediata o la eliminación total de esta política”, en línea con los llamados anteriores de expertos en desarrollo, economistas, OSC y gobiernos de que “los recargos deben desaparecer”. Los recargos son gravámenes que el FMI agrega a préstamos particularmente grandes y de largo plazo, que costarán a los países en dificultades de deuda un estimado de USD 7.900 millones en los próximos seis años (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué son los recargos del FMI?). La iniciativa de las OSC se ve reforzada por una serie de artículos e informes recientes que han señalado que los recargos son “contraproducentes e injustos” y socavan la sostenibilidad de la deuda (véase el Observador de Invierno de 2021, el de Verano de 2021 y el Dispatch Annuals 2021). La carta destaca que los recargos “ponen en peligro la recuperación de los países que enfrentan graves dificultades económicas”, al tiempo que “convierten la pandemia en una oportunidad de obtener ganancias para el FMI”. Una discusión del directorio del FMI de diciembre de 2021 reveló opiniones divididas: La mayoría de los directores ejecutivos señalaron su apertura a una revisión holística de la política, mientras que otros solo apoyaron el alivio temporal, mientras que un pequeño grupo se negó a considerar cualquier revisión de la política. Con Ucrania devastada por la guerra como uno de los principales pagadores de recargos, la postura de bloqueo de Estados Unidos está recibiendo el rechazo interno de los legisladores estadounidenses instando a su gobierno a abolir los recargos e introduciendo un proyecto de ley con ese fin el 8 de marzo (véase el Observador de Primavera de 2022). bit.ly/SurchargesCampaign ==================================================================== The Observer está disponible en pdf, en la web y por correo electrónico. Observer www.brettonwoodsproject.org/observer/ Castellano www.brettonwoodsproject.org/es/observador Subscripciones www.brettonwoodsproject.org/subs El Bretton Woods Project es un proyecto de ActionAid-hosted, UK registered charity no. 274467, England and Wales charity no. 274467, Scottish charity no. SC045476. Esta publicación está respaldada por una red de ONG del Reino Unido, la c.S. Mott Foundation, la William and Flora Hewlett Foundation y el The Rockefeller Brothers Fund. No se necesita permiso para su reproducción ISSN 2053-7522 Diseño: Base Eleven