+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Observador de Verano de 2022 de Bretton Woods Un examen crítico trimestral de la evolución de la situaciónA en el Banco Mundial y el FMI Publicado por el BRETTON WOODS PROJECT Trabajando con ONG e investigadores para monitorear el Banco Mundial y el FMI +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ 1. Fracasa la respuesta del Banco Mundial y el FMI a la crisis alimentaria mundial, mientras la especulación financiera lleva los precios de los alimentos a máximos históricos 2. Por qué la CFI no puede darse el lujo de desperdiciar esta oportunidad de lograr reparaciones correctas Robi Chacha Mosenda y Megan Pearson, Accountability Counsel 3. Nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) del FMI: cómo hacer que funcione para el Sur Global 4. El compromiso del Banco Mundial con el desarrollo liderado por el sector privado arroja dudas sobre la efectividad del nuevo Fondo de Preparación para Pandemias 5. ¿Un nuevo Bretton Woods para quién? La sociedad civil pide la democratización de la gobernanza mundial 6. La CFI del Banco Mundial pone fin al financiamiento de escuelas primarias y secundarias privadas 7. Los países altamente endeudados se enfrentan a nuevos recortes en el gasto público para servir las deudas, mientras son acosados por la austeridad del FMI 8. El FMI está cambiando y necesita un defensor del pueblo independiente Danny Bradlow, American University Washington College of Law 9. Avanza el préstamo del FMI a Mozambique en medio de graves preocupaciones sobre sostenibilidad y transparencia 10. Informe sobre la privatización de la atención médica de Kenia destaca el impacto humano del sesgo del sector privado del Banco Mundial 11. Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad: ¿Traerán las “reformas de las calificaciones” el tan esperado cambio institucional? 12. Nueva estrategia de género del Banco Mundial: Persiste la preocupación por el enfoque sobre la protección social y las reformas macroeconómicas que ignoran las cuestiones de género 13. Colapsa el reinicio del acuerdo de préstamo del FMI a Pakistán con el cambio de gobierno, ya que los crecientes costos del GNL respaldado por la CFI se suman a la carga fiscal 14. La CFI aprueba préstamo a productor agrícola industrial en Brasil a pesar de las peticiones de protección del sensible bioma de pastizales ===================================================================== TIERRA/análisis Fracasa la respuesta del Banco Mundial y el FMI a la crisis alimentaria mundial, mientras la especulación financiera lleva los precios de los alimentos a máximos históricos RESUMEN - Según los expertos, el aumento de los precios de los alimentos está vinculado a la especulación desenfrenada en los futuros de los alimentos en lugar de a los “fundamentos del mercado” - El énfasis del Banco Mundial y el FMI en fomentar el comercio abierto de bienes agrícolas y aumentar la producción diagnostica erróneamente las causas profundas de la crisis. - A pesar del hambre que se avecina en muchos países africanos, el Banco Mundial advierte a los países contra la introducción de subsidios alimentarios Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mundo se enfrenta a una aguda crisis alimentaria, con los precios de los alimentos alcanzando máximos históricos en marzo, antes de bajar en los últimos meses. La invasión rusa de Ucrania ha puesto el tema bajo la lupa, ya que ambos países son productores y exportadores clave de granos y fertilizantes agrícolas. Los expertos en alimentos argumentan que, si bien la pandemia de Covid-19 y el conflicto en Ucrania han exacerbado los problemas en las cadenas de suministro agrícolas de todo el mundo, la crisis no tiene sus raíces en una escasez de alimentos (cuya producción actual es 1,5 veces mayor a la necesaria para alimentar a la población mundial), sino más bien en un sistema alimentario mundial cada vez más desigual y financierizado. Tal como argumentó la profesora Jennifer Clapp, vicepresidenta del Panel de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición, en mayo, en la plataforma en línea Civil Eats, “Los excesivos aumentos y fluctuaciones de precios [actuales] ... no se basan en los fundamentos del mercado. En solo nueve días, en marzo de 2022, el precio del trigo en los mercados de futuros subió un 54%. La evidencia sugiere que los especuladores financieros están saltando a las inversiones en materias primas y apostando por el aumento de los precios de los alimentos”. Según el profesor Sergio Leite, de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro en Brasil, “el movimiento al alza de los precios comenzó a mediados de 2020 y no solo está relacionado con la pandemia y la guerra en Ucrania, sino también con cuestiones ya relacionadas con el aumento de los costos de producción, con el debate sobre la transición del modelo de producción [es decir, la iniciativa ‘de la granja a la mesa’ de la UE]”, y con la especulación en las materias primas. Leite agregó que la cantidad de fondos de inversión que están respaldados por la agricultura creció en todo el mundo, de menos de 5 0 en 2005 a más de 600 en 2020. A pesar de esto, un plan de acción para abordar la inseguridad alimentaria publicado por el Banco Mundial, el FMI y otras instituciones financieras internacionales (IFI) en mayo ni siquiera menciona la especulación financiera. El documento se centró, más bien, en promover el comercio abierto, mitigar la escasez de fertilizantes y apoyar el aumento de la producción de alimentos, entre otras cosas. La falta de reconocimiento por parte de las IFI del papel de la corporativización de la agricultura en la crisis actual es preocupante, ya que las instituciones de Bretton Woods han desempeñado un papel importante en la facilitación de la financierización del sector en las últimas décadas (véase el Observador de Primavera de 2020 y el de Primavera de 2018). El lanzamiento del plan de acción fue posterior a una declaración firmada por más de 280 organizaciones de la sociedad civil en octubre, antes de la Cumbre Finanzas en Común de 2021, que pidió “el fin inmediato del financiamiento de las operaciones de agronegocios empresariales y las inversiones especulativas de los bancos públicos de desarrollo”, así como un enfoque renovado de apoyo a “los esfuerzos de los pueblos para lograr la soberanía alimentaria, hacer realidad el derecho humano a la alimentación, proteger y restaurar los ecosistemas y abordar la emergencia climática”. Crisis en tiempos de abundancia: El Banco y el Fondo apoyan las soluciones de libre comercio Tal como señaló Frederic Mousseau, del Oakland Institute de Estados Unidos, en un artículo de opinión del 30 de mayo para Inter Press Service, “No hay escasez de alimentos. Según un informe del 6 de mayo de 2022 de la FAO, el mundo disfruta de ‘un nivel de suministro relativamente cómodo’ de cereales”. Lo que refleja la crisis actual es, más bien, asimetrías de poder en el sistema alimentario mundial. Clapp sostiene que “la producción de los cultivos básicos del mundo destinados a la exportación se concentra en un pequeño número de países y es enviada a todo el mundo por un puñado de empresas comerciales ... A esto se suman los mercados financieros, que pueden agravar aún más los efectos de los shocks de precios”. De hecho, a pesar del aumento de la producción mundial de alimentos, el número de personas desnutridas, según la Organización Mundial de la Salud, ha crecido constantemente desde 201 5 después de años de disminución, hasta llegar a los 811 millones en 2020. Sin embargo, en lugar de denunciar los intereses financierizados, tanto el Banco Mundial como el FMI se han opuesto abiertamente a los países que introducen restricciones comerciales. Por ejemplo, en las Perspectivas de los mercados de productos básicos de abril de 2022 del Banco Mundial se sostiene que, “Recientemente... las respuestas de política han tendido a favorecer las restricciones comerciales, los controles de precios y los subsidios, que probablemente exacerbarán la escasez”. El plan de acción de las IFI publicado en mayo también señaló que “el FMI está involucrando a sus miembros y está trabajando con el Banco Mundial, la OMC y otros para promover el comercio abierto. El rastreador de políticas comerciales del FMI está monitoreando las restricciones comerciales a los insumos alimenticios y agrícolas y ha... identificado... 20 países que han recurrido a este tipo de prácticas desde principios de 2022”. Mousseau señaló el ejemplo de India, donde tanto Estados Unidos como el FMI han tratado de convencer al país de que levante la suspensión de las exportaciones de trigo. El economista sostiene: “La preocupación de ambos es que las restricciones a la exportación exacerben la escasez de alimentos ... Pero el argumento no se sostiene ni técnica ni moralmente”. Y agrega: “Estados Unidos produce aproximadamente 400 millones de toneladas de maíz, pero más del 40% de esta cantidad, 160 millones de toneladas, se destina a la producción de etanol, otro 40% se destina a la alimentación animal, solo el 10% se utiliza como alimento, mientras que el otro 10% se exporta. No se esperaba que India exportara más de 10 millones de toneladas de trigo en 2022-2023”. Las políticas de las instituciones de Bretton Woods han contribuido activamente al status quo actual de los sistemas alimentarios Tal como señaló Flora Sorkin, de la Society for International Development en un informe At Issue en abril de 2020, “El Banco Mundial y el FMI han desempeñado un papel fundamental para facilitar la tendencia de la financierización [en la agricultura] a través de su apoyo a las reformas agrarias dirigidas por el mercado y las desregulaciones del sector financiero, que permitieron el acceso de los inversores privados a acuerdos de tierras a gran escala en los países en desarrollo y una mayor especulación sobre los futuros de los productos básicos” (véase también Al interior de las instituciones, El Banco Mundial y la agricultura). Según una investigación de 2019 realizada por el Oakland Institute, las clasificaciones del Enabling the Business of Agriculture del Banco, que se suspendieron como parte del escándalo general del Informe Doing Business en 2021 (véase el Observador de Otoño de 202 1), incluyeron un indicador de tierras destinado a promover adquisiciones de tierras a gran escala por parte de inversores extranjeros. Un informe de 2020 también del Oakland Institute incluyó seis estudios de caso en los que el Banco Mundial fue un actor clave en el despojo a gran escala de tierras rurales. Esto incluyó a Ucrania, donde “el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional aprovecharon las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 para obligar al ‘carrito de Europa’ a poner sus tierras agrícolas a la venta en un mercado de tierras” (véase el Observador de Invierno de 2019). Mientras tanto, el Banco Mundial está instando actualmente a los países a resistirse a la introducción de subsidios alimentarios universales en una aparente continuación de las intervenciones anteriores y desafortunadas del Banco durante el período de ‘ajuste estructural’, cuando los subsidios a los alimentos y la agricultura se redujeron en virtud de las reformas del Banco Mundial (véase el Update 62). El director de financiamiento para el desarrollo del Banco Mundial, Samuel Maibo, dijo en el sitio web East African en mayo que “la posición del Banco Mundial es que los subsidios son efectivos si son temporales o específicos. Si no se cuidan estas dos características, el riesgo de administrar mal los subsidios es alto”. La respuesta de la CFI amenaza con consolidar aún más el poder de los operadores de materias primas Podría decirse que existe un vínculo directo entre tales políticas y la continua concentración de poder por parte de un puñado de comerciantes mundiales de productos agrícolas. Clapp señaló que solo cuatro compañías, Archer-Daniels Midland, Bunge, Cargill y Dreyfus, controlan “la mayor parte del comercio mundial de granos ... Estas empresas mundiales tienen grandes reservas de granos, pero no las informan públicamente, ni hay una exigencia de que lo hagan. Esta falta de transparencia hace que sea imposible obtener una visión clara de las reservas mundiales de granos, lo que contribuye a una mayor volatilidad”. Tal como se señala en el informe de Oxfam de mayo de 2022 Profiting from Pain, en los últimos años se ha visto un auge sin precedentes de las ganancias de los comerciantes agrícolas. En 2021 Cargill tuvo un “ingreso neto de USD 5.000 millones y obtuvo la mayor ganancia en su historia ... Se espera que la empresa vuelva a tener ganancias récord en 2022”. Como parte de sus acciones para impulsar la producción, la CFI, el brazo de inversión privada del Banco, está considerando financiar a estos mismos actores, incluyendo un préstamo recientemente aprobado de USD 200 millones a la filial brasileña de Dreyfus, que generó la oposición de la sociedad civil por preocupaciones ambientales y de derechos humanos, así como afirmaciones de que la producción agrícola apoyada se utilizará principalmente para la alimentación animal (véase el Observador de Verano de 2022). Dicho apoyo parece parte de la estrategia general de la CFI y el plan de acción de las IFI señala que la CFI “se enfocará en facilitar el financiamiento para mantener los flujos comerciales de productos básicos de orígenes alternativos y satisfacer las crecientes necesidades de capital de trabajo de sus clientes del sector privado a lo largo de la cadena de suministro ... a través de intermediarios financieros, así como mediante préstamos directos a empresas agroindustriales”. Mousseau señaló: “Mientras cientos de millones luchan por comprar alimentos, es difícil decir qué es lo más impactante: Las ganancias récord obtenidas por un puñado de empresas multinacionales que dominan el comercio mundial de alimentos o el mantra de ‘mantener el comercio abierto’ repetido hasta el cansancio por las instituciones financieras internacionales para sostener el negocio de empresas y especuladores que se atragantan con el hambre en el mundo”. bit.ly/FoodCrisisBWIs ===================================================================== En este número Por qué la CFI no puede darse el lujo de desperdiciar esta oportunidad de lograr reparaciones correctas Robi Chacha Mosenda y Megan Pearson - ¿Un nuevo Bretton Woods para quién? La sociedad civil pide la democratización de la gobernanza mundial - El FMI está cambiando y necesita un defensor del pueblo independiente Danny Bradlow Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad: ¿Traerán las “reformas de las calificaciones” el tan esperado cambio institucional? ===================================================================== RENDICIÓN DE CUENTAS/análisis Por qué la CFI no puede darse el lujo de desperdiciar esta oportunidad de lograr reparaciones correctas Robi Chacha Mosenda y Megan Pearson, Accountability Counsel RESUMEN - En respuesta a las viejas críticas, la CFI está desarrollando un marco de reparaciones - La necesidad de un mecanismo de reparación es urgente debido el legado de daños producidos por los proyectos de la CFI - La sociedad civil hace hincapié en la necesidad de un marco basado en los derechos que aborde los proyectos con incumplimiento verificado Las comunidades afectadas por los proyectos de desarrollo y sus activistas saben desde hace mucho tiempo que las instituciones financieras de desarrollo (IFD) no reparan adecuadamente los daños que causan sus proyectos (véase el Observador de Invierno de 2021, el de Otoño de 2020 y el de Verano de 2020). En respuesta a una directiva de su junta en 2020, la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del sector privado del Banco Mundial, anunció en abril que está desarrollando un marco de reparaciones y que organizará una consulta pública sobre el plan a finales de este año. Es fundamental que la CFI diseñe un marco correctivo basado en los derechos y que otras IFD sigan rápidamente su ejemplo. La responsabilidad de las IFD de proporcionar una reparación efectiva de los proyectos perjudiciales es una obligación de derechos humanos esencial para su mandato de desarrollo de “no hacer daño”. Sin embargo, para las comunidades que buscan justicia por los abusos financiados por la IFC, el Banco Mundial y otras DFI, la reparación se ha retrasado mucho. En 2013, por ejemplo, trabajadores del té en Assam, India, plantearon cuestiones al defensor del pueblo (CAO, por su sigla en inglés) el mecanismo independiente de rendición de cuentas de la CFI, alegando condiciones de vida y trabajo peligrosas en las plantaciones de té copropiedad de la CFI (véase el Observador de Invierno de 2017). Una investigación sobre el cumplimiento de 2016 verificó que la CFI había violado sus Normas de Desempeño sobre Sostenibilidad Ambiental y Social, pero hasta el día de hoy, la CFI no ha abordado los daños causados ni ha ofrecido reparaciones para los trabajadores afectados y sus familias. Mientras tanto, las comunidades en Kampala, Uganda, que sufren desalojos para dar paso a un canal de drenaje respaldado por un préstamo de USD 175 millones del Banco Mundial, piden una respuesta más inmediata a los abusos que están sufriendo. Han buscado reparación a través del nuevo Servicio de Resolución de Disputas (DRS, por su sigla en inglés) del Mecanismo de Rendición de Cuentas del Banco Mundial (véase el Observador de Otoño de 2021). Este es el primer caso ante el DRS y es una oportunidad crítica para que el Grupo Banco Mundial garantice una reparación significativa y sostenible para las comunidades afectadas, que no fueron consultadas adecuadamente sobre el despojo de sus hogares y tierras. Oportunidad de la CFI de fijar la pauta en materia de reparaciones La CFI, que se anuncia como líder en gobernanza empresarial, es la única IFD hasta ahora que se ha comprometido a crear un marco de reparaciones. ¿Cómo sabremos si la CFI alcanza una reparación correcta? Los requisitos básicos de un marco de reparaciones basado en los derechos son bien conocidos. Un informe de las Naciones Unidas de febrero de 2022 sobre reparaciones en el financiamiento del desarrollo recomendó que: Las IFD y sus clientes deben (1) permitir y contribuir a la reparación por razones éticas y legales y porque la reparación es esencial para sus mandatos de desarrollo; (2) incorporar oportunidades para ofrecer reparación en cada etapa de cada proyecto; (3) establecer mecanismos de financiamiento para reparaciones; (4) dotar a los mecanismos de rendición de cuentas de recursos suficientes e incluir específicamente en sus mandatos la facilitación de la reparación. El reflejo más importante de si la CFI logra reparaciones correctas será la manera en la que aborda los proyectos existentes con incumplimiento verificado, como Assam y los múltiples proyectos que, de acuerdo al CAO, no cumplían con las Normas de Desempeño de la CFI ni con los acuerdos logrados mediante procesos de resolución de disputas. Un marco de reparaciones verdaderamente basado en los derechos no solo debe mirar hacia el futuro, sino también comprometerse a reparar por los daños confirmados que las comunidades están experimentando hoy. El informe de la ONU calificó de “cuestionables” algunos de los argumentos que las IFD han usado para explicar por qué no permiten o proporcionan reparación por el daño. Además, expuso las preocupaciones sobre el riesgo moral y la exposición a las consecuencias legales. La preocupación de que comprometerse a reparar desincentive a los prestatarios de seguir las normas de desempeño de las IFD no considera de manera crítica que el cumplimiento de estas normas ya está desincentivado: cuando la implementación del proyecto es defectuosa, los costos de los prestatarios ya están externalizados a las comunidades locales. Y los argumentos sobre la responsabilidad legal a menudo no consideran los formidables costos y obstáculos procesales que enfrentan las comunidades que buscan iniciar acciones legales contra las IFD. Además, responder adecuadamente a las conclusiones y recomendaciones del mecanismo de rendición de cuentas en primer lugar puede evitar la responsabilidad legal en el futuro. Dado el énfasis de las IFD en un enfoque basado en el riesgo, es impactante que no planifiquen lo inevitable: Que los daños ocurren a pesar de los esfuerzos preventivos. Al no reservar fondos para reparar desde el comienzo de cada proyecto, las IFD corren el riesgo sustancial de que sus operaciones dejen a las comunidades en peor situación que antes. Ahora que la CFI está en condiciones de finalmente lograr una reparación correcta, se puede allanar el camino para otras IFD y marcar el comienzo de un nuevo estándar para la efectividad del desarrollo. Pero si el nuevo marco de la CFI no cumple con un compromiso basado en los derechos para reparar por los daños del proyecto, y si otras IFD, incluido el Banco Mundial, no se comprometen rápidamente a establecer marcos de reparación, entonces las comunidades locales continuarán pagando el precio y continuarán careciendo de reparaciones por las violaciones de sus derechos humanos. bit.ly/IFCRemedy ===================================================================== SERVICIOS SOCIALES/noticias El compromiso del Banco Mundial con el desarrollo liderado por el sector privado arroja dudas sobre la efectividad del nuevo Fondo de Preparación para Pandemias RESUMEN - El BM seleccionado para ser fideicomisario de un nuevo fondo, a pesar de las preocupaciones sobre su sesgo hacia el sector privado - La sociedad civil pide que la junta directiva del fondo incluya a representantes de todas las partes interesadas, incluso del Sur Global El apoyo del Banco Mundial a los intereses empresariales, incluso a través de la oposición declarada del presidente del Grupo Banco Mundial a la exención del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) durante la pandemia (véase el Observador de Verano de 2021) plantea serias dudas sobre su propuesta de un Fondo de Intermediarios Financieros (FIF) para la prevención, preparación y respuesta ante pandemias. El FIF, anunciado en la conferencia de prensa de las Reuniones de Primavera del G20 (véase el Dispatch Springs 2022), aprovechará una gama de recursos privados y públicos para apoyar iniciativas internacionales, con el Banco proporcionando servicios de intermediación financiera como fideicomisario. Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han sido muy críticas con la iniciativa. “Los actores del desarrollo deben priorizar la provisión pública sobre la privada, especialmente para la atención primaria de la salud, tal como señaló recientemente la Lancet Commission on Primary Healthcare”, dijo Marco Angelo, de la Organización de la Sociedad Civil Wemos, con sede en Bélgica. Angelo agregó: “La provisión privada afecta negativamente el acceso equitativo si no está integrada al sistema de financiamiento de la salud pública; cuando lo está, por otro lado, puede presentar muchos desafíos”. La organización belga Eurodad, haciéndose eco de los llamados de expertos en las Reuniones Anuales del Banco Mundial y el FMI de 2021 (ver Dispatch Annuals 2021), también argumentó que no debería priorizarse la atención médica privada sobre la provisión pública. El FIF propuesto plantea varias preocupaciones, entre ellas las relacionadas con el apoyo preferido del Banco al sector privado a expensas de la provisión pública. Esto fue evidente incluso en la respuesta a la pandemia de Covid-19, que demostró claramente la importancia de los sistemas integrados de salud pública capaces de proporcionar acceso universal a una atención médica de calidad. La exención propuesta al Acuerdo sobre los ADPIC y la desigualdad en la vacunación Durante la pandemia, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, se opuso a la renuncia temporal al Acuerdo sobre los ADPIC para las vacunas contra el Covid-19, lo que habría permitido a cualquier país con capacidad de hacerlo producir vacunas contra el Covid-19. Esto hubiera podido ampliar enormemente la oferta mundial y permitir a los países en desarrollo acceder a muchas más dosis de vacunas a precios más baratos (véase el Observador de Verano de 2021). Sin la exención del Acuerdo sobre los ADPIC, que contó con el apoyo de la gran mayoría de los propios accionistas del Banco, los países de ingreso bajo se vieron obligados a depender en gran medida de un sistema de apoyo internacional inadecuado en el que la caridad y la solidaridad desempeñaron un papel desproporcionado, incluso a través del servicio COVAX apoyado por el Banco Mundial. Como resultado directo, a partir de marzo de 2022, los países desarrollados han vacunado completamente al 79% de sus poblaciones, mientras que en los países en desarrollo solo ha sido vacunado el 14% de las personas. El reciente acuerdo sobre patentes de vacunas contra el Covid-19 acordado en la Organización Mundial del Comercio, y anunciado en junio, estuvo muy por debajo de una exención completa de propiedad intelectual e incluso puede dificultar el acceso de los países a las vacunas en una futura pandemia. La desigualdad en la vacunación es una gran parte de la razón por la cual el número de muertes en los países en desarrollo fue cuatro veces mayor que en los países desarrollados. El apoyo del Banco a las compañías farmacéuticas no se detuvo en la oposición de Malpass a la exención del Acuerdo sobre los ADPIC. El año pasado, el Banco pagó más de USD 600 millones a los gigantes farmacéuticos Pfizer y Moderna por sus vacunas contra el Covid-19, mediante contratos adjudicados a través de COVAX: USD 352,8 millones a Moderna y USD 284,6 millones a Pfizer. Pfizer duplicó sus ganancias generales el año pasado gracias a sus ventas de vacunas, mientras que Moderna, que vende solo su vacuna, obtuvo ganancias brutas de USD 13. 000 millones sobre ingresos de casi USD 18.000 millones. Preguntas sobre la gobernanza y representación del FIF El FIF propuesto también plantea preocupaciones sobre la gobernanza y la representación. La estructura de gobernanza sugerida para este FIF probablemente tendría una junta compuesta principalmente por grandes donantes, es decir, países ricos del Norte Global. Es probable que los países del Sur Global queden restringidos a observadores con poca voz en los procesos clave de toma de decisiones, a pesar de que soportaron desproporcionadamente la peor parte de la pandemia de Covid-19 y es probable que también lo hagan con cualquier pandemia futura. La estructura propuesta refleja los propios déficits de gobernanza del Banco y contraviene los llamamientos a la democratización del sistema multilateral en general y de las IBW en particular (véase el Observador de Verano de 2022). La respuesta de Oxfam al informe del Banco sobre el FIF pedía que el consejo de administración incluyera a representantes clave de todas las partes interesadas, con el mismo peso para los gobiernos receptores y donantes, y que el FIF fuera acogido por la Organización Mundial de la Salud, un experto reconocido en el campo de la salud mundial, no por el Banco. bit.ly/WBGAM ===================================================================== FUNCIONES DEL BANCO MUNDIAL Y EL FMI/análisis ¿Un nuevo Bretton Woods para quién? La sociedad civil pide la democratización de la gobernanza mundial RESUMEN - Las crecientes tensiones geopolíticas en medio del empeoramiento de las perspectivas económicas amenazan el actual orden multilateral actual - Los llamamientos a un nuevo Bretton Woods para apoyar el status quo y las políticas económicas fallidas se han convertido en la principal tendencia - La sociedad civil exige la democratización del orden económico mundial Mientras la recuperación desigual de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania exacerban los desafíos económicos, climáticos, sociales y políticos preexistentes (véase el Dispatch Springs 2022), el orden multilateral está una vez más en el centro de atención. Abundan hoy los llamamientos para un nuevo momento Bretton Woods, en alusión al establecimiento de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el FMI después de la Segunda Guerra Mundial. Los llamamientos a un Nuevo Bretton Woods pasan por alto los orígenes imperialistas del sistema El 18 de abril el Financial Times publicó un artículo en apoyo a la propuesta de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Janet Yellen, de un nuevo acuerdo de Bretton Woods en una declaración del 13 de abril. La secretaria Yellen señaló la necesidad de un sistema multilateral en el que los países no puedan “utilizar su posición de mercado en materias primas, tecnologías o productos clave para... ejercer una influencia geopolítica no deseada”. El grupo de expertos estadounidense Atlantic Council lanzó recientemente el proyecto Bretton Woods 2.0. Una vez más, los debates sobre la necesidad de un nuevo orden internacional han ido claramente más allá de los confines de sus ‘críticos habituales’ (véase Bretton Woods at 75 conference; Observador de Verano de 2019). Los comentarios de la secretaria Yellen sobre la necesidad de un nuevo momento Bretton Woods para responder a los desequilibrios en el poder mundial y la “influencia geopolítica no deseada” son bastante extraños cuando se consideran los orígenes del sistema de Bretton Woods y los intereses que se pretendieron proteger con su diseño. Tal como señala la profesora Celine Tan, de la Universidad de Warwick, “las estructuras operativas y de gobernanza de las instituciones de Bretton Woods continúan representando realidades geopolíticas y económicas contemporáneas arraigadas en el colonialismo y el imperialismo”. Por lo tanto, en virtud de la obvia disparidad de la naturaleza de los críticos, la cuestión apremiante es qué visión de un orden internacional reformado prevalecerá: ¿Uno que perpetúe o profundice los intereses de las élites internacionales y nacionales y el capital financiero con raíces imperiales, o uno que democratice la gobernanza mundial, redistribuya el poder entre los países del Sur y el Norte Global, sea capaz de responder a la crisis climática, permita a todos los ciudadanos disfrutar de sus derechos humanos y revierta la creciente financierización de la economía mundial y la mercantilización relacionada de los servicios públicos esenciales? Los llamamientos a un nuevo orden internacional no son nuevos. En febrero de 2014, en el 70º aniversario de las Instituciones de Bretton Woods (IBW), es decir, el Banco Mundial y el FMI, y después de la crisis financiera mundial de 2008, la entonces directora gerente del FMI, Christine Lagarde, pronunció un discurso en el que destacó la necesidad de un “nuevo multilateralismo para el siglo XXI”. En él, pidió un multilateralismo más inclusivo, basado en los “valores de una economía de mercado civil mundial” y subrayó que el sistema debe apoyar “un sistema financiero que sirva a la economía productiva en lugar de a sus propios propósitos”. Tal como se ha documentado de forma sustancial, las afirmaciones de la exdirectora gerente del FMI sobre los beneficios del sistema han sido amplia y enérgicamente impugnadas (véase el Observador de Invierno de 2020, el de Otoño de 2019 y el Briefing Bretton Woods at 75) tanto por las personas que han sufrido y siguen sufriendo sus consecuencias, como por volúmenes de trabajo académico. A pesar de los llamamientos de la secretaria Yellen a favor de un nuevo sistema multilateral “basado en valores” que legitime el status quo, la importancia de abordar sus críticas persistentes se ha vuelto aún más apremiante después de la pandemia de Covid-19 y las crisis de la seguridad alimentaria (véase el Observador de Verano de 2022) y de la energía exacerbadas por la guerra en Ucrania. En respuesta a múltiples crisis, los activistas piden una reforma del sistema, no un nuevo Bretton Woods Aparte de los persistentes llamamientos de la sociedad civil para que las IBW acepten su responsabilidad en virtud de la legislación internacional sobre derechos humanos y la documentación reciente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés) de que la dependencia de los productos básicos sigue siendo una trampa y ha aumentado desde 2009, vale la pena señalar también que la supuesta reducción de la pobreza reclamada por los impulsores del sistema actual es controvertida (véase el Observador de Invierno de 2017-2018). Es decir, el sistema actual no ha cumplido sus promesas de reducir la pobreza y lograr la transformación económica que permitiría a los ciudadanos disfrutar de sus derechos humanos y vivir dentro de los límites ecológicos. Cualquier esfuerzo para desarrollar un nuevo Bretton Woods debe abordar, por lo tanto, las estructuras de gobernanza inherentemente antidemocráticas de las IBW poniendo fin al acuerdo de caballeros (véase Antecedentes, ¿Qué es el acuerdo de caballeros?), ajustando radicalmente sus estructuras de votación y junta directiva y mejorando la capacidad de los países del Sur Global para influir en sus políticas y programas. Un nuevo Bretton Woods también abordaría la interpretación errónea del FMI y el Banco Mundial de su posición dentro del sistema de las Naciones Unidas, donde se niegan a aceptar su responsabilidad en virtud de la legislación internacional sobre derechos humanos y les exigiría desarrollar un marco de derechos humanos y políticas conexas. Una Conferencia sobre el financiamiento para el desarrollo podría brindar la oportunidad de avanzar en estas áreas. Tal como subrayó Farwa Sial, de la organización de la sociedad civil Eurodad, con sede en Bélgica, “el replanteamiento actual de las instituciones de Bretton Woods está impulsado por sus miembros más poderosos sirviendo a sus propios intereses. Un marco mucho más eficaz sería una cumbre sobre financiamiento para el desarrollo en las Naciones Unidas, en el que se dé a cada país la oportunidad de negociar el plan para nuevas normas e instituciones que rijan las finanzas, la economía y el comercio mundiales. Esta sería una oportunidad para salir de este estancamiento de poder”. En este contexto, para replantear la discusión y pedir un orden económico mundial centrado en las personas, justo y ecológicamente sostenible, siguen siendo esenciales las actividades de los movimientos sociales mundiales y aliados como Ibon International, con sede en Filipinas, y el Asian People’s Movement on Debt and Development, y así como las organizaciones de derechos de las mujeres, como Development Alternatives with Women for a New Era, con sede en la India. Tal como señaló Jason Braganza, del African Forum and Network on Debt and Development, “un sistema basado en normas ya no puede ignorar la voz de regiones de países en desarrollo como África. La pandemia, el clima, los conflictos y otros desafíos sistémicos son evidencia del papel cada vez más profundo de África en la política y la economía mundial y en general. Por lo tanto, cualquier reforma debe tener a los líderes africanos en la mesa creando, no aceptando las normas”. De hecho, la profesora Tan destacó que “una arquitectura económica internacional reformada explicaría el impacto que los países industrializados y sus poderosos actores financieros han desempeñado en la creación de problemas colectivos mundiales, desde el cambio climático hasta la deuda soberana y desde las crisis financieras hasta las guerras comerciales y los conflictos militares. La responsabilidad de abordar estas crisis debe recaer en estos poderosos actores, por lo que deben rendir cuentas de sus acciones y otorgar las reparaciones apropiadas” (véase el Observador de Otoño de 2020). FfD4: ¿Una rara oportunidad para un cambio estructural concreto? Si bien los intercambios en la conferencia Eurodad 2022 en Bruselas, en junio, variaron desde la desigualdad de las vacunas hasta “garantizar la primacía de los derechos humanos en tiempos de crisis sistémicas”, también se llevaron a cabo discusiones sobre la importancia de apoyar los llamamientos sobre una potencial 4ª Conferencia de finanzas para el desarrollo (FfD4 por su sigla en inglés) de las Naciones Unidas durante 2023, para buscar reformas estructurales urgentemente necesarias a la arquitectura internacional. Aunque reconocieron que el sistema de las Naciones Unidas no es inmune a los desequilibrios de poder en los que se basa el orden económico mundial actual, los participantes señalaron que una 4ª conferencia podría proporcionar un mecanismo importante para los cambios estructurales, tal como un organismo tributario de las Naciones Unidas, un mecanismo de renegociación de la deuda de las Naciones Unidas o un impuesto mundial sobre las transacciones financieras. Destacaron que la estructura de gobernanza de la ONU (que, a diferencia de las IBW, permite a todos los países contar con una voz igualitaria y tiene una capacidad única para tomar decisiones legalmente vinculantes que afectan la arquitectura financiera internacional) convierte a la FfD4 en un foro importante para la acción colectiva. Los participantes en la discusión también reconocieron que, dados los intereses alineados con los cambios estructurales significativos, tal como se articulan en la agenda “Miles de millones a billones” (véase el Observador de Otoño de 2017), el marco de Desarrollo Verde, Resiliente e Inclusivo del Banco Mundial y una mayor dependencia de las inversiones que tienen en cuenta cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) como herramienta de desarrollo, será necesario un esfuerzo verdaderamente concertado por parte de los movimientos sociales, la sociedad civil, los sindicatos y los académicos progresistas para contrarrestar los esfuerzos para utilizar el ‘nuevo momento Bretton Woods’ para profundizar el actual modelo fallido y dar pasos concretos hacia un sistema económico más justo. bit.ly/NewBWMoment ===================================================================== SECTOR PRIVADO/noticias La CFI del Banco Mundial pone fin al financiamiento de escuelas primarias y secundarias privadas La Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo del sector privado del Banco Mundial, anunció el 8 de junio que no reanudaría sus inversiones en escuelas primarias y secundarias privadas con fines de lucro, tras un informe crítico del Grupo de Evaluación Independiente (GEI) del Banco Mundial publicado en enero. Esto significa que la suspensión temporal por parte de la CFI de todas las inversiones directas e indirectas en escuelas con fines de lucro anunciada en 2020 es ahora permanente (véase el Observador de Verano de 2020). La suspensión siguió a una campaña montada por organizaciones de la sociedad civil (OSC), en particular en África, y un anuncio en marzo de que la CFI estaba desinvirtiendo en el proveedor de educación con fines de lucro New Global Schools, anteriormente conocido como Bridge International Academies (BIA) (véase el Observador de Primavera de 2022). En respuesta a la evaluación del GEI, la CFI señaló en una declaración del 8 de junio que “existe potencial” para que la inversión en escuelas privadas exacerbe la desigualdad y tenga consecuencias no deseadas para el sistema escolar del sector público. La medida fue muy bien recibida por las OSC, que han criticado durante mucho tiempo el financiamiento de la educación con fines de lucro por parte de la CFI (véase el Observador de Primavera de 2018). En una declaración de las OSC, Magdalena Sepúlveda, de la Global Initiative for Economic, Social and Cultural Rights, pidió al Grupo Banco Mundial que brinde “un mayor respaldo a los gobiernos para construir sistemas de educación pública más fuertes y equitativos, a través de su apoyo al sector público”. Hoy se reconocen ampliamente los impactos negativos de la inversión de capital privado en proveedores de educación con fines de lucro, como BIA. El derecho a una educación de calidad inclusiva y equitativa está consagrado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4) y, el año pasado, el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM, por su sigla en inglés) 2021-2022 de la UNESCO señaló que “la obtención de beneficios es inconsistente con el compromiso de garantizar la educación preescolar, primaria y secundaria gratuita”. bit.ly/IFCPrivateSchools ===================================================================== FINANZAS/noticias Los países altamente endeudados se enfrentan a nuevos recortes en el gasto público para servir las deudas, mientras son acosados por la austeridad del FMI RESUMEN - Países muy endeudados obligados a priorizar los pagos de la deuda - Necesidad de un mecanismo eficaz de alivio de la deuda más urgente que nunca En un informe de mayo de la organización de la sociedad civil británica Debt Justice (DJ), anteriormente llamada Jubilee Debt Campaign, se constató que el gasto público en los países más endeudados está cayendo o estancado, “a pesar de la necesidad de que los países aumenten su gasto en respuesta a los aumentos de los precios de los alimentos y la energía” (véase el Observador de Verano de 2022). Utilizando datos del FMI de 41 países de ingreso bajo para los que hay información disponible, el informe señala que “los países con los pagos de deuda más altos, de más del 15% de la recaudación pública, enfrentaron una caída en el gasto público del 3% entre 2019 y 2023, en comparación con un aumento del 14% para los países con los pagos de deuda más bajos”. Actualmente, el único mecanismo internacional para el alivio de la deuda al que los países tienen acceso es el Marco Común para los Tratamientos de la Deuda del G20 (véase el Observador de Invierno de 2020). Esto ha demostrado ser ineficaz, ya que ninguno de los tres países que han presentado la solicitud ha obtenido la cancelación de ninguna deuda y la participación de prestamistas privados en este esquema aún no está clara, a pesar de varios llamamientos por parte de organizaciones de la sociedad civil (OSC) y líderes tanto del FMI como del Banco Mundial (véase el Observador de Invierno de 2021). Tess Woolfenden, de DJ, destacó que dada la falta de un plan efectivo de alivio de la deuda, “los países de ingreso bajo se ven obligados a priorizar los pagos de la deuda sobre el gasto público en atención médica o acceso a alimentos, justo en un momento en que el gasto se necesita con tanta urgencia ... Los pagos de la deuda a los prestamistas ricos no deben tener prioridad sobre las necesidades de las personas en un momento de crisis múltiples”. Se agrava la crisis de desigualdad ante la falta de soluciones al aumento de la deuda Los expertos en deuda y derechos humanos han expresado su preocupación por la continua austeridad ordenada por el FMI, advirtiendo que la crisis de desigualdad se verá exacerbada por los aumentos en los precios de los alimentos y de la energía (véase el Observador de Verano de 2022) y el alto nivel de pagos de la deuda externa que, según DJ, es hoy el más alto desde 2001. Un documento de 2021 de Isabel Ortiz y Matthew Cummins, que se centró en las proyecciones del gasto futuro hasta 2025, advirtió sobre un “shock de austeridad fiscal posterior a la pandemia ... mucho más prematuro y grave que el que siguió a la crisis financiera mundial”. En un blog de julio de 2021, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, señaló las preocupaciones del FMI sobre “un agravamiento de la recuperación dispar, impulsada por diferencias dramáticas en la disponibilidad de vacunas, las tasas de infección y la capacidad de proporcionar apoyo de políticas” y pidió “una acción urgente del G20 y los responsables de la formulación de políticas en todo el mundo”. Sin embargo, la propia promoción del FMI de medidas de austeridad en países muy endeudados (véase el Observador de Invierno de 2021) y otras políticas como los sobrecargos del FMI (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué son los sobrecargos del FMI? y el Observador de Primavera de 2022), están obligando a los países a priorizar el pago de sus deudas sobre el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. En julio el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacó la necesidad de aliviar inmediatamente la deuda en los países de ingreso bajo. Además señaló que “también se necesitan esfuerzos para crear mecanismos de renegociación de la deuda soberana que puedan reducir significativamente la carga desproporcionada impuesta a los países en desarrollo y que sienten a todos los acreedores a la mesa”. Mecanismo de renegociación de la deuda bajo los auspicios de las Naciones Unidas, una solución clave Siguen siendo apremiantes los viejos llamamientos a favor de un mecanismo de renegociación de la deuda con sede en las Naciones Unidas que garantice préstamos responsables en los que todos los actores, incluido el sector privado, participen de conformidad con las normas internacionales en materia de derechos humanos (véase el Observador de Primavera de 2022). La posibilidad de una 4ª Conferencia sobre el financiamiento para el desarrollo (FfD4, por su sigla en inglés) podría brindar la oportunidad de establecer dicho marco en las Naciones Unidas. Tal como destacó el Civil Society Financing for Development Group, este mecanismo sería clave para “abordar la deuda insostenible e ilegítima, incluso a través de una cancelación extensiva de la misma” y avanzar hacia un sistema económico que “funcione para las personas y el planeta”. Recientemente, Sri Lanka sufrió el colapso de su economía, lo que produjo la suspensión de manera unilateral del pago de USD 25.000 millones de su deuda externa. Las protestas masivas desde marzo debido a los altos niveles de deuda, el impacto de la pandemia de Covid-19 y el aumento de los costos de los productos básicos llevaron a la renuncia del presidente en julio. Sin medidas urgentes para hacer frente a la crisis de la deuda, Sri Lanka es ampliamente considerada el presagio de más cesaciones de pagos futuras por parte de otros países. bit.ly/DebtCrisisReport ===================================================================== RENDICIÓN DE CUENTAS/comentario El FMI está cambiando y necesita un defensor del pueblo independiente Danny Bradlow, American University Washington College of Law RESUMEN - El FMI ha ampliado sustancialmente el alcance de su trabajo para incluir el cambio climático, el género, la pandemia y la desigualdad - La ampliación de su trabajo aumenta los riesgos para las comunidades y los individuos - El FMI debe nombrar un defensor del pueblo para recibir e investigar los reclamos sobre las consecuencias negativas de sus programas El hecho de que el FMI haya reconocido que cuestiones como las pandemias, el cambio climático, la discriminación de género y la desigualdad influyen en la estabilidad macroeconómica es bien recibido. También lo es el hecho de que el Fondo haya comenzado a incorporar estas cuestiones en su investigación y en sus consultas periódicas con sus Estados Miembros y que proponga incluirlas en el ámbito de los mecanismos de financiamiento, como el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (véase el Observador de Primavera de 2022). Sin embargo, es preocupante que el FMI aún no haya reconocido plenamente cómo estas cuestiones son discordantes con su forma habitual de hacer negocios. Requieren que el FMI interactúe directa y sistemáticamente con los actores no públicos en sus Estados Miembros para comprender cómo estos problemas afectan a las comunidades, organizaciones e individuos y cómo pueden responder a las propuestas de política particulares del FMI. Esto aumenta el riesgo de que las propias actividades del FMI afecten directa y negativamente a estos actores no estatales. Los principios de la buena gobernanza exigen que el FMI rinda cuentas de estos efectos. Este artículo argumenta que el FMI debe nombrar un defensor del pueblo que pueda recibir e investigar reclamos sobre la forma en que ha ejercido su poder. Esto ayudará al FMI a abordar los desafíos operacionales que plantean estas nuevas cuestiones. Tres desafíos que enfrenta el FMI En primer lugar, estas cuestiones desdibujan los límites entre los impactos macro y micro de las políticas económicas, sociales y ambientales. Por ejemplo, una comprensión completa de los impactos de las políticas climáticas incluye la evaluación tanto de sus implicaciones financieras y fiscales a nivel macro, como de sus impactos diferenciales en los gobiernos subnacionales, las empresas, las comunidades, las regiones y los grupos sociales. Tales impactos, y la respuesta de estos grupos a ellos, pueden afectar al éxito de las políticas en materia climática y tener consecuencias sobre la desigualdad y la discriminación en el Estado Miembro. Por lo tanto, el FMI sólo puede hacer una evaluación completa del éxito probable de las políticas propuestas si consulta con todos estos grupos sobre la política. En segundo lugar, las políticas que abordan estas nuevas cuestiones operan durante períodos de tiempo más largos que las operaciones habituales del FMI. Por lo tanto, al desarrollarlas, el personal técnico del FMI debe considerar más variables. Además deben consultar directamente con una amplia gama de actores estatales y no estatales, que ahora dispondrán de tiempo para ajustar su conducta a las políticas, lo que tendrá influencia en su éxito o fracaso. En tercer lugar, el personal técnico del FMI y el Estado Miembro no pueden abordar todas estas cuestiones en una misión o un acuerdo de financiamiento de un país en particular. Tendrá que decidir cuáles priorizar. Por lo tanto, deberá decidir a quién consultar sobre estas opciones y qué información debe facilitar en esas consultas. Es decir que estas nuevas cuestiones exigen necesariamente que los funcionarios del FMI tomen decisiones que pueden tener un impacto sustancial en la vida y el bienestar de los residentes de sus Estados Miembros. El FMI ha respondido a tales desafíos solo de manera parcial. Por ejemplo, sus actuales notas orientativas prevén que el personal pueda celebrar consultas, pero no establecen procedimientos oficiales que el personal deba seguir para decidir a quién consultar ni sobre qué cuestiones. Tampoco ofrecen al personal una orientación clara sobre el alcance de las evaluaciones de impacto que deben realizar (véase el Observador de Verano de 2021). El FMI necesita una orientación obligatoria para el personal técnico y un defensor del pueblo En primer lugar, la administración debe formular un conjunto de políticas obligatorias y públicamente disponibles que expliquen cómo debe gestionar el personal los aspectos ambientales y sociales de la política macroeconómica. El personal debe tomar decisiones basadas en datos fiables, consultas adecuadas con todas las partes interesadas y no temer ni favorecer a ninguna parte interesada en particular. Las políticas deberían dejar clara la visión del FMI sobre la divulgación de la información. Deben estipular los criterios para evaluar la idoneidad de las consultas con todas las partes interesadas pertinentes y los impactos ambientales y sociales de la política macroeconómica actual y propuesta. En segundo lugar, el Directorio Ejecutivo del FMI debe nombrar a un defensor del pueblo independiente de la administración del FMI que informe al Directorio y exija cuentas al personal y a la administración del FMI por su cumplimiento de las políticas. Este funcionario debería tener la autoridad para recibir e investigar reclamos de partes interesadas externas que afirmen que han sido perjudicadas por el incumplimiento por parte del personal y la administración del FMI de sus propias políticas y procedimientos operacionales. Una vez concluida la investigación, el defensor del pueblo debe presentar al Directorio un informe de acceso público en el que se documenten sus conclusiones y se formulen recomendaciones sobre la manera de hacer frente a cualquier daño causado por el incumplimiento por parte del personal técnico del FMI de las políticas y procedimientos aplicables. El defensor del pueblo debería, además, publicar un informe anual que, cuando proceda, analice las lecciones que ha aprendido sobre las operaciones del FMI a partir de sus investigaciones. Actualmente, el FMI es la única institución financiera internacional que carece de un mecanismo de rendición de cuentas independiente. Es hora de que corrija esta deficiencia y nombre un defensor del pueblo independiente. bit.ly/IMFOmbudsman ===================================================================== MEDIOAMBIENTE/noticias Avanza el préstamo del FMI a Mozambique A pesar de las preocupaciones constantes sobre la inseguridad, los altos niveles de deuda y la vulnerabilidad a los desastres naturales, el 9 de mayo el FMI aprobó un préstamo del Servicio de Crédito Ampliado (ECF, por su sigla en inglés) de US$456 millones para Mozambique. Si bien los documentos de consulta del Artículo IV aún no se han publicado dos meses después, el comunicado de prensa adjunto indica que el análisis de sostenibilidad de la deuda probablemente se basó una vez más en el supuesto de las perspectivas de crecimiento a largo plazo de los principales proyectos de gas natural licuado (GNL) de Mozambique. Contrariamente a esta evaluación, un informe detallado del 16 de mayo de la organización de la sociedad civil (OSC) Friends of the Earth afirmó que el descubrimiento de gas ha estado estrechamente relacionado con la desestabilización, el desplazamiento, la desaparición de periodistas y otras violaciones de derechos humanos. Mientras tanto, debido a la fluctuación de los precios de los productos básicos, las preocupaciones de seguridad (lo que llevó al inversor francés Total a declarar force majeure en su proyecto de GNL en alta mar en 2021) y las exenciones fiscales recomendadas por el Banco Mundial para los desarrolladores de gas, ahora se proyecta la "tremenda" ganancia económica que se esperaba para Mozambique será mucho más pequeña de lo previsto (ver Observador de Otoño 2020). La aceleración de la crisis climática y el cambio de política global cambio de política global largamente esperado hacia la generación de energía renovable, incluso en mercados importadores clave como la UE, significan que los proyectos de exportación de GNL corren el riesgo de convertirse en un activo varado en el futuro. Esto tendrá un serio efecto dominó potencial en la sostenibilidad de la deuda y las perspectivas de desarrollo de Mozambique, como se destaca en dos análisis en profundidad separados realizados por el grupo de expertos alemán Open Oil y el grupo de expertos E3G con sede en el Reino Unido en 2021. “La modelización del FMI fue un factor clave para inflar la burbuja de expectativas sobre el gas en Mozambique”, según E3G. Si bien el Fondo ha moderado sus proyecciones de ingresos y la junta admite que "los riesgos siguen siendo significativos", la ECF siguió adelante, poniendo en duda el rigor de la evaluación de riesgos del FMI. Los activistas ambientales Nnimmo Bassey y Anabela Lemos enfatizaron en un artículo de febrero en Foreign Affairs que, “En lugar de invertir más dinero en la producción de combustibles fósiles y perpetuar las crisis que enfrentan muchos países africanos … las inversiones en energía renovable producirían un modelo económico que es más barato, más fiable y más democrático”. bit.ly/MozambiqueIMFLoan ===================================================================== SECTOR PRIVADO/noticias Informe sobre la privatización de la atención médica de Kenia destaca el impacto humano del sesgo del sector privado del Banco Mundial Un informe de noviembre de 2021 del Center for Human Rights and Global Justice de la New York University (NYU), titulado Wrong Prescription: The Impact of Privatising Healthcare in Kenya proporciona una imagen condenatoria del papel en rápida expansión de la atención médica privada en Kenia promovido por el Banco Mundial bajo su enfoque de Maximizar el Financiamiento para el Desarrollo (MFD) (véase el Observador de Primavera de 2022 y el de Verano de 201 7). En el informe se constata que la privatización puede comprometer el acceso universal a la atención médica (un derecho humano tanto en virtud de la Constitución de Kenia como de las leyes internacionales de derechos humanos) al desviar recursos del sector público y priorizar los servicios con fines de lucro. La sociedad civil ha señalado la tendencia de la financierización, tanto en general como de los servicios públicos esenciales en particular, como una preocupación para los países que cumplen con sus obligaciones en materia de derechos humanos (véase el Observador de Primavera de 202 2). A pesar de las bien fundadas preocupaciones, los responsables de la formulación de políticas de Kenia, instados por actores del desarrollo como el Banco Mundial, han adoptado políticas para aumentar la participación del sector privado en el sistema de salud del país mediante la subvención de la atención privada, la búsqueda de Asociaciones Público-Privadas (APP) (véase el Observador de Otoño de 2015) y la oferta de incentivos fiscales a los inversores. El informe de la NYU concluye que la privatización de la atención médica en Kenia es un mal negocio para los contribuyentes y ha tenido graves impactos negativos en los derechos humanos de los kenianos, ya que resulta cara para las personas y el gobierno, al tiempo que empuja a los kenianos a la pobreza y a una deuda abrumadora. El informe se suma a las preocupaciones de la sociedad civil sobre la promoción de soluciones privadas por parte de las instituciones financieras internacionales. En el documento se afirma que los actores privados están “aislados de las obligaciones y los procesos democráticos asociados con el sector público”, mientras que los actores internacionales que influyeron en Kenia para privatizar su sistema de salud “posiblemente rinden incluso menos cuentas” que los actores privados. El Banco Mundial y otros no respondieron a las preguntas de los autores sobre si evalúan el impacto de su apoyo a la atención médica del sector privado en los derechos humanos, los riesgos sociales o el acceso a la atención médica. La coautora Rebecca Riddell comentó: “El Banco Mundial ha presionado agresivamente para una mayor participación del sector privado en la atención médica en Kenia, a pesar de las preocupaciones generalizadas sobre el aumento de los costos, la desigualdad en el acceso y la calidad desigual de la atención. Estos no son solo problemas menores que pueden ser minimizados o achacados a los reguladores, sino que realmente evidencian la cuestión de fondo de si el enfoque de MFD es adecuado para su propósito”. bit.ly/WBGKenya ===================================================================== MEDIO AMBIENTE/noticias Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad: ¿Traerán las “reformas calificativas” el tan esperado cambio institucional? RESUMEN - El FMI y el Banco Mundial definirán “reformas calificativas” para acceder al financiamiento del nuevo FFRS durante el verano - El cuestionable historial de las IBW en materia de clima y financiación de combustibles fósiles pone en tela de juicio su experiencia para determinar las políticas climáticas de los países Después de una campaña de la sociedad civil de un año de duración pidiendo a los países ricos que recanalicen sus Derechos Especiales de Giro no utilizados (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué son los Derechos Especiales de Giro (DEG)?) hacia los países pobres que luchan con la respuesta a la pandemia de Covid-19, los choques climáticos y la creciente carga de la deuda, en abril, el FMI estableció el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) (véase el Dispatch Springs 2022). Mientras el FMI se aventura a otorgar préstamos para los problemas de la balanza de pagos a largo plazo por primera vez, el diseño del FFRS sigue siendo defectuoso: La elegibilidad está vinculada a los países que tienen un programa existente del FMI; el desembolso se realiza a través del financiamiento de préstamos con una estructura de intereses escalonada, en lugar de subvenciones. Un límite de acceso basado en cuotas significa que los países con cuotas pequeñas o altos niveles de deuda existente difícilmente se beneficiarán (véase el Observador de Primavera de 2022). Además, la aspiración de financiamiento de USD 45.000 millones parece asombrosamente poco ambiciosa en comparación con el mínimo de USD 6 billones de financiamiento climático necesarios calculados por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), teniendo en cuenta, especialmente, que los países del G7 tienen actualmente USD 1 billón en DEG en sus balances. El FFRS también requerirá que los países emprendan “reformas calificativas” aún por definir relacionadas con el cambio climático o la preparación frente a pandemias para acceder al financiamiento. El FMI trabajará con el Banco Mundial para diseñar estas reformas. El documento del directorio del FFRS de abril enfatizó que las reformas serían identificadas por el personal del FMI y el Banco y que las estrategias de las autoridades nacionales se considerarían solo “cuando corresponda”, lo que pondría en duda un enfoque verdaderamente dirigido por los países. Siguen sin mencionarse otras fuentes de conocimiento experto especializado, como la CMNUCC o la sociedad civil. El comunicado de prensa adjunto sugiere que “las reformas respaldadas por el fondo fiduciario también tienen la intención de catalizar un mayor financiamiento del sector privado”, lo que indica un enfoque inquebrantable en una transición impulsada por el mercado. Dada la ubicuidad de las medidas de consolidación fiscal en casi todos los programas de préstamos recientes del FMI (véase el Dispatch Springs 2022), así como el enfoque contradictorio de ambas instituciones sobre el clima y la inversión en combustibles fósiles (véase el Observador de Invierno de 2021 y el de Otoño de 2021), las implicaciones de que el FMI y el Banco asuman el poder en la toma de decisiones sobre las políticas en materia de clima de los países y las necesidades de gasto público relacionadas son problemáticas. De hecho, en un informe de abril, Chiara Mariotti, de la organización de la sociedad civil (OSC) Eurodad, con sede en Bruselas, destacó “los graves riesgos de que el FFRS encierre a los países en múltiples marcos de condicionalidad y socave su ya limitado espacio de políticas”. Sigue siendo cuestionable la capacidad del FMI para prescribir políticas en materia de clima. Reconociendo la “condición macrocrítica” de los riesgos de transición de la transformación económica lejos de los combustibles fósiles, el FMI desarrolló una estrategia climática en 2021 que incluía propuestas para una expansión seria de la capacidad del personal (véase el Observador de Otoño de 2021). Sin embargo, una investigación de ActionAid USA y Bretton Woods Project publicada en agosto de 2021 demostró que el Fondo aconsejó a más de la mitad de sus miembros que continuaran invirtiendo en combustibles fósiles en los seis años anteriores, incluyendo, entre otras cosas, la expansión de la infraestructura fósil, la privatización de empresas de energía y de servicios públicos. Mozambique es un ejemplo de ello (véase el Observador de Verano de 2022 y el de Otoño de 2020), donde el Fondo predijo un auge del carbón y el gas en alta mar y desarrolló un régimen de exenciones fiscales para los inversores, solo para que la principal mina de carbón se convirtiera en un activo varado y el proyecto de gas insignia del país se detuviera por el aumento de la inseguridad y la violencia. En parte como resultado de ello, la deuda de Mozambique se ha disparado, una consecuencia que podría haber sido tenida en cuenta en una evaluación seria de los riesgos de la transición. Si bien, en teoría, el FMI puede desempeñar un papel crucial en la gestión de los impactos macroeconómicos del cambio climático y las políticas de mitigación para apoyar una transición verde justa, incluso a través del FFRS, esto requerirá un cambio institucional profundo más allá de la ampliación del personal para temas climáticos y la colaboración con el Banco Mundial. Lara Merling, del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston dijo: “El enfoque actual es una continuación del tipo de políticas que el FMI y el Banco Mundial han impuesto desde la era de los Programas de Ajuste Estructural, que durante décadas no han logrado resultados significativos en los objetivos de desarrollo. No está claro cómo se espera que duplicar el mismo enfoque tenga un resultado diferente en el logro de los objetivos en materia de clima, al tiempo que apoya los resultados de desarrollo de los países". bit.ly/RSTClimate ===================================================================== GÉNERO/noticias Nueva estrategia de género del Banco Mundial: Persiste la preocupación por el enfoque sobre la protección social y las reformas macroeconómicas que ignoran las cuestiones de género RESUMEN - El cuidado y la protección social pueden ser el foco potencial de la nueva estrategia de género del Banco Mundial - La sociedad civil advierte que existe el riesgo de que se repitan los errores del pasado en el apoyo propuesto por el Banco al cuidado infantil privatizado Dado que la actual estrategia de género del Banco Mundial expirará el próximo año, se esperan con entusiasmo indicios del enfoque de la nueva estrategia. Si bien el Banco ha confirmado que el desarrollo de la estrategia aún no ha comenzado, algunas pistas sobre el enfoque en el cuidado y la protección social en su trabajo sobre género están emergiendo. Uno de los desafíos que enfrenta el Banco es dejar de socavar el trabajo específico del equipo de género con la consolidación fiscal y las condiciones regresivas de préstamos centrados en los impuestos en su Financiamiento de Políticas de Desarrollo. La estrategia actual de género del Banco, para los años fiscales 2016-2023, se centra en gran medida en temas como la mejora de las dotaciones humanas, la eliminación de las restricciones para más y mejores empleos y la eliminación de las barreras a la propiedad y el control de los activos por parte de las mujeres. La sociedad civil ha criticado el enfoque instrumentalista de la estrategia para el empoderamiento de las mujeres, así como la falta de un sistema de rendición de cuentas y la ausencia de una visión macroeconómica (véase el Observador de Invierno de 2016). La reposición de recursos de la AIF-20 proporciona información sobre la dirección a la que apunta la labor del Banco en materia de género La 20ª reposición de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el brazo de países de ingreso bajo del Banco, en diciembre de 2021, donde se asumieron una serie de compromisos de política en materia de género, dan una idea de lo que puede venir. El tema especial de Género y Desarrollo contiene el compromiso de apoyar a “al menos 15 países de la AIF para ampliar el acceso a un cuidado infantil asequible y de calidad, especialmente para los padres con bajos ingresos”, lo que ha resultado en la creación de un Fondo de Incentivos para el Cuidado Infantil. En una nota conceptual para el Fondo de Incentivos para el Cuidado Infantil se deja en claro que buscará ampliar la provisión pública de cuidado infantil, así como el apoyo a los actores “no estatales”, incluidas las “cadenas de proveedores privados”. Sin embargo, los recientes resultados negativos del apoyo del Banco a los proveedores de educación con fines de lucro y la atención médica privatizada (véase el Observador de Verano de 2022), plantean serias preocupaciones de que el fondo sirva como vehículo para una mayor privatización de los servicios sociales vitales promovida por el Banco. Fiana Arbab, de Oxfam International, comentó: “Es sumamente preocupante ver las expectativas del ‘sector no estatal de ampliar la provisión’, incluyendo a las empresas con fines de lucro y las ‘cadenas de proveedores privados’ en el borrador actual de la nota conceptual del Banco sobre el Fondo, sabiendo que hay evidencia significativa de modelos con fines de lucro en el sector de la educación K-12 que demuestran que cuando hay tarifas, no importa que tan bajas sean, ciertos grupos de ingresos quedan excluidos. Por lo tanto, deben evitarse por completo los modelos con fines de lucro debido a la desigualdad económica y de género y la calidad de los impactos de la provisión”. El Banco debe garantizar que su política macroeconómica no socave la igualdad de género Además, si sus políticas macroeconómicas siguen sin tener en cuenta el género, el Banco corre el riesgo de anular esfuerzos en materia de género más específicos. El Banco continúa apoyando las políticas de austeridad a través de acciones previas en su instrumento de financiamiento de políticas de desarrollo (FPD) (véase Al interior de las instituciones, ¿Qué es el Financiamiento de Políticas de Desarrollo del Banco Mundial? y el Briefing, Learning lessons from the Covid-19 pandemic: The World Bank’s macroeconomic policies and women’s rights), que tienen un impacto particularmente negativo en las mujeres y las niñas, ya que el peso de la sobrecarga de los ingresos familiares y la reducción de los servicios públicos se sienten principalmente en ellas. La continua adhesión a la consolidación fiscal y la promoción de “alternativas” con fines de lucro en medio de graves crisis contradice el compromiso del Banco con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y amenaza con socavar sus propias metas de género. En otros lugares, la sociedad civil ha criticado la implementación de las actuales políticas de protección social del Banco. En un informe de junio de 2020, la consultora Development Pathways, con sede en el Reino Unido, destacó la contradicción entre el enfoque declarado del Banco Mundial en materia de “protección social universal” y la evidencia de su continua promoción de un enfoque específico para ello. El Banco tiene un historial de impulsar la implementación de sistemas de protección específicos y de verificación de ingresos, lo que puede conducir a errores significativos de focalización, que a menudo no llegan a quienes más apoyo necesitan (véase el Observador de Primavera de 2018). Sobre el trabajo del Banco Mundial en el futuro, Mareen Buschmann de Care International UK señaló: “la Covid-19 ha hecho retroceder los avances en materia de igualdad de género en una generación y, por ejemplo, ha aumentado el tiempo que las mujeres y las niñas dedican al cuidado no remunerado y al trabajo doméstico entre un 30% y un 40% ... Alentamos al Banco a ir más allá del cuidado infantil, ampliar la cartera de países a 25-30 países de la AIF acelerando las acciones, invertir en la creación de empleos de cuidado dignos e integrar una perspectiva de género en la recuperación de la crisis, ya sea del Covid, de los conflictos o de la emergencia climática”. bit.ly/WBGCare ===================================================================== FINANZAS/noticias Colapsa el reinicio del acuerdo de préstamo del FMI a Pakistán con el cambio de gobierno, ya que los crecientes costos del GNL respaldado por la CFI se suman a la carga fiscal Pakistán ha reabierto las negociaciones con el FMI para reanudar un desembolso de USD 1.000 millones de su estancado Servicio Ampliado del FMI de USD 6.000 millones, después de que el primer ministro Imran Khan fuera destituido en abril tras una moción de censura, lo que frustró un acuerdo para reiniciar el programa de préstamos (véase el Observador de Primavera de 2022). El reinicio anterior del préstamo del FMI a Pakistán había provocado la ira de los grupos de la sociedad civil ambiental pakistaní, ya que un mini presupuesto vinculado al programa había eliminado las exenciones fiscales para los componentes de energía renovable importados y los vehículos eléctricos, en un golpe a los objetivos climáticos nacionales acordados en el país (véase el Observador de Primavera de 2022). Según un artículo del 3 de junio en el Financial Times, el gobierno de Pakistán está ahora aumentando el costo de la energía para sus ciudadanos, a pesar de la crisis mundial de alimentos y combustibles (véase el Observador de Verano de 2022), en un esfuerzo por cumplir con las condiciones del FMI. En el periódico se señalaba: “El gobierno ... ha aumentado los precios del combustible en más de un tercio en dos etapas diferentes este mes después de las solicitudes del FMI para eliminar los subsidios”. Entre los problemas que exacerban la crisis fiscal de Pakistán se encuentra su creciente dependencia de la importación de gas natural licuado (GNL). Un informe de junio del International Institute of Energy Economics and Financial Analysis, con sede en Estados Unidos, constató que “el aumento de la dependencia del GNL ha exacerbado la inseguridad energética y las luchas financieras para el gobierno, los hogares y las empresas, y los sectores económicos” y advirtió que esto ha expuesto al país a los shocks de precios de las materias primas. Según una investigación publicada en abril por la organización de la sociedad civil Recourse, con sede en los Países Bajos, la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de inversión privada del Banco Mundial, desempeñó un papel fundamental en la inversión en la primera terminal de importación de GNL de Pakistán en 2015, proporcionando USD 35 millones en préstamos y apoyo de capital al proyecto. bit.ly/IMFPakistanLoan ===================================================================== TIERRA/noticias La CFI aprueba préstamo a productor agrícola industrial en Brasil a pesar de las peticiones de protección del sensible bioma de pastizales El 1 de julio, la publicación ambiental en línea Mongabay informó de la aprobación de un préstamo de USD 200 millones por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo de préstamos al sector privado del Banco Mundial, al “productor agrícola industrial Louis Dreyfus Company (LDC) para la producción de monocultivos de soja y maíz en el Cerrado de Brasil, un bioma de pastizales que ha perdido casi el 80% de su cobertura de hábitat”. La decisión fue duramente criticada por las organizaciones locales de derechos humanos y protección del medio ambiente. El préstamo fue aprobado a pesar de una carta del 31 de mayo firmada por más de 200 organizaciones de la sociedad civil brasileñas, latinoamericanas e internacionales, incluidas Amigos da Terra Brasil y Haki Nawiri Afrika, en la que pedían a la junta ejecutiva que rechazara el préstamo. La carta argumentaba que LDC usaría los ingresos del préstamo de la CFI para comprar productos básicos del “fuertemente amenazado bioma del Cerrado de Brasil, la sabana más biodiversa del mundo que ya ha perdido aproximadamente la mitad de su vegetación nativa debido a la agroindustria”. La carta también destacó el riesgo de violaciones de derechos humanos y conflictos por la tierra, deforestación y degradación ambiental en el sensible Cerrado, y señaló que el maíz y la soja se utilizarían principalmente para la alimentación animal en operaciones agrícolas industriales dañinas. Es preocupante que la CFI haya optado por apoyar la producción agrícola usada para la alimentación animal. Dada la evolución de la crisis alimentaria, cuyos orígenes tienen sus raíces en la financierización de los sistemas alimentarios y son anteriores a la guerra en Ucrania (véase el Observador de Verano de 2 022 y el de Primavera de 2020), el uso de los recursos para la alimentación animal es, sin embargo, una preocupación a la luz del contexto actual. Además, la carta señaló que “LDC carece de un sistema de trazabilidad completo y su política de deforestación cero no se aplicará plenamente hasta finales de 2025”. La carta citó investigaciones que alegan que LDC y sus subsidiarias han contribuido a la deforestación y los conflictos por la tierra y enfatizó que el préstamo es inconsistente con los compromisos en materia de clima del Banco Mundial (véase el Observador de Verano de 2021). bit.ly/IFCBrazil ==================================================================== The Observer está disponible en pdf, en la web y por correo electrónico. Observer www.brettonwoodsproject.org/observer/ Castellano www.brettonwoodsproject.org/es/observador Subscripciones www.brettonwoodsproject.org/subs El Bretton Woods Project es un proyecto de ActionAid-hosted, UK registered charity no. 274467, England and Wales charity no. 274467, Scottish charity no. SC045476. Esta publicación está respaldada por una red de ONG del Reino Unido, la c.S. Mott Foundation, la William and Flora Hewlett Foundation y el The Rockefeller Brothers Fund. No se necesita permiso para su reproducción ISSN 2053-7522 Diseño: Base Eleven